César Luis Menotti: polémico y profundo. Símbolo de nuestro fútbol.

1971

César Luis Menotti falleció a los 85 años. Dejó una huella imborrable en nuestro fútbol. Con sus aciertos y errores, siempre se posicionó en sus ideas y convicciones sin rehuirle a la polémica.

Por Carlos Aira

 

La noticia, por esperada, no dejó de ser dolorosa. Falleció César Luis Menotti. Fue en el mediodía del domingo 5 de mayo, horas antes que se disputara la final de la Copa de la Liga entre Estudiantes de La Plata y Vélez Sársfield. Tenía 85 años. El mundo del fútbol se conmocionó con la partida de un hombre que atravesó con su impronta 65 años de nuestro juego. Fue el entrenador del mítico Huracán de 1973. También el arquitecto de la primera Selección Argentina campeona del mundo. Fue un hombre que buscó priorizar sus convicciones de belleza y sensibilidad. No siempre lo logró. Encarnó una polémica feroz con Carlos Salvador Bilardo que fue mucho más que deportiva. Sus salieris la llevaron adelante durante más de veinte años con una saña propia de aquellos que entienden que llevan adelante una cruzada. En el tramo final de su vida pública, Claudio Tapia le dio el cargo de Director Nacional de Selecciones Nacionales. Los constructores del éxito de Qatar 2022 reconocieron a Menotti como uno de sus artífices.
Con Menotti se fue un enamorado de nuestro fútbol. Se van disparando los recuerdos y las ideas. El fútbol argentino no tiene una sola escuela. Menotti fue un hijo al escuela rosarina. Creció en esa Rosario prosaica y dueña de un profundo amor al fútbol. Tiempos en los cuales los equipos rosarinos tenían un sentir propio. El hombre que lo marcó fue Miguel Ángel Juárez. El Gitano. La bohemia y el sentir del juego hecho por los hombres en un tiempo en el cual había un profundo debate de varias experiencias en las cuales los hombres estaban supeditados al sistema. Allí comienza una polémica profunda. Menotti defendió ese fútbol provinciano de jugar con nuestra cultura a cuestas.
Cuando llegó a la Selección Argentina, en 1974, exigió que la misma sea la prioridad de AFA. Cuando los dirigentes de River y Boca se negaban a brindar a sus jugadores, Menotti buscó jugadores en las provincias, hijos de los Nacionales de Primera División, con ese sentir tan especial por el fútbol. Fue así que llegaron a la Selección jugadores de la talla de Mario Kempes, Osvaldo Ardiles, José Daniel Valencia, Ricardo Julio Villa, Luis Galván. También jugadores formados en el ascenso, como Daniel Passarella, René Houseman o Daniel Bertoni. Menotti puso de pie a la Selección. Le quitó los complejos europeos al futbolista argentino. 
Menotti no fue un genio de la táctica y la estrategia. Lo suyo fue el sentir y el convencimiento. Ese sentir generó una escuela más filosófica que deportiva que se llamó Menottismo. Conozco pocos jugadores que no hayan sido cautivados por la propuesta de Menotti.
¿Que hacemos con el Mundial 78? Menotti fue un hombre de la política. En 1996, en una entrevista a la revista El Gráfico, el propio Menotti confesó tener el carnet del PC. Ninguna respuesta va a satisfacer a la gran grieta nacional. No se puede poner en la misma dimensión a los dictadores, a quienes secuestraron y robaron criaturas con los futbolistas o un entrenador, que son hijos del pueblo.
Menotti fue un polemista salvaje. La disputa Menotti-Bilardo, que tuvo ribetes deportivos, políticos y culturales, le hizo un profundo daño al fútbol argentino. Por suerte, la misma quedó atrás. Tan solo algunos nostálgicos levantan las viejas banderas.
Dirigió a Boca, River e Independiente. También al Barcelona, Atlético Madrid, Peñarol, la Selección de México y Rosario Central. A los xeneizes en dos oportunidades. La primera, en 1987, con un equipo que estaba en los últimos puestos y lo colocó en lo más alto. Se fue al Atlético Madrid cuando quedaban un par de fechas y nadie comprendió su salida. Volvió en 1994 y se lo recuerda por el equipo del achique y una final de Supercopa perdida ante Independiente. Dirigió a River en 1988. Un equipo de estrellas que recién lo comprendió en la segunda rueda. Trabajó dos veces en Independiente. El primer paso fue brillante, pero repitió la polémica de 1987: se fue a la Sampdoria faltando cuatro fechas, yendo líder y luego de golear 6 a 0 a Colón en Santa Fe.

 

 

RETALES DE UNA VIDA

César Luis Menotti nació en Rosario, el 5 de noviembre de 1938. Hijo de una familia de clase media trabajadora. Sus comienzos deportivos fueron en Unión América, en Fisherton. Luego de un paso por la Liga Carcarañense y en Argentino – de Marcos Juárez – se probó en Vélez Sársfield, pero no le vieron condiciones. En 1960 recaló en Rosario Central. Tenía 22 años. En tiempos donde el 4-2-4 de Suecia 58 se buscaba imponer en nuestro fútbol, Menotti era un jugador extraño. Un delantero alto y dueño de una pegada extraordinaria, pero demasiado lento para un fútbol que buscaba dinámica. Como si su juego se hubiera estancado en los años 40s, cuando su fútbol cansino y de pelota al pie era una obligación.
Como un guió extraño del destino, su debut en el fútbol AFA se produjo el 3 de abril de 1960. En el Gasómetro, partido de reserva entre San Lorenzo y Rosario Central. El encuentro finalizó 1 a 1 y los goles los convirtieron Carlos Bilardo y César Luis Menotti.
Debutó en Primera el 31 de julio de 1960. 12º fecha del campeonato. En Arroyito, Rosario Central derrotó 3 a 1 a Boca Juniors. César Luis Menotti convirtió el tercer gol de su equipo que formó con Edgardo Andrada; José Casares y Néstor Cardoso; Carlos Alvarez, Armando Rossi y Oscar Ramos; Antonio Rodrígues, César Menotti, Miguel Juárez, Juan Castro y Francisco Rodrígues. Fue Enrique Lúpiz, ex preparador físico del Racing tricampeón 1949-51, quién le dio la oportunidad en el fútbol grande.
En las cuatro temporadas que jugó en Rosario Central, Menotti armó un ataque muy recordado junto a Enrique Fernández y el Gitano Miguel Antonio Juárez. Cada vez que Central bajaba a Buenos Aires, el público quería ver al 8 rubio, de tranco largo, que tocaba y tocaba y le pegaba como los dioses. De chanfle o de pala, generando el hipnótico efecto de una L en sus largas piernas. En el verano de 1964 llegó el pase a Racing Club. La Academia pagó una fortuna por su pase. Llegó en autobomba a la sede de Mitre 934, pero su rendimiento – y el del equipo – no fue el esperado. Si bien marcó 12 goles en 18 partidos, Racing necesitaba transferirlo. En 1965, César Luis Menotti pasó a Boca Juniors en una operación múltiple: Menotti y Federico Sacchi, de Racing a Boca; Juan Carlos Rulli, J.J. Rodriguez y el paraguayo Benicio Ferreira, de la Ribera a Avellaneda. Lo que parecía un canje desigual – que de hecho lo era – terminó siendo la base del Racing de José.
En Boca jugó relativamente poco. 18 partidos entre 1965 y 1966. Quienes frecuentaron los partidos de la reserva xeneize recuerdan que era un lujo verlo jugar junto a Oreste Corbatta y Federico Sacchi. Luego de un breve paso por Rosario Central, en 1967, su carrera continuó en el exterior. Primero en New York Generals, y luego en el Santos de Pelé y Juventus (San Pablo). A fines de 1969, con 31 años, César Luis Menotti se retiró del fútbol.
Acá comenzó otra historia. Mucho más intensa a la que tuvo como jugador. Su primer paso fue por Central Córdoba (Rosario), en el campeonato de Primera B de 1969. El Gitano Juárez, con quién lo unía una profunda comunión filosófica, lo convocó para conducir en conjunto a Newell´s Old Boys. Año 1970. En 1971 llegó su espaldarazo cuando llegó al Club Atlético Huracán. Menotti sintió una comunión inmediata con un barrio y un sentir. Consolidó al trio ofensivo Brindisi-Avallay-Babington. En 1973 llegaron Houseman y Larrosa por Doval y Giribet. Se había armado el quinteto ofensivo de todos los tiempos. Atrás, el respaldo de Alfio Basile, Nelson Pedro Chabay, Jorge Carrascosa y Fatiga Russo.
El Huracán de 1973 es una de las mejores expresiones del fútbol argentino de todos los tiempos. Para los nostálgicos, un volver a las fuentes del toque y la creación. La primera rueda fue apoteósica: 6 a 1 a Argentinos Juniors; 2 a 0 a Newell´s, en Rosario; 2 a 1 a Independiente, en Avellaneda; 5 a 0 a Rosario Central, con una multitud de canallas que aplaudieron una exibición de juego. Goleadas sobre Racing y Boca. Si bien en la segunda rueda, con las bajas de jugadores claves en la convocatoria de eliminatoria, Huracán se consagró campeón con 62 goles a favor y solo 30 en contra.
Brotan los recuerdos. En las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha, Francisco Russo recordó una anécdota que muestra el carácter de Menotti:
«El Flaco Menotti te hace sentir especial. Luego de sus charlas técnicas uno quería volar dentro de la cancha. Menotti convencía y valoraba al jugador. Nunca un reproche por un error. Siempre recuerdo un clásico ante San Lorenzo que jugué de 6. En una jugada le quise hacer un sombrero al Gringo Scotta porque era el único recurso que tenía si no quería pegarle de punta a la tribuna. La cuestión es que me robó la pelota y su remate pegó en el travesaño. Miré al banco esperando el reproche, pero veo que el Flaco me levantó el pulgar. Ahí me di cuenta que era un fuera de serie«
Por su parte, Omar Larrosa también recordó a César Luis Menotti:
 “Las claves fueron los grandes jugadores y una idea de Menotti: jugar bien al fútbol y obtener resultados. Esa fue la fórmula. El nos inculcó jugar bien para poder hacer goles y ganar partidos y con eso ganar algún título. El Flaco tenía cosas muy brillantes. Había que estar muy bien preparado físicamente, porque te decía ‘cuiden la pelota, no la pierdan, pásensela bien a los compañeros, muevansé, para que el que tiene la pelota tenga varias opciones de pase’. Y después, si se perdía la pelota, pasar rápidamente la línea de la pelota hacia atrás para no mirarle el número de la camiseta al rival sino mirar el arco contrario de frente. Quiere decir que estabas en posición defensiva. Todas esas cosas que son fundamentales para el fútbol».
César Luis Menotti dirigió en 182 partidos a Huracán, con 82 victorias. A mediados de 1974, el interventor de AFA, David Bracuto, ex presidente de Huracán, lo convocó para tomar a la Selección Argentina. Comenzó un nuevo camino con una sola condición: la prioridad Nº1 de AFA debía ser la Selección Argentina. Su debut se produjo el 12 de octubre de 1974. En el estadio Monumental, Argentina igualó 1 a 1 con España y fue Roberto Rogel el autor del primer gol del ciclo Menotti.
El Ciclo Menotti al frente de la Selección no fue sencillo. El primer espaldarazo fue la obtención del Campeonato Juvenil Esperanzas de Toulón 1975, con varios jugadores que luego serán campeones del mundo, como Américo Rubén Gallego, Daniel Passarella, Alberto Tarantini, José Daniel Valencia y Jorge Valdano. Menotti tenía una obsesión con quitarle el miedo que el futbolista argentino tenía ante los europeos, producto de las duras derrotas mundialistas ante Checoslovaquia (1958) y Holanda (1974). En febrero de 1976 se llevó adelante una gira por los paises del Pacto de Varsovia. En 1977, vinieron al país Polonia, Hungría, Alemania Occidental, Inglaterra, Escocia, Francia, Yugoslavia y Alemania Oriental. En el partido ante Hungría, el 25 de febrero de 1977, debutó un pibe de 16 años llamado Diego Armando Maradona. Diego quedó desafectado del Mundial 78 en el último corte, junto a Lito Bottaniz y Humberto Rafael Bravo.
Leopoldo Jacinto Luque fue un símbolo de la Selección campeona de 1978. En agosto de 2020 dejó su testimonio en las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha:
 “Considero que lo que hizo Menotti fue un ejemplo y los argentinos no le prestamos atención: la Selección del Interior. En otros países sí lo hicieron y progresaron mucho más. El Flaco tenía cuatro jugadores en la selección que durante el año jugaban solamente tres meses y medio. Eran los jugadores de Talleres. El Negro Baley, Luisito Galván, José Daniel Valencia, y Miguel Oviedo. Jugaban meses nada más en Primera, porque después jugaban la Liga Regional, el torneo local, y nada más. Luisito Galván salió entre los mejores cinco defensores del ’78 y jugó una final increíble contra Holanda
“Menotti, con su proyecto, manejó un plantel donde salimos campeones del mundo con tres jugadores nada más que habían jugado un Mundial: Mario Kempes, René Houseman y el Pato Fillol. Después, todos éramos debutantes. Jugábamos amistosos contra equipos europeos para acostumbrarnos a jugar, en mi caso, con el famoso stopper, ¿te acordás que antes se jugaba con líbero y stopper? Todas esas cosas nos fueron haciendo sentir a nosotros cada vez más seguros, más fuertes. Vos fijate cómo practicaba yo, y cómo andaba yo, que a mí me dijo que iba a ser titular el 15 de enero más o menos. Menotti Me dijo ‘El titular de mi equipo en el Mundial que empezamos, que arrancamos con Hungría, después nos toca Francia, después nos toca Italia, el centrodelantero es usted. Y va a ser capitán o sub-capitán‘. Yo me quedé tildado, porque me lo encontré en Mar del Plata, estaba de vacaciones, y él andaba por ahí caminando. Nos encontramos de casualidad. Me dio esa noticia y sinceramente, eso lo hacen los grandes”.
Luego del Mundial 78, condujo a la Selección Juvenil en la Copa del Mundo Japón 1979. Un equipo armado por Ernesto Duchini que condujo Menotti en el lejano oriente. Fue un equipo notable. Un grupo de chicos, encabezado por Diego Maradona, que llevó adelante un fútbol de alto vuelo. Lo que vino en España 1982 no fue grato. Un plantel que no tuvo la cabeza donde la tenía que tener, como señaló en Juan Barbas en Abrí la Cancha:
“Fuimos con mucha ilusión, con muchas ganas de ser protagonistas y revalidar el título, pero el primer partido contra Bélgica nos hicieron un gol y después nos costó remontarEsa derrota fue crucial. En la segunda rueda nos tocó Brasil e Italia.  Italia, a la Argentina le hizo una marca muy fuerte a Diego y no lo dejó jugar. En el último partido, contra Brasil, fui protagonista de la frustración de Diego. Me pegó Batista en la cabeza y Diego, de bronca, reaccionó y terminó expulsado. Después de la eliminación nos llamaron fracasados. Ese equipo había hecho el mismo trabajo desde 1978 al cual se le sumó Diego, Calderón, el Pelado Díaz y yo, porque la gran mayoría era la base que había ganado el Mundial 1978″.
A fines de 1982 finalizó su vínculo con AFA. Se convirtió en el entrenador del FC Barcelona. Allí dirigió a Diego en una época donde el fútbol español estuvo atravesado por la violencia ganadora que imponían los vascos del Athletic y la Real Sociedad. En 1987 llegó a Boca Juniors. En el momento en el cual parecía que el equipo daba el salto hacia el título, Menotti se fue hacia Madrid, convocado por Jesús Gil y Gil para conducir al Atlético. Lo dirigió toda la temporada 1987/88. Volvió al país para conducir a un River de estrellas, que no pudo superar una primera vuelta errática. El título de El Gráfico luego de un partido en el cual River jugó muy preciosista pero perdió 0-2 fue emblemático: «River tiene que ir al psicólogo». Condujo a un Peñarol errático en 1990. Fue Mánager de la Selección mexicana, donde desaconsejó jugar con medias verdes porque era un color de minas. Volvió a Boca en 1993. Pasó por la Sampdoria. Condujo tres veces a Independiente. Se dio el lujo, en 2002, de dirigir a un Rosario Central lleno de pibes.

 

EL ADIOS

César Luis Menotti fue un polemista con todos sus claroscuros. El dueño de polémicas tan fuertes como irrenunciables con Carlos Salvador Bilardo y Víctor Hugo Morales. Estarán quienes lo recuerden por haber sido el DT del Proceso. Otros evocarán el abrazo con Galtieri en Victorica. Los salieris de cada bando, en una guerra donde el fútbol tuvo poco que ver, se encargaron de venerar virtudes y remarcar defectos en la humana carne de los contendientes.
Lo indudable es que Menotti fue un sabio. Cómo todo sabio, muchas veces quedó atrapado en su propia sabiduría.
Menotti no ganó tan solo el campeonato de Primera División de 1973, pero dejó profundas huellas en los planteles que dirigió. Me hago una pregunta filosófica: ¿Y que más?
Intentó, durante toda su vida, plasmar en un campo de juego un sentir muy profundo en su ser que conjugaba al arte y el futbolista. Poner al juego supeditado al arte de los futbolistas. No siempre sale. Menotti se arriesgó a hacer eso y por eso generó tantos amores y odios.
Se fue el Flaco. Con su sempiterno faso en la boca. Polémico y profundo. Símbolo de nuestro fútbol.

 

 

Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche a la Investigación Periodística.

 

 

Comentarios

comentarios