1982: el año que Junín jugó su clásico en Primera División

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El zurdazo del salteño Robles se convertirá en gol verde. Lo sufre Sergio Lippi, quién con los años se convertirá en una histórica referencia sarmientista.

El 7 de marzo de 1982, la ciudad de Junín vivió una fiesta única. Sarmiento y Mariano Moreno jugaron su clásico en la máxima divisional del fútbol argentino. Recordemos como se fueron dando las situaciones para que en aquel Nacional 82 se diera aquel inolvidable partido.

Por Carlos Aira

 

Calle Saenz Peña. Centro de Junín. Año 1982.
Junín. Ciudad con ganas de vivir como pueblo a 264 kilómetros de la ciudad puerto. La Ruta Nacional 7 y el punto urbano más importante del noroeste bonaerense. Nudo ferroviario de la patria. El BAP (Buenos Aires al Pacífico). Enclave en esa fértil tierra llamada Pampa Húmeda transformada en alfombra de soja. Tierra natal – o adoptiva – de gigantes del fútbol argentino. Sin ir mas lejos, dos parte-aguas, como lo fueron Bernabé Ferreyra y Osvaldo Zubeldía.

 

 

Desde su fundación en 1917, los títulos de la Liga Deportiva del Oeste recayeron, mayormente, en tres clubes. Sarmiento, Mariano Moreno y Jorge Newbery. Fueron los depositarios de las mayores pasiones deportivas juninenses. Pero algo se rompió en 1951. Días de Valentín Suárez al frente de AFA. En su cabeza surgió la idea de sumar clubes de tierra adentro al profesionalismo porteño. De allí el proyecto para que clubes ubicados a más de 500 kilómetros de la gran ciudad pudieran jugar en segunda división. Las fichas estaban puestas en Olimpo, pero los bahienses declinaron la oferta, priorizando su competición interna. Rápido de reflejos, Juan Duarte – hermano de Eva Perón – ofreció a Sarmiento, el club de sus amores juveniles. Fue así como desde 1952 los verdes comenzaron a jugar futbol de AFA, con gran estadio de cemento incluido. Algo se quebró  y para siempre – en la clásica parsimonia pueblerina.
En 1963, Sarmiento estuvo a punto de pegar el salto a Primera División.
Junín tenía exposición futbolística por Sarmiento. Comenzaban los duelos ante clubes porteños. Las visitas de Tigre, Nueva Chicago, Dock Sud o San Telmo generaban nuevas rivalidades. Para los hinchas verdes, sus viejos rivales eran pasado. Más cuando en 1963, Sarmiento estuvo a un paso de la máxima divisional. En la última fecha, la victoria ante Ferro en Caballito dejó a los verdes en la cima del torneo junto a Oeste, Unión de Santa Fe y San Telmo.
Sarmiento tenía un gran equipo que se sabía de memoria: Pedro Cambareri; Hebert Pérez y Raul Hernández; Bizón, Medina, Miguel Ángel López, Oyarzábal, Ángel Tomino, Manuel Suárez, Koroch y Ricardo Ulrich. ¿Que hubiera pasado si Horacio Barrionuevo, el crack histórico del club, hubiera jugado en aquel equipo? En 1963 Taqueta mostraba su fútbol cinco estrellas con la camiseta de la Asociación Atlética Argentinos Juniors.
Aquel equipo verde tenía historias. El central Hebert Pérez era un fenómeno. El Mariscal. Un defensor reconocido por todo el ambiente por su notable calidad. Raul Tucumano Hernández traía en su alforja el tricampeonato riverplatense 1956/57/58. Entrenador Verde en 1973, recomendó a su amigo Pipo Rossi – conductor millonario – un pibe llamado Daniel Alberto Passarella. Otro crack era Miguel Ángel López. El Zurdo López. Volante central quién con los años realizó una gran campaña, consagrándose campeón de todo con Independiente. Finalmente, en aquel equipo de Sarmiento 1963 alternaba un pibe nacido en Córdoba pero criado en Junín por la vida ferroviaria  de su padre. Hugo Spadaro – con sólo 18 años – pronto será parte de aquel ciclo brillante de Estudiantes de La Plata dirigido por su conciudadano Osvaldo Zubeldía.

 

FUTBOL NACIONAL

 

Pero el primer equipo juninense en ser parte de la máxima divisional no fue Sarmiento. Con el regreso de Valentín Suárez a la conducción de AFA, año 1966, llevó su viejo proyecto de federalizar el fútbol. Nacía el Campeonato Nacional. Luego del éxito del torneo en 1973, se decidió ampliar de 30 a 36 equipos, clasificando dos equipos bonaerenses del Torneo Regional (Mar del Plata tenía dos plazas fijas). Luego de derrotar a Atlético Paraná de San Nicolás, Jorge Newbery de Junín jugaría el Torneo Nacional de 1974.
15 de septiembre de 1975. Día glorioso para la ciudad. Jorge Newbery derrotó 1 a 0 a River Plate. El estadio de Sarmiento repleto.
Fundado en junio de 1913, Los Aviadores tenían un equipo que hegemonizó desde 1969 – y por una década – la Liga Deportiva del Oeste. Tenían un diferente. Era Juan Carlos Vilches. Lateral derecho, capitán y figura. Dueño de una voz potente que a partir de 1976 se hizo popular, oficiando de locutor en Radio Rivadavia junto a Héctor Larrea en un clásico como fue Rapidísimo.
A Jorge Newbery le tocó el Grupo B y cuando la ciudad supo quienes eran los rivales, no podían creer los clubes que visitarían Junin: River Plate, Talleres de Córdoba – sensación del interior -, Newells – Campeón del Metropolitano -, Gimnasia y Esgrima La Plata, Argentinos Juniors, Colón de Santa Fe, Altos Hornos Zapla y Huracán de San Rafael. El fútbol grande iba romper la histórica tranquilidad juninense.
El primer partido de los albiazules de Pueblo Nuevo fue ante Talleres. Sarmiento cedió su estadio, el único disponible en la ciudad para albergar tanta emoción. También, cuentan los testigos de época, algo más: «No solo estuvimos los hinchas de Sarmiento, sino que le prestamos hasta las banderas y los bombos. Los fuimos a esperar al club, en calle Italia y España, y el primer partido que jugó contra Talleres estuvimos con la Pesada alentando. Ganó Talleres uno a cero, gol de Daniel Willington, y la hinchada de Talleres trajo una orquesta completa«, evoca Carlos Laino, histórico hincha del verde. Otro recuerdo no coincide con tanta confraternidad. Luis Caruzzolo, Sombra, otro histórico del sarmientismo, recordó: «En aquellos días la hinchada de Sarmiento era La Pesada de los Matadores. Cuando Newbery jugó en Primera, hinchaba por los contrarios o era neutral. Cuando Talleres de Córdoba vino a jugar a Junín, su hinchada repartía alfajores. Era otra época«.

 

Hinchas de Newbery festejando la clasificación al Nacional de Primera A. La ciudad se unió detrás del sueño de Primera.
Pero la fecha señalada fue el domingo 8 de septiembre de 1974. River Plate visitaba Junín. La banda hacía 17 años que buscaba un título en forma frenética. Enrique Omar Sívori hacía debutar a un pibe llamado Alejandro Sabella. También jugaría un lateral izquierdo que el año anterior había sido figura en Sarmiento. Era Daniel Alberto Passarella. En el medio: J.J López y Víctor Marchetti. Adelante, el Heber Mastrangelo, Carlos Morete y la Chiva Di Meola. Pero aquella tarde ganó Newbery. 1 a 0, tanto convertido por Hugo Spadaro de tiro penal. Más de veinte mil hinchas – de todos los equipos de Junín – llenaron el Eva Perón. Con ese triunfo, los hinchas del aviador creyeron abrir una herida eterna en el orgullo de Sarmiento.
Newbery también disputó el Nacional 1975. Pero la revolución llegó a Junín en 1980. El año verde. El año de Sarmiento. Con la conducción de Ernesto Sabella y el apoyo económico de empresarios de la ciudad, los verdes conformaron un equipo de figuras. Llegaron grandes de la talla de los ex San Lorenzo Ruben Hueso Glaría, Rodolfo Lobo Fischer, José Raúl Toti Iglesias y Roberto León Espósito. Junto a ellos los experimentados Roberto Salomone, Jorge Peremateu, Hilario Bravi y Néstor Hernandorena, entre otros.

 

En 1980 Junín fue Sarmiento. El ascenso a Primera División ganando el torneo de Primera B. Un logro deportivo único.

 

Sarmiento fue de menor a mayor durante el campeonato. Acumuló seis derrotas en sus primeras seis salidas fuera de su tierra. Pero luego el equipo enderezó con la conducción de Juan Carlos Montes. Apareció un goleador impresionante en José Raul Iglesias, quién llegó al club gracias a sus ex-compañeros de San Lorenzo. Con los éxitos, la ciudad comenzó a vivir una escalada de emociones. Junín se transformó. Multitudes acompañaron al equipo. El mítico pan verde en las panaderías de la ciudad y un ascenso, que por derecho propio, determinó el éxito deportivo más importante en la historia de Junín. Sarmiento jugaría durante un año el fútbol grande de todos los domingos.
Se profundizaron las internas ciudadanas. El ascenso de Sarmiento opacó la campaña de Newbery 1974. Supuestamente, ya no había lugar para el debate. Pero en 1981 – mientras los verdes en gran campaña mantenían la máxima categoría (fueron el cuarto mejor equipo de la segunda rueda del Metro, con Ricardo Gareca como gran figura), otro club juninense terció en la historia. Era Mariano Moreno.
Los negros fueron la revelación del regional. Rubén Vergara, presidente del club, había armado un equipo sólido. En la recta final superó a Douglas Haig de Pergamino, permitiendo disputar la final por la clasificación ante Olimpo de Bahía Blanca. La primera final, disputada el 13 de diciembre de 1981 finalizó con la sorpresiva victoria 4 a 3 de los juninenses en Bahía. Una semana más tarde, los aurinegros ganaron 2 a 1 en el Cemento. De poco les sirvió. Mariano Moreno hacía historia: jugaría el Nacional 1982.

 

Mariano Moreno 1982. Arriba: Equipo de fútbol del Club Mariano Moreno, campeón de 1981, plantel que además inició el ascenso al Campeonato Nacional de Primera División. Arriba: Héctor Italia; Carlos Ceratto; Carlos Rosales; Bernardo Martiarena; Jorge Castro y Angel Kennan. En el centro: Abel Pardini (DT); José Herrera (DT); Eduardo Silva; Hugo López; Rubén Gallego; Rodolfo Pesaressi; Daniel Carpanetto; Ramón Mendoza (PF) y Rubén Vergara (Médico) Sentados: Daniel Falabella, Miguel Morán, Miguel Romero, Adalberto Bonópera, Horacio González y Néstor Coria (utilero).

 

La ciudad se conmocionó. Sarmiento y Mariano Moreno jugarían, en un mismo torneo, en la máxima divisional. El duelo entre los que se fueron para arriba y los que tuvieron que pelearla. Moreno es el Barrio del Molino. Para ellos, los verdes son los ricachones a los cuales se les regaló la cancha. Para los verdes, un clásico barrial con gusto a poco.

 

SARMIENTO-MORENO. UN CLASICO DE PUEBLO EN PRIMERA DIVISION

 

Para 1982, Sarmiento ya no tenía sus tres estrellas del Metro 1981: Carlos López, Toti Iglesias y Ricardo Gareca. Llegaron los experimentados Sergio Apolo Robles  y Ramón Bóveda. Moreno era todo humildad, pero una ayuda muy especial. Vergara era gran amigo de Osvaldo Zubeldía. La zona que le había tocado a blanquinegros era harto complicada: Boca Juniors,  Estudiantes de La Plata, Huracán, Rosario Central, Talleres de Córdoba, Central Norte de Salta y Gimnasia y Esgrima de Mendoza.

 

Oscar Más junto a Rubén Vergara. Presidente y médico del plantel de Mariano Moreno.
Años después Vergara recordó las palabras que el exitoso entrenador le dijo de cara al Nacional: «No endeudes al club de por vida, creyendo que lograrás el mismo éxito del provincial, dedicale tu tiempo a los chicos, a los jugadores del club y a las obras”. Moreno solo contrató al veterano Oscar Pinino Más, que a los 35 años era uno de los goleadores de la B vistiendo la camiseta de Defensores de Belgrano. Sarmiento le dio media docena de jugadores a préstamo:  Oscar López, Hilario Bravi, Alberto Córdoba, Daniel Di Gilio, Roberto Del Pópolo y José Humberto Romero.
Un caso particular fue el de Ramón Cacho Heredia. Tal vez uno de los mejores defensores de su tiempo. Tras ser considerado el mejor jugador de Europa en 1977, una severa lesión lo alejó de la práctica deportiva. En 1979 intentó jugar en Sarmiento. Había comprado campos en Lincoln y quería afincarse en la zona. Una grave lesión no le permitió debutar con el Verde y se retiró del fútbol. Para sorpresa de muchos, en 1982 volvió al fútbol vistiendo la camiseta de Moreno. Jugó tan sólo un partido. Probó nuevamente en Sarmiento pero ya era imposible.

 

NACIONAL 82

 

El campeonato Nacional 1982 arrancó el domingo 14 de febrero. Esa tarde, Moreno fue goleado 3 a 0 por Central Norte en Junín. Sarmiento igualaba 0 a 0 ante Gimnasia en Jujuy. La fecha siguiente fue una fiesta para la ciudad. Los verdes iban al Monumental ante River. Moreno recibía a Boca Juniors. El Eva Perón reventó de hinchas.
Junín. 22 de febrero de 1982. El saludo de dos eternos: Hugo Gatti y Oscar Mas. Mariano Moreno recibió a Boca Juniors.
¿Pero todos hinchas de Moreno? Moreno a los diez minutos del primer tiempo, ya tenía dos goles en contra. A los 14 minutos, un gol del salteño Robles pone en ventaja a Sarmiento en Núñez. Todo el Cemento lo festejó. Un joven Walter Vargas, enviado especial de Crónica para el para el Mariano Moreno-Boca Juniors, describió el extraño fenómeno de una hinchada gritando el gol de su equipo a 260 kilómetros mientras veía en su cancha a otros dos equipos: «Boca se siguió floreando y en lugar de buscar mas goles , profirió el toque displicente. Mientras, Mariano Moreno compuso una imagen grotesca. Con defensores ingenuos y torpes, volantes a cual más abúlico y delanteros empeñosos, pero huérfanos de apoyo. Aquellos que veían a los locales por primera vez se miraban sin entender nada. A los 14 minutos los simpatizantes juninenses se despertaron para festejar el gol de Sarmiento en el Monumental (????). Un colega comentó irónicamente: «Los jugadores de Moreno se asustaron, creían que era el tercer gol de Boca».  
Lo cierto fue que los hinchas de Sarmiento no viajaron a Capital y se quedaron en casa viendo como Moreno sudaba la gota gorda ante Ricardo Gareca, ídolo verdolaga. Aquella tarde, Boca le hizo cuatro a los negros. Dos del Tigre de Tapiales. Pinino le marcó un hermoso gol de tiro libre a Boca. Tan sólo para continuar con su histórica costumbre. Por su parte, Sarmiento igualó 1 a 1 con River Plate en Buenos Aires.

 

 

 

En la tercera jornada, Moreno tuvo su primera salida de Junín. Otra caída abultada: 0-3 en Arroyito ante Rosario Central. Sarmiento igualaba en su casa sin goles ante Newell´s. La cuarta fecha se jugó entre semana. En Junín ya se vivía en estado de tensión. El domingo eran los interzonales. Se jugaría el clásico de la ciudad en Primera División. Un hecho único y claramente irrepetible. Sarmiento igualó 3 a 3 con Quilmes – futuro subcampeón – en el viejo estadio de Guido y Sarmiento. Moreno fue derrotado 2 a 1 por Estudiantes en Junín.
Domingo, 7 de marzo de 1982. Sarmiento sale al campo de juego. Detrás, una multitud presente en el clásico de la ciudad. Por primera vez, en la A.
Y llegó el domingo 7 de marzo de 1982. Soleado y veraniego. En su edición de la fecha, el periódico La Verdad publicaba: «Hoy volverá a vibrar el fútbol de nuestra ciudad con un clásico que hace treinta años había perdido el gusto particular. El arribo de Mariano Moreno al fútbol grande posibilita este encuentro al que llegan ambos con distintas motivaciones y – por lo que parece – posibilidades. Pero el mismo habrá de recobrar el vigor que tenía cuando se enfrentaban por el torneo local. Sarmiento con su experiencia, su trámite de años por las luchas del fútbol grande. También con sus individualidades, que lo hacen el candidato lógico. Pero Moreno está dispuesto a decir que no ha dicho lo que tiene para decir, y tal vez en este partido, con sabor tan particular, sea la ocasión para ellos».  
En una jornada en la cual se jugaron todos los grandes clásicos del fútbol argentino, Víctor Hugo Morales abrió su transmisión por Radio Mitre desde el estadio Monumental con la noticia que en Junín se disputaba el clásico pero por primera vez en la máxima categoría.

 

Los equipos salieron así:
Sarmiento: Juan Carlos Benitez; Daniel Lamolla, Jorge Alberto Ortiz, Gustavo De la Llera y Norberto Sottile; Horacio Cordero (Claudio Otermín), Víctor Jorge Mancinelli y Saul Lizaso; Ramón Bóveda, Aldo González (Sergio Oscar Luna) y Sergio Apolo Robles. El histórico Pedro Cambareri era el entrenador de los verdes.
Mariano Moreno: Carlos Pérez; Juan Carlos Ferrari, Alberto Córdoba, Sergio Lippi y Ángel Kennan; Norberto Rosetti, Daniel Di Gilio y Hugo Mendoza (Jorge Humberto Vega); Roberto Del Pópolo, Omar Martignoni y Oscar Más (Walter José Raspo). Raul Azconzábal dirigió al equipo del barrio el Molino.

 

Aldo González, el tercer gol verde.
El clásico quedó definido en la primera media hora de juego. Las diferencias entre ambos equipos eran abismales. En ese lapso, Horacio Cordero había convertido dos goles y Aldo González el suyo. 3 a 0 para Sarmiento. Pinino Más, penal sancionado por Abel Gnecco, descontó a los 32. En la segunda etapa, Sergio Robles marcó a los 26 minutos. Sarmiento 4 – 1 Mariano Moreno.
Oscar Mas vistió la 11 blanquinegra. Gustavo De la Llera recordó el duelo con el veterano delantero: «El Mono me habló durante todo el partido. Me decía: Pibe, ¡Mirá que sos un fenómeno! ¿Cómo me vas a marcar a mí que estoy de vuelta?». Era muy vivo. Si le dabas un metro, te mataba. Luego del Nacional jugó el Metropolitano con nosotros«. A esa altura de su carrera, Pinino no tenía el pique electrizante de su etapa riverplatense. Lo suplía con una precisión inmensa en su botín izquierdo: verlo patear tiros libres era un espectáculo aparte.

 

El zurdazo del salteño Robles se convertirá en gol verde. Lo sufre Sergio Lippi, quién con los años se convertirá en una histórica referencia sarmientista.

 

La camiseta número 6 de Moreno la vistió Sergio Lippi. Llegó a préstamo desde Jorge Newbery para jugar el Nacional. Tenía experiencia: había sido parte de los planteles que habían disputado los Nacionales 1974 y 1975 en su club de origen. “Me gustaba salir jugando, para la época debí haber pegado un poco más”, declaró años después a El Gráfico evocando aquel Nacional 82. Sapo de otro pozo, llegó a Sarmiento por primera vez en 2008. Entrenador meticuloso y detallista. Hizo una buena campaña, el equipo se cayó y renunció. Regresó en 2011 para entrar a la historia verde: ascensos al Nacional B y Primera División. Sergio Lippi falleció en 2022, recibiendo un sentido homenaje del pueblo sarmientista.

 

PANCHO MELATINI, SIMBOLO DE UNA CIUDAD

 

Pancho Melatini. Un hincha singular. Todos aquellos que hayan visto fútbol en Junín en aquellos días de 1982 lo deben recordar.
Junín tenía un personaje singular. Francisco Melatini. Pancho Melatini. Su presencia aterraba a los pibes de la ciudad. Una especie de brujo que recorría Junín con su pinta desarrapada. Recaía sobre él la fama de bohemio idealista en una ciudad donde el chisme es ley. Dueño de una prominente nariz aguileña y una inmensa barba cana que había prometido cortarse el día que haya en Argentina un presidente socialista. Era un símbolo de Sarmiento: no había partido sin su presencia. En tiempos de fútbol grande en Junín, Pancho tuvo su momento de gloria. Se acercaba a la tribuna visitante con su eterna túnica verde, su bandera de Sarmiento, campanas y un cencerro. Épocas donde las tribunas no estaban divididas mas allá de un cordón policial. Una vez ubicado delante de la barra visitante, golpeaba su cencerro una y otra vez. Parte de un folclore aún añorado.

 

DE CARA A LA REVANCHA

 

La sexta fecha se disputó el 14 de marzo. Moreno recibió otra goleada de escándalo: ocho goles en su visita a Talleres en Córdoba. Sarmiento venció 3 a 2 a un gran equipo de Instituto de Córdoba, golazo de Aldo Ramón González de chilena. La fecha siguiente siguió con la primera derrota de los verdes: 3 a 2 ante Independiente Rivadavia en Mendoza. Moreno volvió a caer: 0-2 con Gimnasia de Mendoza. Marzo finalizó con la derrota 1-4 de los negros en el Ducó ante Huracán. Sarmiento igualó 1 a 1 con Nueva Chicago en Junín.
Pero abril cambió todo. El viernes 2, el país tomó conocimiento de la reconquista de nuestras Islas Malvinas. El campeonato nacional siguió su curso a pesar del conflicto armado en ciernes. El ánimo general no era el mismo. El mismo 2 de abril de 1982, Moreno cayó 1 a 0 ante Central Norte en cancha de Gimnasia y Tiro.

 

El equipo de Moreno que disputó el Nacional 82.

 

El impacto de la guerra se sintió fuerte en Junín. Asiento del Grupo de Artillería 101. La ciudad se solidarizó con los soldados y eran permanentes las donaciones. En aquellos días de plomo, el intendente de la ciudad era el capitán (RE) Roberto Antonio Sahaspé. Por otra parte, con una dictadura ya vacilante, 21 juninenses fueron detenidos-desaparecidos. Según el Censo 80, la ciudad tenía 64.720 habitantes en su núcleo urbano.  La cifra se elevaba a 76.103, incluyendo las localidades de Morse, Agustín Roca, Tiburcio, Saforcada, Agustina, Laplacette y el Balneario Municipal Laguna de Gómez.
El 8 de abril, Mariano Moreno visitó la Bombonera. Fue una digna derrota 2 a 0. Esa tarde, Sarmiento cayó 1 a 0 ante River en Junín. La ciudad esperaba la revancha del clásico. Clasificaban los dos primeros de cada zona, y para los verdes el objetivo se hacía cuesta arriba. Más cuando en la 12º fecha, los verdes fueron goleados 1-4 por Quilmes en Junín. Curiosamente fue una jornada gloriosa para Moreno porque logró igualar 1 a 1 ante Estudiantes en 1 y 57, gol convertido por Roberto Del Pópolo. Ahora sí, nuevamente el clásico.

 

En la revancha, Sarmiento volvió a golear 4 a 1 a Moreno.

 

Domingo 25 de abril de 1982. A diferencia del clásico anterior, la jornada fue fresca y nublada en toda la zona oeste bonaerense. Jornada oscura. Revancha de los interzonales. En la Bombonera, Boca y River igualaron 0 a 0. En Vélez, Independiente derrotó 2 a 1 a Racing. Para el recuerdo, el golazo en contra del defensor académico Diego Ariel Castelló: le quiso pasar la pelota a su arquero desde treinta metros. La clavó en un ángulo. Para este clásico, Moreno fue local en el Cemento verde.

 

Los equipos formaron así:
Mariano Moreno: Carlos Pérez; Juan Carlos Ferrari, Alberto Córdoba, Juan Manuel Sanz y Ángel Kennan; Daniel Di Gilio (Norberto Suceret), Norberto Rosetti, Sergio Lippi (Omar Martignoni); Roberto Del Pópolo, Abel Oliver y Oscar Más. Héctor Silva estaba al frente del equipo luego de la renuncia de Azconzabal.
Sarmiento:  Juan Carlos Benitez; Daniel Lamolla, Jorge Alberto Ortiz, Eduardo Salces y Luciano Polo; Daniel Diosquez, Víctor Jorge Mancinelli y Sergio Oscar Luna (Walter Ramón Parra); Ramón Bóveda, Claudio Otermín y Sergio Apolo Robles (Saul Lizaso).

 

25 de abril de 1982. Pinino Más abre el marcador del clásico. Remate hacia la derecha de Juan Carlos Benitez, que eligió el palo contrario.
Mariano Moreno se puso en ventaja. Penal de Eduardo Salces al Mono Más. El wing definió rasante. Ventaja de los Negros. Pero el vallado defensivo planteado por Azconzabal cedió cuatro veces. Claudio Otermín, de palomita, igualó el partido. Sergio Robles, de penal, desniveló para los verdes. En el segundo tiempo, los goles de Robles y Luciano Polo.
Las tres fechas finales fueron para la estadística. Moreno sumó dos derrotas (1-3 Talleres y 0-3 ante Gimnasia de Mendoza). Se despidió con una honrosa igualdad en Junín ante Huracán. 1 a 1, goles convertidos por Norberto Rosetti y el Turco Claudio García. Para Sarmiento, la historia tampoco fue halagüeña: derrotas 1-3 en Córdoba ante Instituto y 0-1 con Independiente Rivadavia en Junín. Cerró la campaña igualando 3 a 3 con Nueva Chicago en Mataderos.
Los pibes de Sarmiento y la camiseta de Oscar Más Deportes.
El campeonato nacional finalizó el 16 de mayo para los equipos juninenses. Mariano Moreno no ganó ninguno de los 16 partidos jugados, aunque pudo presumir de los siete goles convertidos por Pinino Más. El veterano delantero pasó a Sarmiento apenas finalizó el certamen. En Metro 1982 fue muy cuesta arriba para los verdes. Recién en la fecha 26º consiguió su primera victoria. 2 a 1 ante Boca Juniors en el Cemento. Sobre el final alcanzó una serie de victorias pero no alcanzó. Sarmiento descendió y el famoso juicio de Roberto Perfumo fue la espada de Damocles en la vida verde. En 2015, luego de 32 años, los verdes regresaron a la máxima divisional.
Una curiosidad: en aquel 1982 en el cual Pinino Más se afincó en Junín, abrió una casa de Deportes en la céntrica calle Saenz Peña. Oscar Más Deportes tuvo un paso efímero, pero sus camisetas fueron utilizadas por las divisiones inferiores de Sarmiento en aquellos intensos años 80s.
Los caminos de Sarmiento y Mariano Moreno solo se volvieron a cruzar en los partidos de la Liga Deportiva del Oeste. Será muy difícil que ambos clubes vuelvan a jugar el clásico juninense en la máxima divisional del fútbol argentino. Pero alguna vez sucedió. Ciudades con más habitantes que la localidad bonaerense jamás jugaron su clásico en la máxima divisional: Salta, Jujuy, Resistencia, Bahía Blanca o Mar del Plata. Curiosamente, el clásico mendocino también tuvo su único cruce en Primera División en el Nacional 1982.
Aunque pocos lo tengan presente, Junín tuvo su clásico en Primera.

 

 

Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica FM 89.3 

 

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