En Abrí la Cancha recordamos una de las finales de ascenso más recordadas y sospechadas: la del campeonato de Primera B 1964. Aquella noche del 29 de diciembre de 1964, con sólo empatar, All Boys subía por primera vez a Primera División. Platense ganó y comenzó la polémica.
Por Carlos Aira
1963 fue un año intenso para las categorías de ascenso argentino. El campeonato de Primera B fue apasionante. En la última fecha, Ferro, Sarmiento, San Telmo y Unión igualaron en 42 puntos. Un cuadrangular determinó el ascenso del club de Caballito a la máxima divisional. En Primera C el campeonato también se definió luego de una igualdad en la cima. Villa Dálmine y All Boys jugaron dos finales. El primer partido, jugado en el Gasómetro de Avenida La Plata finalizó sin goles. La semana siguiente, los violetas de Campana vencieron 1 a 0, gol de Juan Carlos Dominguez, logrando el ascenso.
Pero el mapa del ascenso cambió al año siguiente. Todo por el juicio de Newells a AFA. El club rosarino le inició acciones a la Casa Central de nuestro fútbol por la sanción que impidió su ascenso en 1962. Según todas las fuentes, el pleito se resolvería a favor de los rosarinos. El costo era altísimo para AFA, por lo tanto le ofreció la restitución de la Primera División. Esto generó un sin fin de controversias. Como medida general, el miércoles 14 de abril de 1964, a días que den comienzo todos los torneos, AFA decidió una amnistía general. Por la misma se suspendieron los descensos en todas las categorías por dos temporadas. Fue así que Estudiantes de La Plata no jugó aquel año el fútbol sabatino. Igual suerte corrió para Tigre y Central Córdoba en la B. Dos clubes con pasado cercano en la máxima divisional.
Pero el cambio de fondo estuvo en el campeonato de Primera B. El mismo pasó de 17 a 24 equipos. Para ello, ascendieron nueve clubes desde la Primera C: All Boys, Almagro, Argentino de Quilmes, Colón, Defensores de Belgrano, El Porvenir, Excursionistas y Talleres de Escalada.
ALL BOYS, CORAZON DE FLORESTA
El campeonato de 1964 de Primera B se dividió en dos zonas (Norte y Sur). Los seis mejores equipos de cada zona dirimirían dos ascensos en otro torneo. All Boys tenía un lindo equipo. Nombres propios como Eduardo Grispo – a préstamo de River -, el arquero Juan Carlos Bertoni – con paso por Argentinos Juniors en Primera División – , Rodolfo Betinotti y sus 175 partidos con Atlanta en la A. Surgía el juvenil delantero Osvaldo Canadel, quién luego sería parte del Racing de José. Muy buenos nombres para un equipo que llegaba desde la Primera C.
Como se esperaba, All Boys fue la revelación del certamen. Finalizó primero en la Zona Norte, con perspectivas reales de ascenso a Primera A. Finalmente, el ascenso le correspondió a Lanús, dueño de un equipo donde sobresalían nombres propios importantes: Rolando Irusta al arco, la veteranía de Héctor Guidi, la inteligencia de Fernando Parenti y una dupla llamada a hacer historia: Miguel Ángel Silva y Bernardo Acosta. Los míticos Albañiles.
PENTAGONAL DE ASCENSO
Quedaba la pelea por el segundo ascenso. Si el año anterior se había disputado un cuadrangular, en aquel 1964 se dio un pentagonal. Curiosamente, fueron cinco los equipos igualados en 14 puntos: All Boys, Almagro, Deportivo Español, Nueva Chicago y Platense. Todos los partidos se jugarían en horario nocturno en campo neutral.
La jornada inicial del pentagonal se disputó el viernes 11 de diciembre. All Boys derrotó 1 a 0 a Nueva Chicago, gol convertido por Luis Medina. El partido no finalizó por incidentes producidos por la parcialidad verdinegra. En Boedo, Español goleó 3 a 0 a Almagro. Libre quedó Platense. Cuatro días mas tarde, nuevamente en Atlanta, los albos vencieron 3 a 1 a Español, con tres goles convertidos por Canadel. Los calamares, gol de Sabañón Miranda, derrotaron 1 a 0 a Almagro en Avenida La Plata. En la noche del martes 22 de diciembre, Floresta estuvo pendiente de la radio. Si Platense igualaba o perdía ante Almagro, el ascenso de All Boys era un hecho. Pero los marrones vencieron 2 a 0 – goles de Orlando Garro – y el ascenso se definiría en la última fecha del Pentagonal.
BOEDO, MARTES 29 DE DICIEMBRE, 22 HORAS.
All Boys 6 puntos, Platense 5. Con sólo igualar, All Boys sería equipo de Primera División. Floresta era una fiesta. Pero en Saavedra velaban armas. ¿Quien le quitaba la ilusión a los marrones de regresar a la máxima divisional luego de casi de una década? Platense fue club de Primera División desde 1913 hasta 1955. El último de los chicos en dejar la categoría desde el cisma de 1931. Desde llegó al fútbol de los sábados peleó campeonatos con grandes jugadores: Rubén Sosa, Eduardo Balasanián, Juan Carlos Morrone, Alfredo Pérez, Juan Carlos Sierra, Héctor Scandoli, Enrique Topini. Hasta Angel Labruna, en doble función de entrenador y jugador, vistió la camiseta calamar en 1961 con 43 años.
Para ese campeonato de 1964, Platense había armado un equipo duro. El entrenador Antonio Faldutti había dispuesto un 4-2-4 con la característica de una defensa sólida y un rápido contragolpe: el Gringo Enrique José Topini al arco; Romaní, Horacio Esteban Medina, el salteño Alberto Venancio Rojas y el Canguro Juan Carlos Murúa; Héctor Scardulla y Néstor Hugo Togneri; Como 7 mentiroso, Olindo Guzmán, Jorge Miranda, Orlando Garro y Eduardo Raúl Senés.
Un clima enrarecido envolvió al partido definitorio. Por un lado, AFA eligió el estadio de San Lorenzo de Almagro, de pésima iluminación y calamitoso estado del campo de juego. Por otra parte, las sospechas estaban a la orden del día. El ascenso se caracterizaba por desconfianzas en los directivos por el temor al soborno. Los equipos estuvieron concentrados en lugares reservados y en estricto secreto. Todo parecía ser un secreto de guerra. Dentro del campo de juego sería un duelo de estilos. El All Boys de Mario Boyé partía del viejo esquema WM, elástico y con libertades. Por su parte, Antonio Faldutti, entrenador de Platense, utilizaba el moderno 4-2-4, cerrojo defensivo y contragolpe.
Llegó el día del partido. En caso de ascender, los jugadores de Platense tendrían un premio de $3.000.000 a repartir. Los jugadores de All Boys recibirían $100.000 por cabeza. Una diferencia económica apreciable.
Platense formó con Enrique Topini; Juan Luis Romaní, Horacio Medina, Rojas y Juan Carlos Murúa; Togneri y Héctor Scardulla; Olindo Guzmán, Jorge Miranda, Orlando Vicente Garro y Eduardo Raúl Senés. DT: Antonio Faldutti.
All Boys salió con Juan Carlos Bertoni; Eduardo Vicente Batagelj y Eduardo Grispo; Rodolfo Betinotti, José Alberto Paladino y Raúl Rodríguez; Osvaldo Canadell, Alberto Gregorio Bejerano, Pedro Medina, Hugo Carro y Luis Medina. DT: Mario Boyé.
Todo lo que sucedió esa noche en Avenida La Plata fue extraño. Como si algo extraño hubiera sucedido.
Para revivir esa noche, el testimonio del periodista Julio Carballo, hombre de Floresta. Julio tenía 19 años recién cumplidos aquella noche. Con memoria fotográfica nos recuerda: «Me tomé un bondi, no de línea sino de hinchas, sobre Rivadavia. ¡Era una fija que ascendíamos! Habíamos sido los mejores del campeonato y todo el barrio fue aquella noche a la cancha«; el recuerdo siguió: «Llenamos la tribuna que daba a la Avenida La Plata, donde iba habitualmente los hinchas de San Lorenzo. La iluminación era un desastre: dos cables de cien metros de largo a largo, donde colgaban tachos con faroles. No se veía nada. Encima nunca hubo pasto en el Gasómetro. Entre la iluminación de mierda y la tierra que se levantaba, no se veía un pomo«.
A los siete minutos, Platense abrió el marcador por intermedio de Orlando Garro. Cinco minutos más tarde igualó Hugo Carro. All Boys, que vistió una camiseta blanquinegra a rayas verticales, casi anacrónica con sus cordones, era ampliamente superior a Platense, que utilizó una camiseta blanca con vivos marrones. En un momento del primer tiempo, la superioridad de All Boys convirtió al Gringo Topini en la gran figura de la noche. A pesar de la deficiente iluminación, el arquero atajó todo lo que le tiraron. En la segunda etapa cambiaron camisetas. All Boys jugó todo de blanco y Platense de Marrón. También hubo un cambio de actitud por parte de los Calamares, que se pararon plantaron para contragolpear. 19 minutos. Togneri eludió a Grispo y envió un centro llovido al área de All Boys. Una increíble indecisión entre el arquero Bertoni y el experimentado Betinotti la aprovechó el cordobés Olindo Guzmán para convertir el 2 a 1 final. En los últimos minutos del 29 de diciembre de 1964, el árbitro Aurelio Bussolino pitó el final del partido. Platense volvía a Primera División luego de nueve temporadas en la B. La fiesta continuó en una confitería de Medrano y Rivadavia. Luego, ya de madrugada, la vuelta olímpica en Manuela Pedraza y Crámer. Para All Boys y todo Floresta, una inmensa decepción. Si bien pasaron casi 60 años, a Julio Carballo los recuerdos le brotan en forma de bronca: «Bettinoti no saltó a una pelota que le era fácil y le permitió a Guzmán meter el segundo gol. Volví a casa llorando. En ese momento vivía en Segurola y Venancio Flores, llegué como a las dos de la mañana. No lo podía creer«.
El vestuario calamar fue un festejo interminable. Héctor Scardulla, el Pájaro Loco para la tribuna, expresó a la prensa: «Ellos tal vez hicieron mejor fútbol, pero nosotros aprovechamos las oportunidades». El zurdo Orlando Garro declaró: «Les dimos el dulce dejandoles copar el mediocampo, pero les ganamos de contragolpe«. Las viejas glorias también estuvieron presentes en ese vestuario feliz. Julio Cozzi fue a felicitar a Enrique Topini en su noche consagratoria. Ese gigante del arco narró emocionado: «Platense es un justo campeón. Es un plantel con juventud, disciplina y camaradería.Topini se ha consagrado como una figura extraordinaria bajo los tres palos«. En otro rincón del vestuario, la emoción en el veterano rostro del Chingolo Cositorto. Arquero en los albores de la década de los Héroes de Tiento, desde su retiro, en 1927, era el encargado del estadio de Manuela Pedraza y Crámer. En la madrugada del viernes 30 de diciembre de 1964 se prendieron las luces del estadio de Saavedra. Los jugadores dieron una vuelta olímpica acompañados por miles de hinchas. Nadie durmió aquella noche. Sobre todo el defensor Horacio Medina, que a las 9 de la mañana se presentó a trabajar en el Banco de Córdoba.
La alegría calamar contrastó con la furia que genera la frustración. Mario Boyé vestía un impecable traje blanco. Según testigos de aquel momento lleno de bronca y frustración, el Atómico habría golpeado a Bettinoti y Bertoni en las duchas. Por otra parte, los hermanos Luis y Pedro Medina también se fueron a las manos en medio de un desmadre colosal.
«All Boys tenía muy buenos jugadores, como Titi Bejarano o el colorado José Paladino, un zurdo cerrado que era un fenómeno y un atorrante de la vida«; nos dice Carballo, quién soltó una sentencia sobre el fútbol de los sábados de aquellos días: «En ese momento, en el fútbol de ascenso muchos equipos iban para atrás».
Platense jugó Primera División entre 1965 y 1971. En 1967 estuvo a un paso de abrazar la gloria, pero perdió el partido imposible en la semifinal del Metropolitano ante Estudiantes de La Plata. Regresará a Primera División en 1976 jugando 23 temporadas consecutivas. Los Fantasmas del Descenso. Por su parte, All Boys consiguió su ascenso a Primera ganando el campeonato de 1972. El club de Floresta se afianzó en la máxima divisional hasta perder la categoría en 1980. Luego de tres décadas, en 2010, All Boys se puso la ropa de Primera luego de derrotar a Rosario Central, en Arroyito, en un recordado partido de Promoción.
Desde 2014, en Floresta añoran regresar a la máxima divisional.
Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche a la Investigación Periodística.