50 Grandes frases del fútbol argentino

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El fútbol argentino está lleno de frases históricas. Muchas de ellas trascendieron el tiempo. Otras son parte de nuestro imaginario popular. En Abrí la Cancha hicimos un racconto de frases y contextos.

Por Carlos Aira

 

Osvaldo Zubeldía, el Zorro de Junín. Un parteaguas en nuestro fútbol.
OSVALDO ZUBELDIA (1966): «SI HACEMOS LO QUE TENEMOS QUE HACER NOS VA A IR BIEN. SI NO, VAMOS A TENER QUE IR A TRABAJAR, PERO DE VERDAD».
A mediados de 1966, Osvaldo Zubeldía asumió la conducción de Estudiantes de La Plata. El juninense vivía en Capital Federal al igual que muchos de sus dirigidos y todas las mañanas se reunían en la estación de Plaza Constitución desde donde viajaban juntos hacia La Plata.
Luego de una derrota, Zubeldía citó a todo el plantel a las seis de la mañana en el hall central de la estación. En absoluto silencio los obligó a observar durante horas el tránsito de trabajadores. En un momento, el entrenador reunió a sus dirigidos y les expresó una frase premonitoria:  «Querían que vieran esto. Gente que debe trabajar mucho y seguro ganan poco. A veces hacen cosas que no les agrada y ustedes juegan por placer y además ganan dinero. Si hacen caso, son buenos profesionales, serán famosos”.
A partir de 1967, Estudiantes de La Plata fue campeón de todo.

 

 

ALFIO BASILE (1997):  «VOY AL FRENTE, POR ESO VOLVI A PERDER 5 A 0»
En la primera fecha del Clausura 1997, Racing fue apabullado 5 a 0 por Rosario Central en el Gigante de Arroyito. Como si fuera un estigma, el Coco Basile volvía a recibir cinco goles. Para el Coco el recuerdo remitía al fatídico 5 de septiembre de 1993 cuando Colombia le convirtió los cinco goles a la Argentina del Coco en el Monumental, el ole del público ante el toque colombiano y la tapa negra de El Gráfico.
En la noche del sábado 23 de febrero de 1997, los duendes del fútbol se pusieron la camiseta canalla. Omar Palma y Ruben Da Silva jugaron para la ovación. Martín Cardetti y el brasileño Zinho le dieron cuerpo a la paliza.
5 a 0. Como ante Colombia. En conferencia de prensa, el Coco descerrajó una frase histórica.

 

 

CARLOS SALVADOR BILARDO (2004): «SE EQUIVOCÓ SEÑORITA, ES GATORADE»
El Dr. Carlos Salvador Bilardo es una inagotable fuente de anécdotas y frases que quedaron grabadas a fuego. Una de ellas aun se la recuerda por lo bizarra de la situación.
Entrenador de Estudiantes de La Plata desde mediados de 2003, Bilardo había polemizado con un sector de la prensa por un tema que lo perseguía hacía décadas: la idea del fútbol como un espectáculo. Harto de escuchar recriminaciones, el veterano entrenador planeó una puesta escena inédita: ingresar al campo de juego con una mesa, una botella de champagne dentro de una frappera, una radio y disfrutar el partido tomando la bebida espumante.
Llegó el domingo 22 de febrero de 2004. Estudiantes visitó a River Plate en el estadio Monumental. Carlos Bilardo cumplió su palabra y salió al campo de juego a disfrutar el espectáculo. El escándalo comenzó cuando la fiscal Claudia Barcia apareció en el entretiempo del partido para llevarse detenido a Bilardo por tener alcohol en un espectáculo deportivo, algo que estaba prohibido.
Cuando Barcia encaró a Bilardo, el entrenador le respondió: «Señorita, tengo cincuenta años de cancha. Se equivocó señorita, esto es Gatorade».

 

 

César Luis Menotti planteó la desdramatización del juego. Ese concepto armó una guerra.
CESAR MENOTTI (1994): «EL FUTBOL ES TAN GENEROSO QUE EVITÓ QUE BILARDO SE DEDICARA A LA MEDICINA» 
Frase histórica dedicada por César Luis Menotti a su archienemigo preferido: Carlos Salvador Bilardo. El duelo, que polarizó la discusión futbolera argentina por espacio de dos décadas, dejó frases como ésta, en un duelo tan interminable, como por momentos improductivo.
Bilardo se recibió de Médico, especializado en ginecología, mientras era futbolista profesional del Deportivo Español, año 1965. El Flaco siempre se codeó con la intelectualidad.

 

 

DIEGO MARADONA (1999): «EL SEGUNDO GOL CONTRA INGLATERRA ES UN SUEÑO. EN FIORITO SOÑABA CON HACER UN GOL ASI EN LA CANCHITA DE ESTRELLA ROJA»
Así lo afirmó Diego Armando Maradona en relación al gol para todos los tiempos: el segundo a Inglaterra en la Copa del Mundo México 1986.
¿Alguien podrá conjugar tanta belleza plástica y coraje deportivo ante un marco que excedía lo deportivo? Lo dudo…
El Pelusa de Fiorito para el Mundo…

 

 

 

 

HECTOR VEIRA (1969): “A MI ME GUSTA TANTO LA NOCHE QUE AL DÍA LE PONDRÍA UN TOLDO» 
El autor de esta frase fue Héctor Rodolfo Veira. La misma fue parte de un extenso reportaje realizado por la revista El Gráfico en el año 1969.
A pesar de sus jóvenes 23 años, parecía que había dado lo mejor de su fútbol. Noctámbulo perdido, en aquellos días se lesionaba más de lo aconsejado. La Comisión Directiva de San Lorenzo había tirado la toalla, entendiendo que encarrilar al zurdo talentoso era causa perdida. La hinchada estaba más atenta a las conquistas amorosas del Bambino que a su juego.
Un personaje con todas las letras.

 

 

CARLOS GRIGUOL (1995): «VAS A SALIR CAMPEON DE LA CONCHA DE TU HERMANA»
Frase histórica dedicada por Carlos Timoteo Griguol a su dirigido Favio Yagui Fernández, luego de una expulsión cuando el equipo estaba a punto de ser campeón.
A fines de 1994, el experimentado entrenador cordobés Carlos Timoteo Griguol tomó la conducción técnica de Gimnasia y Esgrima La Plata. El Lobo platense tenía buenos valores. Una base formada con jugadores de experiencia, como Enzo Noce, el uruguayo Guillermo Sanguinetti, Pablo Morant, Darío Ortiz, Claudio Galvagni, José María Bianco o Sergio Dopazo.
Pero Timoteo metió mano en el equipo y sacó lo mejor de una generación de pibes formados en Estancia Chica: los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, Pablo Fernández, Favio Fernández, Federico Lagorio y un pibe llegado desde Rosario: Andrés Guglieminpietro.
El equipo realizó una gran campaña en el Clausura 1995. Tan buena que en la 18º fecha, Gimnasia podía consagrarse campeón luego de 66 años. Domingo 18 de junio. Frío y lluvioso. Ferro Carril Oeste esperaba al Lobo en Caballito.
A los 15 minutos del segundo tiempo llegó el esperado gol tripero en los pies de Carucha Lagorio. A falta de siete minutos, con el partido controlado, una infracción infantil del volante del Yagui Fernández determinó su expulsión por parte del árbitro Roberto Ruscio y la temperamental salida del técnico cordobés en un inolvidable primer plano televisivo.

 

 

CARLOS BILARDO (1987): «GANAR NO ES LO MAS IMPORTANTE, ES LO ÚNICO. SER SEGUNDO NO VALE».
La polémica Bilardo-Menotti comenzó en 1983 y atravesó la vida futbolera de los argentinos con mucha fuerza. Un ring donde no solo se dirimían cuestiones deportivas, sino también sociales y culturales.
En una batalla donde cada mariscal tuvo sus soldados que combatieron dentro del campo de juego y en la arena mediática, el titulo mundial de México 86 le permitió a Carlos Bilardo mantenerse en combate con un arma estratégica: la medalla de campeón del mundo.
A partir de 1986 la guerra Menotti-Bilardo ya no fue igual. El Doctor cambió el eje del debate. Ya no era jugar pensando en el espectáculo o el resultado. Ahora, lo único importante era ganar. Para los segundos, solo habría desgracias.
En sus carreras como entrenadores, Bilardo y Menotti tienen tres cosas en común: ambos fueron campeones del mundo con la Selección Argentina. Ambos se consagraron una sola vez campeones como entrenadores de clubes. Ambos acumularon más duras que maduras en el recorrido de su carrera.

 

RENATO CESARINI (1968): «EL JUGADOR DE FUTBOL ES COMO EL CABALLO: SI UNO LO APRIETA, RESPONDE. SI LE SUELTA LA RIENDA, TERMINA VOLTEANDO AL JINETE». 
Frase del célebre Renato Cesarini dicha en 1968, luego que dejara la dirección técnica de River Plate luego de aquella mítica final de Copa Libertadores ante Peñarol de Montevideo en Santiago de Chile.
Cesarini – una biblia de fútbol – quedó en el centro de la escena por una derrota increíble: River vencía 2 a 0 al término del primer tiempo, con goles del Fantasma Daniel Onega y Jorge Indio Solari. En el entretiempo, Renato realizó un cambio llamativo que salió muy mal: sacó al lateral Nicha Sainz e hizo ingresar al delantero Juan Carlos Lallana.
En la segunda etapa reaccionaron los carboneros e igualaron con tantos de Spencer y Abadie. En el suplementario, el ecuatoriano Spencer y Pedro Rocha sellaron el 4 a 2 final a favor de los orientales.
Cesarini, nacido en Senigaglia, Italia, el 11 de abril de 1906, se hizo cargo de la derrota en el vestuario. Nunca superó lo sucedido aquel 20 de mayo de 1966. Falleció poco tiempo después de haber dicho esta frase, en una entrevista para la revista El Gráfico, el 29 de marzo de 1969.

 

 

ADOLFO PEDERNERA (1994): «YA NO EXISTE LA BOHEMIA DE ANTES. HOY EL MENSAJE ES MAS CLARO: SI GANAS, SERVÍS; SI PERDES, NO». 
Frase del maestro Adolfo Pedernera dicha en el año 1994, pocos meses antes de su fallecimiento.
Nacido en Avellaneda el 15 de noviembre de 1918, fue uno de los más grandes de nuestro fútbol en su historia. Debutó en River Plate en el año 1935, consumando una campaña jalonada de éxitos donde se destacó como cerebro de La Maquina, mítico equipo millonario de los años cuarenta.
Respetado dentro y fuera del campo de juego. Dueño de una línea de conducta intachable. Muchos de sus dirigidos lo consideraron un hermano mayor o un padre. Dueño de consejos sabios, profundos silencios y frases memorables.
En 1993 escribió «El fútbol que viví … y que yo siento«. Adolfo Pedernera, El Maestro, falleció el 12 de mayo de 1995.

 

 

 

 

2 de junio de 1996. En Ecuador, Daniel Passarella acuñó la mítica frase «La pelota no dobla». Nunca una autocrítica.
DANIEL PASSARELLA (1996): «LA PELOTA NO DOBLA»
Frase de Daniel Passarella, entrenador del seleccionado nacional luego de una dura derrota en Quito ante Ecuador.
No era un buen momento del entrenador. Jaqueado por decisiones controversiales (pelo corto, aritos, rinoscopías), estaba en el ojo de la tormenta del pueblo futbolero. Tanto es así que la victoria ante Bolivia en la fecha inicial de la eliminatoria mundialista no había conformado a nadie.
Domingo 2 de junio de 1996. Segunda fecha. En Quito, Argentina no hizo pie. Jugó un partido espantoso y cayó 2 a 0 ante los locales. En la conferencia de prensa, en vez de brindar una autocrítica, Daniel Passarella circunscribió la derrota a la altura: «La pelota no dobla, así no podemos jugar»
En la misma eliminatoria, pero en la altura de La Paz, Passarella estuvo inmerso en otra triste polémica.

 

 

LUIS PENTRELLI (1965): «TOCO Y ME VOY»
La frase es parte del acerbo cultural argentino. Pero, ¿Quién es el dueño de la frase?
Luis Pentrelli fue un veloz y cerebral volante derecho. Insider, como se decía en su tiempo. Nació en Capital Federal el 17 de marzo de 1932. Surgió en Boca Juniors en 1951. Al año siguiente pasó a Sarmiento de Junín y luego recaló en Gimnasia Esgrima La Plata.
Luego de unas cuantas buenas temporadas, en 1957 fue transferido al Udinese italiano. En Friuli fue ídolo y figura. Allí se acostumbró a un nuevo fútbol, donde el catenaccio derrotaba a las delanteras. Pentrelli comenzó a jugar retrasado, descargando rápido para la devolución en velocidad.
En 1965 volvió a la Argentina. Veterano, lo contrató Racing Club, donde estaba germinando el mítico Equipo de José. Su forma de juego llamó la atención. Un 10 retrasado. Demasiado para lo que se veían en nuestras canchas. Una verdadera puerta giratoria. Entrevistado por Osvaldo Ardizzone en El Gráfico, Luis Pentrelli describió su juego como «Toco y me voy«.
Toco y me voy. Touch and Go. Todas expresiones que surgieron de una lógica futbolística que Luis Pentrelli trajo desde Italia.

 

 

ALBERTO MARCICO (1995): «YO LE DIRIA A MENEM QUE TRASLADE LA QUINTA DE OLIVOS A MONTE CHINGOLO. AHI LE CAMBIARIA LA OPTICA DEL PAIS»
1995 fue año electoral en la República Argentina. Intenso. Eran días disruptivos para la sociedad argentina. Carlos Saul Menem fue reelecto con el 52% de los votos.
En esos días, Alberto José Márcico era la figura de Boca Juniors. Podía quedarse en el molde, pero no lo hizo. Criticó las políticas sociales del liberalismo y le pegó un palo enorme a la frivolidad menemista.
Eran épocas en las cuales los futbolistas no tenían problemas en declarar lo que pensaban en términos políticos y sociales…

 

 

Coco Basile DT de Racing.
ALFIO BASILE (1988): «SOY HINCHA DE SPORTIVO GANAR, PERO NO FANATICO»
En aquellos días, Coco era entrenador de la Academia. En medio de la guerra fratricida entre César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, Basile fijó una extraña tercera posición.
Eran tiempos en los cuales el debate era La Nuestra o Ganar como sea. Coco fue claro: quiero ganar, pero no de cualquier forma.
Los equipos dirigidos por Basile siempre se caracterizaron por tener un juego ofensivo y agradable. No por eso, sin pensar en el resultado.

 

 

Hugo Gatti en 1981
HUGO GATTI (1982): «EN EL PUESTO DE LOS BOBOS SOY EL MAS VIVO»
El saber popular dice que el arco es para los gorditos o pataduras. Lo cierto es que es el puesto de los locos y solitarios, Gatti supo venderse muy bien. A su clásica vincha y buzos llamativos, se sumó un estilo que mezcló la anticipación de Amadeo Carrizo y los reflejos de Néstor Errea.
El Loco fue una marca registrada de nuestro fútbol desde su debut en 1962 – defendiendo los palos de Atlanta -, hasta su traumática salida de Boca Juniors en 1988. Tuvo momentos excepcionales. También de las otras, en las cuales los goles bobos eran una realidad. 

 

 

 

 

JOSE OMAR PASTORIZA (1978): «¡VUELVAN A LA CANCHA! ¡SEAN HOMBRES, JUEGUEN Y GANEN!»
Frase histórica de José Omar Pastoriza en la mítica noche del 25 de enero de 1978.
Segunda final del Nacional 1977. La Boutique se había engalanado para la vuelta olímpica. Talleres de Córdoba ante la posibilidad del título. En frente, Independiente. En Avellaneda habían igualado 1 a 1. Catorce minutos del segundo tiempo. Claro gol con la mano de Ángel Bocanelli que convalidó el árbitro Roberto Barreiro. 2 a 1 arriba la T. Todo Independiente le protestó. Tres expulsados: Enzo Trossero, Omar Larrosa y Rubén Galván
El equipo se quería ir del campo de juego. Fue el Pato Pastoriza, guerrero de mil batallas, quién los paró en seco y les dijo: «Vuelvan a la cancha. Vayan, sean hombres, jueguen y ganen»
A los rojos les servía el empate por gol de visitante. A falta de siete minutos, y con tres jugadores menos, la mítica pared entre Mariano Biondi y Ricardo Bochini (el día que cumplía 24 años), para marcar el empate y una hazaña única.

 

TIM (1968): «EL FUTBOL ES UNA MANTA CORTA: SI TE TAPAS LOS PIES TE DESTAPAS LA CABEZA Y SI TE TAPAS LA CABEZA TE DESTAPAS LOS PIES»
Elba de Padua Lima fue su nombre de nacimiento, pero el mundo del fútbol lo conoció por Tim.
Había nacido en Brasil en 1915. Delantero de gran técnica, fue una de las figuras del fútbol brasileño en los años treinta del siglo pasado. En Fluminense, el club que lo llevó al estrellato, lo amaron en forma incondicional: entre 1936 y 1941, salvo en 1939, conquistó todos los campeonatos cariocas.
En 1953 comenzó su carrera como entrenador. Primero en el modesto Bangú. Luego en Fluminense. En 1967 un cuervo nostálgico recordó sus gambetas bajo las luces del Gasómetro durante enero de 1937. Campeonato Sudamericano. Lo contrataron y comenzó a dirigir San Lorenzo de Almagro.
Tim hizo de los Carasucias un equipo serio. Los míticos Matadores. Campeones del Metropolitano 1968. Cuentan que Tim daba las charlas técnicas con chapitas que iba moviendo en el piso. Dueño de una frase histórica: «El fútbol es una manta corta: si te tapas los pies te descubrís la cabeza, y si te tapas la cabeza te descubrís los pies»
Elba de Padua Lima, Tim, falleció en Río de Janeiro el 7 de julio de 1984.

 

 

DIEGO MARADONA (1994): «ME CORTARON LAS PIERNAS»
El lunes 27 de junio de 1994 todo el mundo se conmocionó con la noticia de un doping positivo en la Copa del Mundo de Estados Unidos. Luego del partido ante Nigeria, Sergio Vázquez y Diego Maradona concurrieron al control antidopaje. En el atardecer de aquel día, cuando se confirmó que FIFA suspendería a Diego por la extraña efedrina, un silencio atroz atrapó a todos los argentinos. Detrás, todas las tramas.
Maradona fue obligado a dejar la concentración. En un mano a mano con el periodista Adrián Paenza, un Diego lloroso y débil como nunca se lo había visto deslizó una frase que conmovió a la opinión pública: «No quiero dramatizar, pero me cortaron las piernas«.

 

 

VALENTIN SUAREZ (1981): «EL FUTBOL DEJO DE SER UN JUEGO CUANDO SE CONVIRTIO EN EL FACTOR DE BIENESTAR DEL JUGADOR Y SU FAMILIA»
Valentín Suárez fue un personaje importante en la historia del fútbol argentino. Interventor de AFA en dos periodos. El primero, durante el gobierno justicialista, a partir de 1948. El segundo, con el gobierno dictatorial de Juan Carlos Onganía, en 1966.
Llevó adelante profundos cambios en nuestro fútbol. El más recordado, la conformación del campeonato Metropolitano y Nacional, a partir de 1967.
Hombre ligado a la vida institucional de Banfield, club que presidió en varios períodos, fue un hombre de consulta durante décadas. En 1981 fue el principar asesor de Amalia Lacroze de Fortabat en el proyecto Loma Negra.
En aquellos días que los olavarrienses parecían llevarse todo por delante con la prepotencia de la fortuna Fortabat, Suárez dejó esta frase como sentencia: «El fútbol dejó de ser un juego cuando se convirtió en el factor de bienestar del jugador y su familia».
Valentín Erundino Suárez nació el 6 de enero de 1916 y falleció el 28 de octubre de 1993. Hacía poco había cumplido su cuarto mandato al frente del Taladro.

 

 

PEDRO MARCHETTA (2005): «SI YO HUBIESE SIDO RUBIO Y DE OJOS CELESTES, SEGURO QUE DIRIGIA LA SELECCIÓN. NUNCA ME LA OFRECIERON PORQUE SOY NEGRO»
La frase le pertenece a Pedro Marchetta, uno de los personajes más locuaces y filosos de nuestro fútbol.
En 1993, el popular Negro estaba realizando una gran campaña al frente del Club Atlético Independiente. En una entrevista realizada por El Gráfico se despachó con esta frase fuera de temario.
La misma tiene su historia. En 1990, cuando Alfio Basile asumió la dirección técnica del seleccionado nacional, Marchetta era número puesto para dirigir los juveniles. Algunos miembros del Comité Ejecutivo entendían que el Negro no tenía el perfil internacional requerido, amén de una fama de borracho y mentiroso, construida a base de prejuicios.
Recordemos que la dirección de juveniles recayó en Reinaldo Carlos Merlo, y el sonado fracaso deportivo y escándalo en el Mundial Juvenil de Portugal 1991. Se había quedado con la espina clavada y en un momento la escupió.
El Negro Marchetta falleció el 7 de abril de 2022.

 

 

 

 

TURCO GARCIA (2007): «SOY UN GRAN EJEMPLO DE LO QUE NO HAY QUE HACER»
Claudio Omar García fue un delantero espectacular. Tal vez sin esa «jerarquía internacional» tan mentada hoy, pero con todas las condiciones para ser un enorme ídolo en el fútbol argentino.
El Turco, surgido en Huracán, fue figura del Racing Club. En la Academia jugó entre 1991 y 1995. Campeón de América 1991 y 1993. Delantero tan espectacular como extrovertido. Ropa de colores, pelo teñido y tatuajes. Una rareza para la época.
Su contra cara fueron sus excesos. Confesó una adicción que lo atrapó desde muy joven, cuando aún era jugador de Huracán. Se lo vio muy mal. Realmente desmejorado. Tuvo la fortaleza para recuperarse y encarar una nueva vida. Entre risas y lágrimas dejó esta frase como sentencia…

 

 

RICARDO BOCHINI (2016): «ANTES, EN INDEPENDIENTE, LOS JUGADORES ERAN FUERTES Y CON PERSONALIDAD. NO IBAN A LA PELUQUERIA ANTES DE JUGAR»
Ricardo Enrique Bochini tal vez sea el futbolista más importante en la historia del Club Atlético Independiente.
Bocha para todos, debido a una calvicie que lo afectó desde su juventud. Dueño de un juego prodigioso que le permitió realizar una maravillosa carrera que duró casi veinte años vistiendo una sola camiseta, con la cual ganó toda clase de títulos.
En esta trayectoria, Bochini fue compañero de jugadores con la personalidad de José Omar Pastoriza, Rubén Galván, Enzo Trossero, Luis Islas, Pedro Monzón o Rogelio Delgado, entre otros.
Por eso, el querido Bocha no tuvo otra forma de explicar la realidad de las últimas generaciones de futbolistas de Independiente. No sabría decir si tiene que ver con la peluquería, pero convengamos que en las últimas décadas los muchachos rojos estuvieron lejos de cosechar las glorias que logró el ídolo.

 

 

UBALDO RATTIN (1999): «EN MEXICO 86 GANAMOS EL MUNDIAL GRACIAS A MARADONA. SI EL TECNICO ERA YO, CHERQUIS BIALO O ANY VENTURA ERAMOS CAMPEONES IGUAL»
La frase le pertenece a un bronce del fútbol argentino como lo es Antonio Ubaldo Rattin, el popular Rata.
La década del sesenta dejó profundas heridas en el fútbol argentino. El advenimiento de Estudiantes de La Plata dividió las aguas para siempre. Para algunos protagonistas de aquellos días, Carlos Salvador Bilardo es algo así como el anticristo.
¿Bilardo armó el equipo campeón en 1986? ¿Julio Grondona fue fundamental en la lista final con jugadores que luego fueron definitorios? ¿El genio de Diego Maradona trascendía entrenadores y compañeros? Preguntas sin respuestas y una sola realidad: Argentina se consagró campeón mundial con la dirección técnica del narigón de La Paternal.
Convengamos que un seleccionado dirigido por Any Ventura tendría mucha gracia.

 

 

MARCELO BIELSA (2000): «SOY PARTIDARIO DE UN FUTBOL MAS URGENTE Y MENOS PACIENTE. PORQUE SOY ANSIOSO Y TAMBIEN PORQUE SOY ARGENTINO»
Frase de Marcelo Alberto Bielsa, para definir su carácter allá por el año 2000, cuando era entrenador del Seleccionado Argentino.
Ansioso, urgente y vital. Así se podría definir un perfil del entrenador rosarino. Consultado por la forma extrema de vivir los partidos, Bielsa declaró a la prensa esta frase, que lo define de cuerpo entero.
En un país donde muchos encuentran connotaciones negativas a su argentinidad, Marcelo Bielsa, prototipo de trabajo y honestidad intelectual, reivindica su procedencia y sesgo nacional. Para pensarlo, ¿No?

 

 

ADOLFO PEDERNERA (1984): «LAS COSAS QUE HOY VEO YA LAS VI ANTES, PERO HOY NO VEO COSAS QUE VI AYER»
Frase de una biblia de fútbol como don Adolfo Alfredo Pedernera, uno de los futbolistas y maestros más importantes que tuvo el fútbol argentino en su historia.
A mediados de la década del ochenta, con el maestro sumando setenta años, se lo consultó sobre la vieja dicotomía: ¿Cual fútbol era mejor, el de ayer o el de hoy? Adolfo, que en aquellos días trabajaba con los juveniles de River, respondió con la sabiduría que lo caracterizó.
Pero, ¿Fue así?. ¿Las cosas que hizo La Máquina que el protagonizó no las hizo nadie más? El debate es eterno…

 

 

 

 

ROBERTO PERFUMO (1996): «LOS BUENOS JUGADORES SE VEN CUANDO SU EQUIPO VA PERDIENDO; CUANDO VAS GANANDO HASTA EL MAS CAGÓN LA ROMPE»
En su libro Jugar al Fútbol, el recordado Roberto Alfredo Perfumo dejó plasmadas una enorme cantidad de ideas y conceptos futboleros. Mas allá de jugosas anécdotas.
El debate futbolero es eterno. Como esta frase del Mariscal que va directa al corazón del hincha. ¿A quien aplaudir? ¿Al talentoso de mil firuletes cuando ganas 3 a 1 o al laborioso que la pide cuando ese mismo crack se esconde?
Lo dicho, el debate eterno. Como el Mariscal….

 

 

FERNANDO PANDOLFI (2000): «EL JUGADOR ES DESCARTABLE: TE EXPRIMEN AL MAXIMO Y CUANDO NO SERVIS MAS, TE RAJAN»
Fernando Daniel Pandolfi, el Rifle para el mundo del fútbol, apareció con fuerza en el Vélez Sársfield dirigido por Carlos Bianchi. Tanto, que a fuerza de golazos se hizo un nombre en el fútbol argentino.
Nacido en Buenos Aires el 29 de mayo de 1974. Hijo de Carlos Pandolfi, delantero de los años setentas y directivo de Futbolistas Argentinos Agremiados. Debutó en la primera velezana en 1994. Zurdo y talentoso, a partir del Apertura 1995 comenzó a coleccionar campeonatos con la V azulada.
En 1997 pasó al Perugia, volvió a Vélez y en 2000 Carlos Bianchi lo llevó a Boca Juniors. Allí también fue figura. Pero no era feliz. Lo agobiaba la idea de ser prenda comercial permanente. Mientras desarrollaba su carrera, se volcaba con intensa pasión hacia la música.
En 2000, luego de ganar la Copa Libertadores de América, descerrajó esta frase sin anestesia. Estaba harto del fútbol. Dos años después, con sólo 28 años, dejó la práctica profesional.

 

MARCELO FUENTES (2014): «LAMOLINA ME DIO SIN FORRO. EN TREINTA DIAS VERÉ SI ESTOY EMBARAZADO»
¿Por cual razón a Marcelo Fuentes se le ocurrió una salida de ese estilo? Es una de las declaraciones más curiosas en la historia del fútbol argentino. Porque se puede estar caliente por un arbitraje, pero esta declaración llama poderosamente la atención.
En la mañana del domingo 19 de mayo de 2014, Huracán recibió a Sarmiento de Junín en el Palacio Ducó. Campeonato de la B Nacional. Los verdes, dirigidos por Fuentes, se fueron al entretiempo venciendo 1 a 0. En la segunda etapa, Huracán lo dio vuelta. Los fallos del árbitro Nicolás Lamolina fueron determinantes para la victoria quemera.
En el vestuario, Fuentes se sacó: «Me preguntan si nos caemos en el segundo tiempo y venimos jugando partidos sin quedar embarazados. Mirá que no quedé embarazado con Laverni ante Defensa y Justicia de local y con este pibe (por Lamolina) me voy a enterar porque sabés que me dio sin forro. Ahora tengo que ver en 30 días si me indispongo o no»
Pasarán los años, y siempre recordaremos la situación embarazosa de Marcelo Fuentes…

 

 

GUILLERMO BARROS SCHELOTTO (2004): «ESTE SEÑOR, QUE NO SE COMO SE LLAMA, ME ESTA INSULTANDO»
Una de las frases históricas de un jugador que dejó mil anécdotas: Guillermo Barros Schelotto.
Una llamativa mezcla de atorrante y pibe bien de la aristocracia platense. Desde su debut en la primera división de Gimnasia, en 1991, el Mellizo se caracterizó por una gambeta implacable. Una visión de juego magnífica y un estilete en la lengua.
Ídolo total en Boca Juniors, club al cual arribó en 1997. Ganó absolutamente todos los títulos posibles, consagrándose como uno de los grandes de la historia del club de la Ribera. Sus duelos ante River eran un partido aparte. Como aquella noche del 17 de junio de 2004.
Semifinal de Copa Libertadores. River y Boca en el estadio Monumental. Partido duro por demás. Entre tanto entrevero, un insulto desde el banco de suplentes millonario. Era Hernán Díaz. Un histórico del fútbol argentino. Guillermo Barros Schelotto miró al árbitro Héctor Baldassi y le dijo: «Ese señor, que no se como se llama, me esta insultando”.

 

 

PANCHO VILLEGAS (1966): «PIBE, LAS QUE VAN CERCA DEL PALO ESTÁ BIEN; LAS QUE ENTRAN ARRIBA, EN EL ÁNGULO, TAMBIEN; LAS DE REBOTE, PUEDE SER. ¡PERO LAS PELOTAS QUE VAN AFUERA NO ME LAS METAS ADENTRO DEL ARCO!»
Francisco Pancho Villegas fue un verdadero trotamundos. Un enamorado del fútbol que llevó su impronta por todo el continente.
Había nacido en Buenos Aires el 6 de octubre de 1924. Pronto comenzó a jugar en las divisiones inferiores de River Plate. Debutó en la primera millonaria en la época de José Manuel Moreno y Angel Labruna. Luego su destino lo llevó a Peñarol de Montevideo y a España, la tierra de sus padres. Allí vistió las camisetas de Zaragoza, Sevilla y Real Madrid.
En 1959, con 34 años, comenzó su carrera como entrenador. Primero en el Puebla mexicano. Luego en el Atlético Chalaco peruano. Regresó al país para dirigir Almagro en la B. Hizo una gran campaña. Fue a Chile. Campeón con Magallanes. Gran campaña con Unión Española.
Pero lo mejor lo vivió en Colombia. Allá fue un prócer. Una luminaria. Un verdadero loco por el fútbol. Cultísimo lector. Apasionado. Primero Once Caldas, luego Deportes Cucuta. En 1965, Deportivo Cali, donde se consagró campeón.
En tierra colombiana, Pancho Villegas fue dueño de una enorme cantidad de anécdotas. Como aquella vez que le dijo a un arquero del Once Caldas que estaba teniendo una tarde particularmente mala: «Pibe, las que van cerca del palo está bien, las que entran arriba en el ángulo también, las de rebote puede ser, pero las pelotas que van afuera no me las meta en el arco»
Pancho Villegas falleció el sábado 16 de octubre de 1976 en la ciudad de México. Tenía 52 años.

 

 

 

 

César Luis Menotti.
CESAR LUIS MENOTTI (1990): «EL UNICO QUE PUEDE SALVAR AL FUTBOL ARGENTINO SOY YO»
Pavada de declaración. Su autor fue César Luis Menotti y la expresó en agosto de 1990 a la revista El Gráfico.
En aquellos días el flaco de Fisherton era entrenador de Peñarol de Montevideo. Carlos Salvador Bilardo había dejado de ser entrenador del seleccionado nacional luego de Italia 1990 y AFA buscaba un sucesor. 
Menotti declaró: «Lo digo sin falta modestia. El único que puede salvar al fútbol argentino es un tipo como yo. Por lo que represento, por toda la polémica que puedo levantar. Siempre he sido coherente con mi mensaje y a mis equipos se los va a ver, para saber que ofrecen. Tienen ilusión y un sentido estético para el espectáculo». 
Días más tarde, AFA confirmó a Alfio Basile. El Flaco fracasó en Montevideo y volverá a nuestro fútbol en 1993, para dirigir a Boca Juniors.

 

 

Dante Panzeri.
DANTE PANZERI (1969): «ESTUDIANTES ES LA REPRESENTACION DE LA VIOLENCIA PARA EL LUCRO APLICADA AL DEPORTE»
Frase fue acuñada por el periodista Dante Panzeri en el año 1969, cuando Estudiantes de La Plata disputó ante el Milan un escandaloso partido por la Copa Intercontinental de Clubes.
Aquella noche del 22 de octubre de 1969 fue una jornada negra para el fútbol argentino. En la Bombonera, aquel Estudiantes de Zubeldía mostró su peor cara. Un concierto de golpes, agresiones, insultos y escupitajos. Con dos agresiones arteras. Primero el tucumano Ramón Aguirre Suárez desfigurando a Néstor Combín. Luego el arquero Alberto Poletti golpeando en el piso con una patada a Gianni Rivera. Fue tan grande el escándalo que el gobierno del dictador Juan Carlos Onganía resolvió detener a Alberto Poletti y Ramon Aguirre Suarez, quienes pasaron un mes en la cárcel de Devoto.
Nacido en Rosario el 5 de noviembre de 1921 y criado en diversos pueblos cordobeses, Dante Panzeri llegó a Buenos Aires a comienzos de los años cuarenta. Redactor de El Gráfico, su estilo crítico y profundo estuvo impregnado por un halo de ética y moralidad.
Panzeri, enfrentado con Osvaldo Zubeldía y su concepción del fútbol, no dudó en catalogar a aquel equipo multicampeón como una «representación de la violencia para el lucro aplicada al fútbol».
Controversial, polémico – y curiosamente – muy pocas veces debatido a fondo. Un bronce al cual pocos se animan a polemizar. Ese fue Dante Panzeri.

 

 

LAUREANO DURAN (1962): «GIMNASIA ES PUEBLO, GIMNASIA ES PERIFERIA Y ES EL ULTIMO MITO VIVIENTE DE LA CIUDAD»
Laureano Durán fue presidente de Gimnasia y Esgrima de La Plata entre 1957 y 1967. Durante su gestión, los triperos vivieron momentos importantes, por ejemplo, aquella campaña de 1962. Tan eterna como el apodo que generó: El Lobo.
Fue un tripero emocionante. No tuvo ningún reparo en deparar el carácter popular de Gimnasia. Un club abierto a las barriadas periféricas. Tiempos en los cuales Gimnasia sumó una enorme popularidad en Ensenada y Berrisso por una estrategia trazada por el propio Cholo Durán: llevar el club a las barriadas.
Alguna vez, la directiva de Estudiantes entendió que hacía demagogia. La respuesta de Laureano Durán fue antológica: “Gimnasia es pueblo, Gimnasia es periferia y es el último mito viviente de la ciudad”.

 

 

ROBERTO FONTANARROSA (1998): «AL GOL DE POY LO VI POR LA TELE. UNO SE ACUERDA SIEMPRE LO QUE ESTABA HACIENDO CUANDO OCURREN ESTAS COSAS, COMO EL DIA QUE MATARON A KENNEDY»
Para todos los hinchas de Rosario Central, el 19 de diciembre de 1971 es una fecha sagrada. Fue la tarde del mítico gol de Aldo Pedro Poy a Newells. Semifinal del Nacional. Luego vendría la final ante San Lorenzo. La victoria 2 a 1 y el festejo hasta la madrugada. Pero la fecha señalada no fue el título. No: fue aquella semifinal…
Roberto Fontanarosa, símbolo canaya, es un emblema de la literatura deportiva argentina. Sus aportes son interminables. Pero hay un cuento sublime: 19 de diciembre. La historia del Viejo Casale. El hombre invicto en clásicos ante Newells que secuestran, llevan al Monumental, y muere de un infarto luego de la victoria final.
El Negro no estuvo en River. Vio el partido por la tele. Todos recordamos, no importa el club del cual seamos hinchas, donde estábamos en ese momento glorioso para nuestros corazones.

 

 

HUGO GATTI (1975): «¿POR QUE NO ME TIRE? PORQUE A LOS GOLES LINDOS HAY QUE MIRARLOS, MAESTRO»
En sus casi tres décadas de trayectoria, Hugo Orlando Gatti recogió anécdotas para convertirlo en un actor central de su tiempo. Carismático y genial, el Loco fue un arquero de excepción sin moverse de su estilo: volante y achique.
En 1975, Gatti llegó a Unión de Santa Fe. Los tatengues volvían a primera y armaron un equipo sensacional: El Loco en el arco, Rubén Suñé, Baudillo Jauregui, Sacconi y Barro; Roberto Espósito, Víctor Marchetti y Victorio Cocco; Heber Mastrángelo, Leopoldo Jacinto Luque y Miguel Tojo. El entrenador, otro inefable: Juan Carlos Lorenzo.
En la última fecha del Metropolitano 1975 se jugó el clásico santafesino en el Cementerio de los Elefantes. Colón también tenía un gran equipo: dos centrales que hicieron historia como Hugo Villaverde y Enzo Trossero. Arriba, el zurdo Carlos López, Ernesto Álvarez, José Luis Saldaño y un delantero chacabuquense que le pegaba con un caño: Hugo Coscia.
17 de agosto de 1975. Clásico ardoroso. El remate potente de Coscia. Gatti no se mueve. Golazo. Derrota de su equipo 3 a 2. En el vestuario, Lorenzo le recriminó a Gatti su falta de reacción. La respuesta de Gatti fue antológica: “¿Porque no me tiré? Porque los goles lindos hay que mirarlos, maestro”.
Al año siguiente, Gatti se vistió de xeneize junto al Heber Mastrángelo y el Chapa Suñé. Con la dirección técnica de Juan Carlos Lorenzo.

 

 

 

 

 

RUBEN AYALA (1974): «EN EUROPA NO SE CONSIGUEN»
Frase para la historia de Rubén Hugo Ayala, el verdadero Ratón Ayala.
Delantero de endiablada habilidad y velocidad. Nacido en Humboldt, provincia de Santa Fe, el 8 de enero de 1950. Surgido en las divisiones inferiores de San Lorenzo. Allí lo moldeó el maestro Ernesto Duchini, quién lo recomendó para la primera junto a Ramón Cacho Heredia. Debutó en 1968, el año de Los Matadores. Pronto destacó por sus cualidades futbolisticas, pero también por su pelo larguísimo. Extraño para la época.
Figura del San Lorenzo bi-campeón 1972 (Metropolitano y Nacional), fue trasferido a Atlético Madrid. Junto con él, también viajó Cacho Heredia. Ambos fueron enormes figuras a orillas del Manzanares. Tanto fue así que eran las grandes estrellas del equipo argentino que disputó la Copa del Mundo 1974.
A fines de ese año, en el pico de popularidad, Rubén Ayala filmó una publicidad de botines Interminable.
La misma fue filmada en el Estadio de River Plate (aún herradura), con la dirección de Eliseo Subiela. Con un pasodoble de fondo, el Ratón – vistiendo la camiseta del equipo madrileño – luego de pegarle de volea una y otra vez, menea la cabeza recomendando comprar los timbos ya que en Europa no se consiguen. Ayala era uno de los pocos futbolistas nacionales que jugaba en el viejo continente…
Si Luis Pentrelli inmortalizó el Toco y me Voy, Ayala quedará en la historia por sus piques electrizantes, sus goles y porque En Europa no se consiguen…

 

 

BERNABE FERREYRA (1959): «¿SI PODRIA JUGAR AHORA? PERO M´JO: CON 20 AÑOS Y 70 KILOS COMO NO PODRIA JUGAR. EL FUTBOL NO TIENE SECRETOS»
El eterno debate del fútbol argentino. ¿Los grandes de ayer podrían jugar hoy? Esta duda no surgió en los últimos años, cuando los cambios físicos y tácticos se hicieron vertiginosos. No. Desde que la pelota comenzó a rodar y fueron llegando nuevas camadas de jugadores, el debate siempre estuvo presente.
En los años treinta, cuando Bernabé Ferreyra era ley, muchos hinchas añoraban el fútbol del Racing heptacampeón. En 1959, la Revista el Gráfico entrevistó al Mortero de Rufino. Bernabé, con mucha humildad, le expresó al periodista: «¿Usted me pregunta si yo ahora podría jugar como lo hacía antes? Pero m hijito, con 20 años, 70 kilos y todas las ganas de tragarme la cancha, cómo no podría jugar… Pero si el fútbol no tiene secretos».

 

 

PULPA ETCHAMENDI (1966): «PIZZUTI MANDA AL FRENTE A SUS JUGADORES PORQUE ES SOLTERO. NOSOTROS TENEMOS FAMILIA Y HAY QUE LLENAR LA HELADERA»
Los años sesenta fueron defensivos en nuestro fútbol. Hubo bocanadas de aire muy fresco, como lo fue el mítico Racing de José. Todos atacaban. Todos defendían. Si en 1965, el campeón Boca Juniors se consagró con sólo 55 goles a favor, los 70 goles de la Academia eran un bálsamo.
Pero el ejemplo no cundía. No todos los entrenadores se animaban al ejercicio táctico que planteaba Juan José Pizzuti. Uno de ellos era el uruguayo Washington Etchamendi. El Pulpa, como lo habían bautizado en su Paysandú natal.
Etchamendi tuvo el honor de ser el entrenador que condujo a los dos grandes equipos de la ciudad de Santa Fe a la máxima divisional por primera vez. En 1965, con Colón. Al año siguiente, con Unión.
Justamente cuando era entrenador tatengue, alguien le preguntó por el rumbo conservador de su equipo, y como se estilaba en aquellos días, le preguntó porque no proponía un juego ofensivo como lo hacía Juan José Pizzuti con su Racing. Etchamendi recordó que Pizzuti, con casi 40 años, seguía soltero; y respondió: «Sabés que pasa…Pizzuti manda al frente a sus jugadores porque es soltero. Nosotros tenemos familia y hay que llenar la heladera».
Pulpa Etchamendi falleció el 30 de mayo de 1976 en el estadio Pascual Guerrero. Esa tarde, su equipo, Deportivo Cali, enfrentaba a Independiente Santa Fe.

 

 

 AMERICO TESORIERE (1922): «MIS MEJORES PARTIDOS FUERON DESPUES DE TRES DIAS DE FARRA CORRIDA»
Caramba ¡Qué declaración! Un futbolista que reclama tres días seguidos de fiesta para tener una actuación destacada dentro del verde césped. En estos tiempos, donde se piden profesionalismo extremo, concentraciones y otras yerbas, hace un siglo, el mítico Américo Tesoriere se mandaba flor de confesión.
En Héroes de Tiento (Historias del Fútbol Argentino 1920-1930), publiqué esta frase del arquero de Boca Juniors. Fue en el marco del Sudamericano de 1922 jugado en Río de Janeiro. Por más que había playas y garotas, los futbolistas no tenían un mango partido al medio, y la dirigencia tampoco ayudaba. Muy triste por la situación, Tesoriere le confesó esta necesidad de irse de jarana a Julio Marini, enviado del diario Crítica.

 

 

JOSE AMALFITANI (1964): «¿QUIEREN SALIR CAMPEONES? ¡HAGANSE HINCHAS DE BOCA!»
Otra frase increíble. ¿Pero a quién le perteneció y quienes fueron los destinatarios? Debelamos rápido el misterio: la misma fue dicha por José Amalfitani y se la dijo a los plateistas de Vélez Sársfield.
A comienzos de los años sesenta, Vélez era un club con un potencial social enorme. El sueño cumplido de Amalfitani, quién bregó toda una vida por un club con fuerte presencia social. Claro, la disyuntiva que ya se planteaba era comprar ladrillos o goleadores. El club de Liniers tenía un gran jugador como el cordobés Daniel Willington, pero la vuelta olímpica no llegaba. Una tarde de 1964 un grupo de hinchas le criticó a Amalfitani un supuesto desinterés deportivo. Amalfitani le señaló la platea alta de la avenida Juan B. Justo, que estaba en construcción. A los hinchas poco les importó. El reclamo se hizo insoportable. Amalfitani, dueño de un carácter hosco y difícil, cortó la discusión a los gritos: «¿Quieren salir campeones? ¡Háganse hinchas de Boca! ¡Este es un club!».
Amalfitani vio campeón a Vélez del Nacional 1968, polémica por la mano de Luis Gallo mediante. Sus ladrillos fueron el sostén de un club que casi siempre priorizó lo institucional por sobre lo deportivo. A partir de 1993, los logros deportivos se hicieron presentes en la vida de la institución de Liniers.
José Amalfitani había nacido el 16 de junio de 1894. Presidente entre 1923 y 1925, cuando se inauguró el Fortín de la calle Basualdo 436. En 1940, con el club descendido y con un cartel de remate por la pérdida del estadio, tomó nuevamente la conducción. Realizó una tarea colosal que terminó el día de su muerte, el 14 de mayo de 1969.

 

 

 

 

DIEGO MARADONA (1986): «PASE MAESTRO, LO ESTÁBAMOS ESPERANDO»
25 de junio de 1986. Semifinal de la Copa del Mundo 1986. En el Estadio Azteca, Argentina derrotaba 2 a 0 a Bélgica. Dos goles de Diego casi tan antológicos como el par convertido días atrás ante Inglaterra. Faltando seis minutos, con el partido controlado, Carlos Salvador Bilardo ordenó el único cambio del equipo. Salía Jorge Burruchaga e ingresaba Ricardo Enrique Bochini, camiseta número 3.
Con 32 años, el Bocha era una referencia enorme de Independiente – su único club – y del fútbol argentino. En casi 15 años de carrera había coleccionado la más variada cantidad de títulos, incluidas dos Copas Intercontinentales. En 1973, un gol suyo resolvió la final con la cual los Rojos vencieron a Juventus en Roma.
Cuando Bochini estaba por ingresar, Diego se acercó lo suficiente para gritarle: «Bienvenido Maestro: lo estábamos esperando». Algunos arriesgan que el grito fue más breve: «Dibuje, Maestro». Da igual: el mejor jugador del fútbol argentino en su cenit le daba la bienvenida al crack que iba a ver de pibe, cuando le pedía a Don Diego que hiciera el esfuerzo de llevarlo a la Doble Visera para ver al 10 de pelos escasos y desaliñados, andar chaplinesco y pases imposibles.
En los pocos minutos que estuvo en cancha, el Bocha intentó conectarse con Diego. Tiraron un par de paredes. Una en el área que un defensor belga destruyó mandando la pelota al córner.
Curioso: Norberto Alonso y Ricardo Bochini fueron los grandes «10» del fútbol argentino de los años 70s y 80s. Referencias históricas de River Plate e Independiente. Ambos fueron campeones mundiales. Ambos se sintieron menospreciados y tuvieron declaraciones peyorativas hacia aquellos títulos. En el caso del Bocha, poco tiempo después de la consagración mundialista, declaró: «Yo no me siento campeón del mundo».

 

ALDO PEDRO POY (1971): «PREPARA LA MÁQUINA QUE AHORA HAGO EL GOL. APUNTA BIEN, NO TE LO PIERDAS»
Nunca una semifinal de campeonato trascendió tanto como aquella. 19 de diciembre de 1971. En el estadio Monumental se enfrentaban Newells y Rosario Central.
Fue un partido intenso. No podía ser de otra forma. La Lepra, dirigida por el Gitano Juárez, tuvo buenas opciones en el primer tiempo. Lo tuvieron Mario Zanabria y el albañil Angel Silva, pero ambas opciones – sobre todo la segunda – fueron conjuradas en forma fantástica por Noberto Menutti.
Rosario Central, entrenado por Ángel Labruna, esperó su momento. Su clave estaba en la solidez defensiva. Una línea de fondo histórica: José Jorge González, Aurelio Pascuttini, Alberto Fanesi y Daniel Killer.
Hasta que llegó la jugada que cambió la historia. Ocho minutos del segundo tiempo. Jugada en ataque canalla. Una pelota que se va al córner. Aldo Pedro Poy, camiseta número 9, lo mira a Juan Fernández, fotógrafo de El Gráfico, y le dice: «Prepará la máquina que ahora hago el gol. Apuntá bien, no te lo pierdas». Un minuto más tarde, el desborde de Billy González, centro, y la mítica palomita de Poy para señalar el gol más celebrado en la historia del fútbol mundial.

 

 

Arturo Magalhaes, Teodoro Nitti y Miguel Brindisi.
TEODORO NITTI (2003): «NITTI, HIJO DE PUTA, LA PUTA QUE TE PARIO… FUERON LAS MAS HERMOSAS PALABRAS QUE ESCUCHE EN MI VIDA»
¿Por cual razón un hombre se siente pleno y feliz al ser insultado por una multitud? Seguramente por las mismas razones que lo llevaron a ser árbitro de fútbol.
Teodoro Nitti fue un referente del arbitraje argentino por casi dos décadas. En épocas que los jueces se vestían de riguroso negro, él fue un duro. Debutó en Primera División en el año 1970. Dirigió 470 partidos oficiales hasta su retiro, en 1986.
Alto, fuerte. Su carácter se hizo sentir. Teodoro es el dueño de algunos récords curiosos: fue el árbitro que expulsó a un jugador más rápido. Fue el 4 de noviembre de 1979. Clásico entre Huracán y San Lorenzo. A los 25 minutos del segundo tiempo, Juan César Silva, camiseta 16 quemera, ingresó al campo de juego. Un minuto más tarde fue expulsado por Teodoro.
También fue el árbitro en el cual un arquero improvisado atajó un penal. El primero sucedió el 22 de agosto de 1971. Rosario Central recibió a Racing Club. Penal contra Racing. El Mono Gibaudo, arquero de la Academia, fue expulsado por Nitti por adelantarse dos veces en remates ejecutados por Landucci. El Chango Cárdenas fue al arco. Central cambió de ejecutor. Mala idea. Cárdenas tapó el penal de su coprovinciano Roberto Gramajo.
Su carácter le jugó una mala pasada en cancha de Estudiantes. 9 de noviembre de 1975. El brasileño Zezinho, habilísimo delantero blanco, le dijo ladrón. Nitti, lo acogotó ante la mirada atónita de quince mil espectadores. Luego lo expulsó y lo invitó a pelear.
Sobre el final de su carrera dirigió dos partidos emblemáticos en Avellaneda. El 18 de diciembre de 1983 le tocó arbitrar el descenso de Racing Club. También la triste tarde del 7 de abril de 1985, cuando fue asesinado el joven Adrián Scasserra.
En 1991 su nombre volvió al centro de la escena. Se presentó como candidato a Presidente de AFA. Durante los 35 años de poder de Julio Grondona fue el único que se atrevió a confrontar. Cuenta que su candidatura fue alentada por Juan D´Stéfano (presidente de Racing Club), Fernando Miele (San Lorenzo) y Carlos Heller (Boca Juniors). La elección terminó 39 a 1 en su contra.
En febrero de 2003 fue entrevistado por el diario deportivo Olé. En un momento de esa larga nota lo consultaron sobre si extrañaba el «Nitti, compadre…». Su respuesta fue antológica: «Ese no, porque se lo cantaban a Ithurralde. A mí me dedicaban el «Nitti, hijo de puta, la puta que te parió…». Esos insultos fueron las más hermosas palabras que escuché en mi vida»
Teodoro Nitti falleció el 11 de septiembre de 2004, a los 70 años. El hombre que era feliz cada vez que lo puteaban.

 

TUCHO MÉNDEZ (1996): «NO HAY TECNICO EN EL MUNDO QUE PUEDA HACER UN EQUIPO GANADOR SIN BUENOS JUGADORES»
Norberto Doroteo Méndez fue un grande de su tiempo. Un futbolista puro potrero. Tucho, como se lo conoció, nació en Parque de los Patricios la noche de Reyes de 1923. Surgió en la Primera de Huracán en 1941 jugando al lado de Herminio Masantonio. Insider derecho, actual número 8, dueño de una notable técnica. Durante quince años fue una referencia obligada del fútbol argentino. Un fútbol argentino que se apoyaba en la notable calidad individual de sus jugadores. Cada equipo tenía unos cuantos jugadores con excelente pie. Las canchas se llenaban. La época de oro de nuestro fútbol.
Años más tarde, cuando Tucho ya era un añorado bronce y los entrenadores pedían jugadores obedientes por sobre aquellos con buen manejo, el ex crack de Huracán, Racing Club y la Selección Argentina dejó en claro su credo: «No hay técnico en el mundo que pueda hacer un equipo ganador sin buenos jugadores«.
Tucho Méndez falleció el 22 de junio de 1998. Morocho, de jopo perfecto, fue una gloria enorme de nuestro fútbol.

 

 

CESAR LUIS MENOTTI (1987): «MUSLADINI ES UN PICHON DE PASSARELLA»
La apreciación parecía temeraria. Pero en la boca de César Luis Menotti tenía otro color. Marzo de 1987. Con solo tres meses dirigiendo a Boca Juniors, el Flaco de Fisherton había cautivado a la hinchada xeneize. Un equipo que había terminado 1986 – dirigido por Mario Zanabria – en mitad de tabla, no paraba de meter triunfos y se ilusionaba con pelear el campeonato.
Boca tenía un equipo con figuras de mitad de cancha hacia adelante, pero tal vez su talón de aquiles estaba en defensa: Abramovich – Higuaín – Pasucci – Zacarías. Con lo que tenía necesitaba una defensa rápida para jugar al achique. Por eso sacó a Roberto Pasucci, ídolo de la hinchada, y metió al pibe Hugo Daniel Musladini.
Menotti hizo debutar a Musladini el 25 de enero de 1987. Victoria xeneize 2 a 0 sobre Vélez Sársfield. Si bien había realizado todas las divisiones inferiores como volante por derecha, Menotti lo alineó como segundo marcador central. Un par de buenas actuaciones – mas la excelente racha del equipo que enhebró seis victorias consecutivas desde aquel partido – hicieron que el mundo del fútbol preguntara por un tal Musladini.
Consultado Menotti sobre las condiciones del pibe Musladini, la respuesta del Flaco dejó atónitos a los presentes: «Musladini es un pichón de Passarella«.
Ese comentario del Flaco fue una cruz en su carrera. Desde aquella nota en El Gráfico con el título para la historia, comenzó una serie de yerros descomunales, goles en contra y expulsiones zonzas que exasperaron al mundo xeneize.
Nunca una frase fue tan determinante – en forma negativa – en la carrera de un futbolista.

 

 

 

 

OSVALDO ARDIZZONE (1981): «A LA MUERTE HAY QUE MATARLA»
Aquel viernes 9 de enero de 1981 una noticia conmocionó al fútbol argentino. Hugo Osvaldo Pena, defensor central y figura de San Lorenzo de Almagro, había muerto electrocutado en un increíble accidente doméstico. El jugador, que había sido recientemente operado por una lesión en el tobillo derecho, estaba en su casa viendo televisión. Tenía su pie dentro de una palangana con agua y sal. Su hija de tres años le pidió cambiar de canal. Pena, sin darse cuenta del error fatal que estaba cometiendo, accionó manualmente el televisor recibiendo una fuerte descarga eléctrica. Falleció minutos más tarde. Tenía sólo 29 años.
Pena no sólo era reconocido por su capacidad profesional (había sido jugador de Argentinos Juniors, campeón con River Plate y figura en Chacarita Juniors y San Lorenzo), sino – sobre todo – por su notable condición de gran persona. El mundo del fútbol no dio crédito de una tragedia tan absurda. Dentro del desconsuelo general, Osvaldo Ardizzone, en las páginas de la revista Goles Match, sintetizó un título para la historia: «A la muerte hay que matarla«.
Pena había nacido el 28 de noviembre de 1951 en Capital Federal.

 

 

GARRAFA SANCHEZ (1998): «YO DOY LA VUELTA OLIMPICA CON LA CAMISETA DEL CLUB QUE SOY HINCHA»
La frase tiene dueño: José Luis Sánchez; y al autor de estas líneas como protagonista secundario.
El sábado 1 de agosto de 1998, El Porvenir conseguía su ansiado ascenso a la B Nacional luego de vencer 2 a 0 a Deportivo Armenio. Gerli era una fiesta. Pasados unos cuantos minutos de finalizado el partido, los periodistas pudimos ingresar al vestuario local. Aun había lágrimas en ojos de jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Luego de 13 años el club regresaba a la segunda división.
El crack de aquel equipo dirigido por Ricardo Calabria era Garrafa. Por su fútbol cinco estrellas y su particular carisma. Lo encontré en sentado arriba de la mesa de masajes. Tenía puesta una camiseta verdiblanca de Deportivo Laferrere, marca Taiyo, con el número 9. Era una imagen poco común: en la fiesta de un campeonato, un futbolista tenía puesta la camiseta de otro equipo, curiosamente, competidor en la misma categoría.
Le pregunté: – Garrafa, ¿Por qué tenés puesta la camiseta de Laferrere?
La respuesta fue antológica: «Porque yo doy la vuelta olímpica con la camiseta del club que soy hincha»
No había mucho más que decir. Tan sólo pedirle el teléfono y concertar una entrevista para el otro día por la mañana. Al otro día, el querido José Luis Sánchez nos atendió sin ningún problema.
Garrafa Sánchez nació en Laferrere, el 26 de mayo de 1974. Zurdo cerrado, habilidoso y dueño de un pedazo de potrero. Debutó en Deportivo Laferrere, su club, el 26 de noviembre de 1993 ante Almirante Brown. Campeonato Nacional B. En 1997 pasó a El Porvenir donde se consagró campeón y descolló como figura. Luego de un breve paso por Bella Vista de Montevideo, arribó en 2000 a Banfield. Allí se convirtió en figura consular. En 2005, con 31 años, regresó a Laferrere.
José Luis Garrafa Sánchez, un enamorado de las motos y la velocidad, falleció el 8 de enero de 2006, luego de sufrir un accidente con su motocicleta.

 

 

JOSE BACIGALUPPI (1922): «RIVER NO ES UN CLUB PARA UN BARRIO, ES UN CLUB PARA UNA CIUDAD»
Esta frase cambió la historia de River Plate. La dijo José Bacigaluppi, presidente de la institución boquense, a mediados de 1922. En aquellos días el crecimiento de River Plate se encontraba estancado. Los límites del barrio, con su competencia de clubes, hacía difícil el despegue institucional.
José Bacigaluppi realizó una clara lectura de la situación. Dueño de los remates de las mejores tierras de la ciudad, comprendió que River Plate debía dejar su cancha de la calle Aristóbulo del Valle y su arraigo xeneize. Fue así que en reunión de comisión directiva dejó su frase para la historia: «River no es club para un barrio, es un club para una ciudad«.
River Plate comenzó su mudanza. Por una verdadera fortuna alquiló un predio del BAP en Alvear y Tagle, la zona más pudiente de la ciudad, y comenzó la construcción de un moderno estadio y un club como no había en nuestro país. A partir de 1923, los tiempos riverplatenses en la Boca ya eran pasado.
Los muchachos de la banda roja dejaban de ser Darseneros, ahora eran Aristócratas. En un par de años serán Millonarios.
Foto: http://casosycosasriverplatenses.blogspot.com

 

CARLOS BILARDO (1993): «AL RIVAL HAY QUE PISARLO»
Esta frase generó un revuelo inédito, pero todo tiene un contexto. En la noche del 6 de febrero de 1993, se enfrentaban en el estadio de Riazor, el Deportivo y el Sevilla. Era el Sevilla dirigido por Carlos Salvador Bilardo con la figura estelar de Diego Maradona y la presencia llena de futuro de Diego Simeone.
Promediando la segunda etapa, un encontronazo entre Diego y Alberto Albístegui terminó con ambos en el piso. El más dolorido era el defensor vasco del equipo gallego. Ante ese cuadro, Domingo Pérez, fisioterapeuta del Sevilla, ingresó al campo de juego para atender a Maradona. Cuando vio que estaba recuperado, se acercó a Albístegui. Esto sacó de quicio al Doctor que comenzó a gritar: «Domingo, Domingo. ¡A Diego! A Diego… ¡ay, en vez de agarrar a Diego agarra al otro!«, vociferó por los aires. Enloquecido, Bilardo se agarró la cabeza al grito de «Me quiero morir. Me quiero morir. Domingo, Domingo. Los de colorado son nuestros. Los de colorado son nuestros«.
Cuando Pérez regresó al banco de suplentes luego de cumplir su función profesional, Bilardo lo recibió con una frase: «¿Cómo vas a atender al otro? Qué carajo me importa. Pisarlo. Pisarlo. Al contrario, pisarlo».
Una indiscreta cámara de Estudio Estadio la tomó e inmortalizó el momento.

 

 

LIONEL MESSI (2022): «ANDA PA´ALLÁ, BOBO»
Aquel 9 de diciembre de 2022 quedará en el recuerdo. Holanda – AKA Países Bajos – nunca fue un rival accesible para Argentina. Una victoria 2 a 0 se transformó en un tembladeral de penales y emociones a flor de piel. Apenas finalizado el partido, mientras le realizaban una nota en el ingreso a los vestuarios, Leo giró la cabeza y disparó: «¿Qué mirás, bobo? ¡’Andá pa`allá, bobo».
Conmoción. El siempre correcto Lionel nos dejó una frase que se repetirá en memes, remeras, tazas y tatuajes. En un partido por demás caliente, un país necesitaba saber quien era el destinatario de la frase. ¿Louis Van Gaal o su ayudante Edgar Davies? No, ninguno de ellos. La ira de Messi apuntó a Wout Weghorst, el autor de los dos goles naranjas que le había clavado al rosarino una mirada asesina.
¡Andá pa`allá, bobo! ¿A quién le ganaste?

 

* Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.

 

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