Walter Fernández: «Al Racing de la Supercopa lo armó Agustín Mario Cejas»

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Walter René Fernández pasó por las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha. Fuerte como un roble, cada uno de sus piques dejó un surco en el campo de juego. Un tractor vestido de wing izquierdo. Figura en Racing, donde fue ídolo. Desde Firmat, el Walter-Gol recorrió su carrera deportiva.

Por Carlos Aira

 

Walter con la camiseta de Rosario Central. Suplente en el equipo campeón del Nacional 1980.
SUEÑOS DE FUTBOL: «Desde pibe, el fútbol siempre fue un sueño. Como casi no se pasaban partidos por la tele siempre escuchaba la radio. Nací en Firmat, provincia de Santa Fe, pero mi vida futbolística la hice en Chabás, un pueblo vecino. Allí comencé a vislumbrar el profesionalismo. Deseaba jugar en estadios llenos y mi primera meta fue viajar hacia Rosario pero pasaban los años y no tenía oportunidades. Cuando estaba por cumplir 18 años, una edad muy justa para probarse, tenté suerte en Rosario Central y aproveché la oportunidad que esperaba hacía tiempo. Allí comenzó el sueño de mi vida«.  

 

 

LA SINFONICA DE ROSARIO CENTRAL: «La Sinfónica fue un equipazo compuesto por un grupo humano excepcional. Llegué a Central 1978 y año siguiente debuté en el Viejo Gasómetro contra San Lorenzo. Don Ángel Tulio Zof me puso 15 minutos que me siguen pareciendo inolvidables. Siempre le voy a estar agradecido al maestro Zof porque apostó mucho por mí. Fue maravillosa aquella etapa en Central porque fui campeón dos años seguidos en Reserva y, si bien no jugue mucho, integré el equipo campeón del Nacional 1980».

 

La Sinfónica. Rosario Central 1980.
UN EQUIPO INOLVIDABLE: «Tuve la suerte de compartir plantel con jugadores increíbles como Víctor Marchetti, Edgardo Bauza, Omar Palma o Félix Orte. Fue cumplir mi sueño porque llegar de un pueblo del interior santafesino a Rosario, al fútbol grande, y en un sólo año estar codeándome con esos fenómenos me superó un poco. No estaba a la altura de ellos pero de a poquito me fui afianzando hasta que empecé a acostumbrarme al codo a codo con esos monstruos. Piensen que estaba acostumbrado a mi pueblo. Era muy inocente en ese sentido y los comienzos en Rosario fueron duros. No me sentía con capacidad de jugar allí a pesar de tener mis condiciones. Me tiraba muy abajo. Pero fue una experiencia enorme estar en las inferiores de Rosario Central. Tengo un recuerdo que todo jugador debe tener para motivarse y llegar al fútbol grande en algún momento».

 

 
ARGENTINOS JUNIORS Y UNA LESION INESPERADA: «En 1982, Rosario Central contrató a Pedro Remigio Magallanes y yo fui como parte de pago a Argentinos Juniors. Me dieron el pasaje de un día para otro y me dijeron `Fernández, vaya tranquilo´. Aparecí dentro de un plantel increíble donde surgían cracks como el Bichi Borghi o Checho Batista. Chiche Sosa me puso de 9 y me tenía muy en cuenta hasta que tuve una lesión enorme. El mismo médico que me operó le dijo a una prima, dueña de la casa donde vivía en Buenos Aires, que nunca más iba a jugar al fútbol».

 

PERSONALIDAD: «Tuve la suerte que mi prima no me dijo nada en aquel momento porque hubiese sido devastador. Volví a mi pueblo porque tenía 22 años y el fútbol se había acabado. Pero afloró la personalidad. El hambre de gloria. Tenía el fuego sagrado. No podía irme a casa y volver con una mano atrás y otra adelante. Haber perdido tanto tiempo y haber realizado tantos sacrificios. No me resigné. Busqué volver con mucha pasión. Me enfoqué corriendo en mi pueblo hasta que apareció el querido – y salvador – Defensores de Belgrano».

 

Defensores de Belgrano 1984.
DEFENSORES DE BELGRANO Y UNA NUEVA VIDA: «Llegué a Defensores en 1983. Allí comenzó una nueva vida. Los médicos de Defe me recuperaron de la lesión. Comencé a sentir que el sueño estaba realmente cerca y no se podía escapar. Pero fue un sacrificio muy grande. Dejé muchas cosas en el camino. No fue fácil. Por eso ahí viene, pegadito, lo que significa para un jugador las exigencias. Hay muchos detalles que no son sólo jugar bien al fútbol. Hay que tener otras cosas para llegar. Es muy difícil y lo pude aprovechar«.
«En 1984 tuvimos un año fantástico. Llegamos a semifinal del Octogonal que perdimos ante Gimnasia que terminó ascendiendo. Fueron dos años fantásticos porque éramos una familia. Jugadores increíbles pero sobre todo un grupo maravilloso. No había presión. Era jugar y aprovechar la situación. Todo el mundo del fútbol aparecía los sábados en cancha de Defensores y esa era una ayuda muy grande para nosotros».

 

 

RACING, UN GIGANTE EN TIEMPOS DIFICILES: «Llegué a Racing en febrero de 1985. Campeonato de Primera B.  Fueron emociones encontradas. Era mi gran oportunidad y tenía la emoción de llegar a una institución tan grande como Racing. Pero también estaba la obligación de ascender. No era nada fácil porque había una presión enorme y la gente estaba muy mal. Yo tenía la tranquilidad de haber saboreado la Primera División en Rosario Central y Argentinos Juniors. Una mínima experiencia que ayudaba. A su vez, conocía la divisional. Tenía cosas que ayudaban pero la presión de llevar a Racing a Primera era inmensa. Ahí sentí que estaba preparado para una camiseta grande».
«No fueron momentos sencillos. Racing estaba devastado y el año anterior había sido muy frustrante. Se notaba en la cara de los muchachos que pasaron por esa situación. Pero todos nos pusimos a la altura de los acontecimientos. Tuvimos la suerte de encontrarnos muchos jugadores de la B. Aparte, seres humanos increíbles. Eso fue prioritario, porque hay que tener talento para ir a Racing pero en ese momento era primordial lo humano y el hambre de gloria. Nos aislamos del sufrimiento de la gente. Estuvimos enfocados en lo que teníamos que hacer y gracias a Dios, terminó en ascenso».

 

Walter con la camiseta alternativa de la Academia. Año 1987.
RACING 86-89. EL RECONOCIMIENTO A UN GRAN EQUIPO: “Hoy se reconoce lo que logramos y transmitimos cada domingo. Teníamos un equipo super ofensivo pero en la mitad de cancha nos nutrían jugadores increíbles. Si miraba hacia atrás teníamos una defensa maravillosa con el Pato Fillol, Gustavo Costas y Néstor Fabbri. En el medio estaban Rubén Paz, Miguel Colombatti, Italo Ortíz y Camote Acuña. Una mezcla de sacrificio, talento y fútbol. Chicos que venían de abajo y aportaban lo suyo. Vos te podés imaginar que en una institución devastada no aparecen jugadores de categoría, sin embargo aparecieron esos muchachos y se formó un grupo increíble. Pero quiero destacar algo: al equipo que después triunfó entre 1986 y 1989 lo armó Agustín Mario Cejas. Después, Coco Basile le dio el toque que le tenía que dar. 

 

La redondida del Walter Gol.
ALQUILADO A MENDOZA: «Aquella experiencia fue terrorífica. Racing nos alquiló a Argentino de Mendoza para jugar la clasificación al primer Nacional B. Eso fue a comienzos de 1986. Nos lesionamos muchos jugadores. Los jugadores locales nos querían matar porque decían íbamos a robarles la plata. No entendían que necesitábamos hacer partidos para cobrar algún dinero. Fuimos a Mendoza en colectivos que se rompían a mitad de camino. No viajábamos en Primera Clase ni parecido. No teníamos ni para entrenar. Por eso entiendo que es muy importante que las nuevas generaciones racinguistas conozcan estas cosas porque parecen increíbles si no se las explica como se debe. Estas generaciones deben comprender tanto sufrimiento«.

 

18 de junio de 1988. El equipo de Racing que se consagró campeón de la Supercopa en el Minerao.

 

UNA CHIROLA PARA EL PESO: «Racing no aguantó el equipo y se desmembró enseguida. En 1989 ya quedaban pocos jugadores de la base. Rubén Paz jugó un par de temporadas más, vinieron otros jugadores, pero creo que si hubieran mantenido al equipo, con una base económica importante, Racing hubiera logrado muchos más campeonatos que la Supercopa 1988. Venían chicos de abajo con gran futuro y se integraron bien al plantel. Con toda esa capacidad, y estando bien económicamente, se hubieran logrado cosas importantísimas. Pero todo eso se desmadró por lógica económica. Yo me fui al Cruz Azul de México como Medina Bello fue a River. Así tantos otros compañeros. Se comenzó a desarmar algo que formamos con mucho sacrificio. Faltó eso para ser campeones. Pero también me pongo en la ropa de los dirigentes que querían a Racing y ellos estaban muy desesperados». 
«Pasaron muchas cosas en aquellos días. No vale la pena hilvanar fino, pero Racing estaba muy mal y se pagaron las consecuencias. Pero le dimos aire al club ascendiendo que es la mejor estrella que tengo. Porque la Supercopa fue el último título internacional que logró el club pero el ascenso fue llevarlo a Racing a tomar aire para arrancar de nuevo«. 

 

El festejo junto a Néstor Fabbri.

 

Walter y la Supercopa Interamericana. Año 1988.
¿WALTER HUBIERA JUGADO HOY?: “El fútbol cambió mucho. Era un jugador potente que mandaba centros justos. Hoy tendría que haberme adaptado a ser un carrilero, cosa que nunca sentí. A lo mejor hubiese sido contraproducente. Cambiaron las cuestiones tácticas pero me las hubiese rebuscado adaptándome. Pero hoy se vuelve a recurrir a los centros y llegar por atrás para definir un partido».

 

SEIS GOLES Y NINGUNA FLOR: «El 20 de septiembre de 1987 le hicimos seis goles a Boca en Avellaneda. No tengo la espina de no haber convertido: ¡Tengo bronca todavía! De los seis goles, cuatro fueron pases míos. En el quinto se la tiré por arriba a Gatti, pegó en el travesaño y lo hizo Colombatti cuando creí que era un golazo mío. Lo de bronca es entre comillas porque mis compañeros disfrutaron la goleada y fue un partido memorable. Son esas cosas que aparecen de vez en cuando y hay que aprovecharlas”. 

 

WALTER Y LA MUSICA:  “Ahora estoy lanzando, por las redes sociales, una presentación que estoy preparando hace meses para hacerle un tributo a Racing. Es un show con videos e imágenes. Un tributo en el cual participan las filiales y me gustaría trabajar para el mundo Racing. Este show sería un resumen de los casi cinco años que estuve en el club. Contar a través de canciones anécdotas y ver videos. Estoy preparando eso. Soy feliz con la música, es una pasión que tengo, y la voy a seguir hasta que no sueñe más. Por ahora, sigo soñando».

 

Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica FM 89.3

 

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