Atlanta 1932: paraguayos, exiliados y futbolistas

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Sábado 19 de junio de 1932. El equipo de Atlanta que visitó a Racing. El Atlanta de los paraguayos.

Hoy sería un hecho impensable, pero alguna vez sucedió. En junio de 1932, Atlanta contrató a más de una docena de futbolistas paraguayos. Muchos de ellos escapaban de la Guerra del Chaco. ¿Cómo les fue? Una historia de Héroes en Tiempos Infames.

Por Carlos Aira

 

El campeonato 1932 de la LAF (Liga Argentina de Football) tuvo características singulares. Los clubes de mayor poder económico buscaron el espaldarazo que los catapultara en recaudaciones y preferencias populares. Fue el año de Bernabé Ferreyra. Gracias a sus goles, River Plate tomó una dimensión que no tenía hasta entonces. Los 16 equipos de la Liga buscaron a su Mortero de Rufino.
En la calle Humboldt, dos clubes tenían sus canchas contiguas. Chacarita Juniors era el club poderoso. Atlanta, el primo pobre. En 1931, los Funebreros realizaron una segunda rueda fantástica con la presencia de los Peloduros santiagueños: Benjamín Coria, Marcos Díaz y Luis Díaz. Por su parte, en el primer año de profesionalismo porteño, los Bohemios terminaron últimos. Una campaña espantosa: solo cuatro victorias y la friolera de 84 goles en contra.

 

1932 no comenzó mejor para Atlanta. El campeonato comenzó el 13 de marzo. En el cajoncito de la calle Humboldt recibieron al bicampeón Boca Juniors. El resultado fue una derrota 2-5 que terminó con escándalo: la Directiva del club entendió que los jugadores no habían realizado un mayor esfuerzo y separó a todo el plantel profesional. Finalmente, por clamor de los sufridos hinchas, la directiva levantó la suspensión. Los resultados fueron los mismos de siempre. Derrota en derrota: 0-3 ante Independiente, 0-5 ante San Lorenzo. El 10 de abril, Chacarita goleó 4 a 0 en el clásico del barrio. Recién en la quinta fecha, Atlanta rescató un punto en el empate sin goles ante Tigre.
Atlanta último y cómodo. Ante un panorama espantoso, el presidente Antonio Sturla tuvo una idea que conmovió al club: contrató a cinco jugadores rosarinos. Desde Rosario Central llegó el experimentado arquero Octavio Díaz junto a Juan González y Pascual Molinas. También firmaron contrato José Bussano y Marcelo Tamalet, ambos del club Fisherton. Los rosarinos fueron un fiasco. Durante un mes coleccionaron derrotas: Estudiantes, Ferro, Platense y seis goles de Gimnasia en el Bosque. No había más lugar para ellos en Villa Crespo. En esos días, un coche fantasma recorría el país en búsqueda de nuevas historias.
En el mes de mayo, al coche fantasma le llegó un dato: un grupo de muy buenos jugadores paraguayos deseaban ubicarse en el fútbol argentino. La Guerra del Chaco. La guerra fraticida entre hermanos paraguayos y bolivianos que se inició en junio de 1932.

 

La Guerra del Chaco (1932-1935) entre Paraguay y Bolivia fue determinante en esta historia.

 

Cuando los directivos del coche fantasma tomaron contacto con los futbolistas en Posadas, se llevaron una gran sorpresa. No eran dos o tres guaraníes, sino diecisiete futbolistas. La negociación era inflexible: viajamos todos o ninguno. Últimos en la tabla, desde Villa Crespo la respuesta no tuvo dudas: ¡Que viajen hacia Buenos Aires!.
Luego de una semana de viaje, en la tarde del 6 de junio de 1932 arribaron a Buenos Aires. La sorpresa fue mayúscula: no todos eran internacionales. Había futbolistas ignotos que tenían en el fútbol la posibilidad de zafar de la línea del frente. También un par de misioneros de Atlético Posadas, que se hicieron pasar por paraguayos para abrise paso en el fútbol porteño.
El contingente paraguayo generó una inmensa expectativa. Pero el mismo día que llegaron, uno de los jugadores cambió Atlanta por Boca Juniors. Fue el defensor internacional Romildo Etcheverry. Cuando su compatriota Delfín Benítez Cáceres fue a saludar al contingente, se sorprendió de ver al mundialista en Uruguay 1930. Boca buscaba un back y el Machetero se llevó a Etcheverry a la sede de la Avenida Almirante Brown a firmar contrato con el club de la Ribera.
Ante esa situación, la dirigencia bohemia alojó a los futbolistas en una quinta de Merlo. El debut era complicado: el River de Bernabé en cancha de San Lorenzo. Los jugadores quedaron bajo las órdenes del entrenador Pedro Martínez, ex defensor de Huracán y la Selección Argentina.

 

Los paraguayos recién llegados a Buenos Aires. En la foto, el mundialista Tranquilino Garcete; Aurelio Munt y el misionero Jacinto Venialvo.
El 7 de junio de 1932, Atlanta presentó los pases en la Liga. 16 voluntades guaraníes dispuestas a defender los colores bohemios. Ellos eran: Franklin Pereyra, Virgilio Bogarín, Aurelio Munt, Martiniano Rodríguez, Jacinto Venialgo, Tranquilino Garcette, Porfirio Sosa Largo, Pablo Ramírez López, Manuel Achinelli, Desiderio Alvarez, Amadeo Ortega, Romildo Echeverría, Santiago David, Nicolás Reyes, Francisco Bianchi, Rómulo Ojeda y César Hermosa.
Llegó el debut. Domingo 12 de junio de 1932. Nublado, frío y lluvioso. Atlanta enfrentó a River Plate en Avenida La Plata. 14ª fecha del Campeonato. Atlanta formó con Franklin Pereyra; Martiniano Rodríguez y Pablo Ramírez; Manuel Achinelli, Aurelio Munt y Tranquilino Garcette; Desiderio Alvarez, Francisco Bianchi, Pablo Ramirez, Rómulo Ojeda y Porfirio Sosa Largo. El Mundo publicó: «Cuarenta mil hinchas recibieron con vivas muestras de simpatía al cuadro de Atlanta«. Los paraguayos hicieron un digno primer tiempo, pero las diferencias físicas eran notables. River venció 3 a 0, goles convertidos por Bernabé Ferreyra – en dos oportunidades – y Juan Arrillaga, luego de un grueso error del arquero Pereyra.
Una semana más tarde, Atlanta visitó a Racing. El equipo superior de la Academia no se presentó por encontrarse en conflicto con la dirigencia. Racing salió al campo de juego con un equipo de Tercera que había enfrentado a Estudiantes el sábado por la tarde. Ganaba Atlanta, gol de Porfirio Sosa Largo; pero los pibes albicelestes lo dieron vuelta, goles convertidos por Alberto Fernández y Oscar Barrallía.

 

Sábado 19 de junio de 1932. El equipo de Atlanta que visitó a Racing. El Atlanta de los paraguayos.

 

Si en un primer momento la presencia de los paraguayos generó simpatías en el público porteño, la misma cambió a una profunda antipatía con el paso de las fechas. Se los tildó de duros y malintencionados. Como muestra, lo sucedido el 24 de julio de 1932 en la vieja cancha xeneize. A los 8 minutos, Boca vencía 2 a 0, goles de Roberto Cherro y Juan Garibaldi. A los 13, descontó Porfirio Sosa Largo. El juego de los visitantes se hizo áspero. Tan así que el árbitro Servando Gómez expulsó a Sosa Largo. Recrudecieron las acciones violentas. A los 25 minutos del segundo tiempo, el durísimo Tranquilino Garcete hundió de un patadón a Pedro Arico Suárez. El árbitro ordenó el camino del vestuario para el defensor guaraní, que era alentado por la barra bohemia con un grito sostenido: «¡Garcete! ¡Garcete! ¡Dale con el machete!». Ante la sanción del referee, los visitantes entendieron que había una animosidad contra ellos y se retiraron del campo de juego.
El furor por los paraguayos se fue apagando. Algunos cambiaron de club. Otros volvieron a su tierra a jugarse su destino. Quienes tenían reales condiciones hicieron carrera en nuestro país, como Tranquilino Garcete, Porfirio Sosa Largo y Aurelio Munt.
Vamos a recordar a cada uno de estos muchachos. Primero los paraguayos. Franklin Pereyra y Amadeo Ortega. 28 años y 26 años. Arquero e insider derecho. Ambos provenían de River de Asunción. Virgilio Bogarín y Porfirio Sosa Largo venían de Libertad de Asunción. Arquero y wing izquierdo. 22 y 23 años, respectivamente. El primero atajó solo dos partidos. El segundo realizó una larga campaña con 30 partidos y 11 goles. Luego jugó en Argentinos Juniors y Racing Club. Tranquilino Garcete tenía 21 años. Half central. Venía de Presidente Hayes de Asunción. Mundialista en 1930. Jugó 51 partidos en Atlanta. Manuel Achinelli tenía 22 años. Half central de Nacional. 25 partidos en Atlanta. Desiderio Álvarez tenía 23 años. Insider derecho de Olimpia. Jugó 93 partidos en Atlanta. Pedro Benitez tenía 24 años. Arquero. Jugó seis partidos en Atlanta. César Hermosa tenía 22 años. Insider derecho. Jugó 26 partidos en Villa Crespo.

 

Tranquilino Garcete en la Boca. El defensor fue muy querido por el pùblico bohemio y temido por los rivales.

 

El caso de Pedro Aurelio Munt fue singular. Jugaba en Posadas cuando le llegó la oportunidad de venir a probar suerte a Buenos Aires. Nacido en Ipacahí, Paraguay, el 2 de diciembre de 1909, Munt pronto se convirtió en referente y estandarte Bohemio. Jugó 42 partidos en Atlanta hasta ser transferido a Boca Juniors, donde tuvo un paso breve y luego a Estudiantes de La Plata. Radicado en Villa Crespo, fue habitual verlo en la cancha bohemia hasta sus últimos días, entrados los años 90s.
Los falsos paraguayos fueron Jacinto Venialgo, 22 años, half derecho de Jorge Brown de Posadas. Santiago David, 23 años, centrofoward de Atlético Posadas. Jugó 6 partidos en Atlanta. Rómulo Ojeda, 24 años, insider izquierdo de Atlético Posadas. Jugó 4 partidos en Atlanta. Francisco Bianchi, 21 años, insider derecho de Atlético Posadas. jugó 3 partidos.
Una historia de otra época. De muchachos que huían de una guerra fratricida con un sueño de fútbol en sus piés.

 

 

Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica FM 89.3 

 

 

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