Roque Alfaro pasó por las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha. Idolo en Newell´s, campeón con todo en River Plate. Una entrevista intensa y emotiva. Una historia que vale la pena repasar.
Por Carlos Aira
SUEÑOS DE FUTBOL: «De pibe vivía con la pelota. Recuerdo que mi madre, a las cinco y media de la tarde, me decía ´Roque, vení a tomar la merienda´. En aquella época mira si iba a dejar de jugar al fútbol por tomar la merienda… esperaba la noche y si encontraba un partido, bien; sino, seguía de largo. Soñaba con ser jugador de fútbol. Vivía así, corriendo detrás de una pelota y mi madre corriendo atrás para ver si podía parar un ratito y quedarme en casa».
ROQUE, DE NOGOYA: «A los 7 años, mi madre agarró a sus cinco hijos, se fue de casa y abandonamos a nuestro padre. Se separó ella y nosotros atrás buscando un futuro en otro lado. ¡Que valor y que fuerza que tuvo nuestra madre! Tomar esa decisión en aquella época sin saber cual sería su futuro».
«Yo siempre dije que nunca me gustó el estudio y quería jugar al fútbol porque no sabía hacer otra cosa. Y sigo pensando lo mismo. Si bien terminé los estudios, lo que más quería era jugar al fútbol. Nací y crecí en el barrio El Ripio de Villa Santa Teresita de Nogoyá, provincia de Entre Ríos. Comencé a jugar en el club 9 de Julio, con la coincidencia de colores rojo y negro, como Newell´s, que fue mi primer club profesional y mi único amor que tengo en relación al fútbol«.
NEWELL´S OLD BOYS, ESCUELA DE VIDA: “Hubo muchas cosas que coincidieron, por eso el día que Newell´s me fue a contratar me pagaron con juego de camisetas y un par de botines. Allá por el año ’74. Tantas cosas hermosas me pasaron en esto, que a veces cuando me preguntan ‘¿tendrías un tiempito? y yo le tendría que decir o preguntar ¿Cuánto tiempo tenés?, porque tengo tantas cosas para contar en 18 años, que en realidad siempre digo para mi fue mi gran orgullo el amor que le di al trabajo y el amor que le di a ser jugador de fútbol. Como empleado y trabajador”.
ROSARIO Y LA FAMILIA: “Fui futbolista profesional por la fortaleza de mi mama y las patadas de mi hermano cuando a la noche me quería quedar en Nogoyá. Me fui de mi ciudad, con sólo 23.000 habitantes, para viajar hacia Rosario, donde vivían un millón de personas».
«Cuando podía volvía a Nogoyá y no quería regresar a Rosario. Tuve, gracias a Dios, la suerte de tener a mi hermano Héctor que me pegaba una patada en el traste y me decía ‘andá, vos acá ya no tenés nada que hacer’”.
“Cuando recuerdo aquella época se me viene a la mente mi gran amigo de la pensión. Se llamaba Héctor Eleuterio Montes y era de Ramallo. Juntos llegamos a Primera. A la tarde nosotros salíamos a caminar por la peatonal Córdoba que hacía poquito que se había inaugurado. El era mi amigo de Ramallo y yo era su amigo de Nogoyá, porque no conocíamos a nadie. Eso era lo que nos entretenía en nuestro primer año de vivir en la pensión de Newell’s Old Boys que nos pagaba a cada uno de los jugadores que estábamos ahí”.
MOLDEADO POR GRIFFA: “Cuando llegué en el año 74, tuve el privilegio de que me dirigiera alguien que para mí fue decisivo en mi profesión como es Jorge Bernardo Griffa. Él dirigió un solo año, y ese año el medio campo de esa cuarta especial que él dirigía era Ricardo Giusti, Américo Gallego y Alfaro y siempre dijo: ´este mediocampo yo quiero que un día jueguen juntos en la primera de Newell’s´. Creo que pasaron 2 años y los tres estuvimos juntos jugando en la primera de Newell’s”.
“Si bien éramos ‘Los Gladiadores de Griffa’ como ellos nos llamaban, éramos los sparrings del gran equipo del 74 con Mario Zanabria, Armando Capurro, José Orlando Berta, Cucurucho Santamaria, Pavoni, Carlos Picerni, Tito Rebottaro, Juan Ramon Rocha. Todos ellos grandìsimos jugadores, pero además fueron personas que me marcaron en las inferiores de Newell’s Old Boys”.
“Del ‘74 al ‘88 pasaron catorce años para que yo fuera campeón en Newell’s, con todos jugadores nacidos y criados en las divisiones inferiores”.
NEWELL´S OLD BOYS, ESCUELA DE FUTBOL: “Jorge Griffa simplificó todo. Por sus manos pasaron Jorge Valdano, Marcelo Bielsa, Mauricio Pochettino y el Tolo Gallego. Todos grandes entrenadores. Si bien después cada uno fue formando su etapa de jugador de fútbol, nació en un lugar. Nosotros nacimos en Newell’s Old Boys”.
“El 21 de enero de 1974 fue el primer día que yo me alisté a las divisiones inferiores del club. Siempre recuerdo la primera charla con Griffa. Nos sentó a su alrededor y nos dijo: ‘Ustedes van a escuchar que enfrente tenemos al tradicional rival, Rosario Central. Es nuestro rival. Es él rival. Pero nada más. Nosotros tenemos que saber amar la camiseta que defendemos’. Y yo desde ese día me hice hincha de Newells, cuando de chico era hincha de River”.
“Me han pasado tantas cosas hermosas en mi etapa de jugador de fútbol, que estoy tan agradecido de haber amado esta profesión. También soy un agradecido de haber encontrado a Jorge Griffa en el camino, porque fue el que me marcó como había que ser profesional del fútbol. Si bien Dios me dio la posibilidad de no lesionarme jamás en mis 18 años de carrera, también tuve el conocimiento de alguien que me orientó y que me dijo ‘hay que hacer esto y esto’. Teníamos 17 años y me dijo ‘cuando juegues en primera, las mujeres vienen solas. Ni se preocupen por eso, disfruten jugar al fútbol’”.
“Tantas cosas aprendí con él que forman parte de la profesión de uno porque seguramente cuando sos chico hay muchas cosas que por ahí te hacen mirar para otro lado. Pero si hay alguien que viene y constantemente te habla, cuando vos sos chico, realmente si te gusta es imposible que cambies tu manera de pensar”.
EL ESPEJO RETROVISOR: “Por eso digo que tengo tantas historias para recordar. Siempre le digo al Beto Alonso ‘¿Con quién terminó en la habitación el año que se retiró?’. Se retiró un año antes que yo. Le decía ‘Beto pensar que yo te conocí en la radio’. Esas cosas son imposibles de poder olvidar”.
“Mis hermanos eran todos de San Lorenzo y en aquel River del 86 donde Héctor Veira era el técnico, un día llegaron todos los amigos de él, de San Lorenzo. Verlo a Buttice o a Telch fue grandioso, porque mis hermanos me hablaban todo el día de ellos. Me acuerdo de todos, del Sapo Villar, Pedro González… A todos ellos tuve la posibilidad de conocerlos, para mi fue una emoción muy grande. La pasión que tenía yo en ese momento no había con qué pagar”.
“Entonces, digo qué placer me da cuando a veces veo fotos, y veo que yo estoy en el medio y en un costado está Cucurucho Santamaría y del otro lado está Chirola Yazalde. O qué placer me doy cuando veo que estoy en el medio y de un lado tengo al Enzo (Francescoli) y del otro lado a Beto Alonso. O qué placer me dio cuando el más grande de todos (Diego Maradona), y me dijo ‘Alfarito que bien te ves’. Son cosas que son imposibles de olvidar”.
LA EXPERIENCIA GRIEGA: «En 1980 me contrató el Panathinaikos de Grecia por intermedio de Juan Ramón Rocha, compañero mío en Newell´s, que hacía años estaba allá. Él se fue a jugar al Panathinaikos en Grecia y era el número 10. Era una gran figura. En el año ‘80. El equipo Panathinaikos de Grecia necesitaba un número 10 y Juan Ramón Rocha me hizo contratar a mi de número 10 y el paso a jugar de marcador de punta izquierda”.
“En ese momento, Rocha ya tenía los mismos problemas que tuve yo. Rocha era de apellido Boublis, de griego. ¿De dónde era griego?.No sé, nadie entendió. Cuando llegué, era Raola Roque Alfarostakis. Mis padres eran de Creta y yo era griego. Resulta que me miraba y ni perfil griego tengo. La realidad es que viajé con un pasaporte argentino y uno griego trucho. El cupo de extraneros estaba cubierto con el rumano Duru Nicolae y Pepito Andreuchi. Entonces, mi incorporación, junto con Roberto Agueropolis, otro compañero en Newell´s, debían darse como nativos. Pero Agueropolis si era griego porque en Newell ‘s ya sabíamos que era así, pero yo no tenía nada que ver”.
“Yo tuve la suerte de jugar en ese Panathinaikos que nos tocó enfrentar a la Juventus de Italia por la Copa de Europa, que en ese momento que se jugaba todo el año. Era la base de aquel Juventus que fue la base del Italia ‘82. Tenía unos jugadores fantásticos. Dino Zoff, Cabrini, Tardelli, Scirea. La base de la juventus fue la base del Italia ‘82”.
«Luego de un tiempo, terminaron encontrando todos los datos de mi filiación. El presidente del club me dice ‘Roque, te vas a tener que volver a tu país, yo no voy a poner ningún inconveniente para que vos te consigas club y nosotros te vamos a dar la posibilidad de que te compren o que te vayas a préstamo pero que juegues donde vos quieras’. Me volví a Newell’s y me quede en Newell’s”.
“Me volví con una alegría tremenda e importante en mi vida: cuando fui, me fui con mi señora y mi nena Andrea que cumplió 2 años ahí. Cuando volví, volví con mi señora, con Andrea y con Virginia que nació en Grecia. Fue también una alegría muy grande que tuve en Grecia, pero también siempre me quedan estas ganas de haber jugado un poquito más. Yo jugaba todos los partidos, era titular de ese equipo, pero en algún momento me asusté porque pensé que me iban a llevar preso«.
CAMPEON DE TODO CON RIVER: «En 1981 pasé al América de Cali donde tuve un gran rendimiento. A fines de 1983 vamos a jugar contra Nacional de Medellín, lo dirigía Luis Cubilla. Fui al banco a saludarlo porque Luis me había tenido en el ‘80 en Newell’s. Los saludo y me dijo ‘hay mucha posibilidad de que Santilli sea el presidente y si es así me va a elegir como entrenador ¿Querés venirte Alfarito para River?’. Yo me di vuelta y le dije ‘ni lo dudo’”.
“A veces entro a sacar cuentas, aquel River del ‘84 era un rejuntado porque venía Carlitos Gay, Quique Villalba, Enzo jugaba de 8, el Tolo, Mostaza todavía estaba, atrás estaba Polilla De Los Santos, muchas veces Saporiti jugaba de 4, pero era un equipo que tenía mucha rotación o muchos cambios partidos tras partidos. Completamente distinto al River 85-86 donde fueron siempre los mismos”.
“El equipo que ganó todo en 1985-86 se fue formando de a poco. Estaba el Negro Enrique, Eduardo Saporiti, Enzo también. Después cambio todo, porque entró Nery Pumpido, el Tapón Gordillo, entró Jorgito Borelli, el Tano Gutierrez, el cabezón Ruggeri, el Negro Montenegro. Seguía el Negro Enrique, el Tolo, yo que había llegado en el ‘84 y adelante era la Araña Amuschástegui, pero primero Claudio Morresi haciendo dupla con Enzo Francescoli. En 1986 el equipo se modificó con la venta de Amuchastegui y Francescoli. Llegó Alzamendi y Centurión. Luego jugó Gilberto Funes. Pero hay un detalle necesario: Alzamendi necesitaba un lanzador y ahí entró en el equipo el ídolo indiscutido de River Plate: el Beto Alonso«.
EQUIPO COPERO: “El Bambino decía que aquel equipo tenía una explosión impresionante. El campeón de la Libertadores era muy distinto al campeón 85/86. Era un equipo más táctico y por el suelo, con Morresi, Amuchástegui y Enzo Francescoli. Esos tres jugaban distinto a como jugaba Antonio y a lo que era el Beto con la pelota en sus pies”.
«Vivimos la Copa Libertadores 1986 con intensidad. Siempre recuerdo lo que escribió Héctor Veira en el pizarrón el primer día del año: ‘Pueden quedar en la historia con honestidad, autoridad, esfuerzo y sacrificio´. Creo que eso fue también lo que hicimos nosotros. Nos propusimos algo realmente que tuvo un final feliz en diciembre del 86, porque todas las propuestas que hubo con el torneo argentino, con la Copa Libertadores, fue muy difícil, River, para todos los demás equipos”.
“El único que nos doblegó en un momento fue Argentinos Juniors porque venía de un torneo anterior con un magnífico equipo y fue el único equipo que nos ganó por Copa Libertadores. Eso que uno terminó 0-0. Aun sigo pensando en las avalanchas que se armaban detrás de los arcos cada vez que atacaban los equipos era infernal (en la cancha de Velez). Uno no podía entender cómo ese partido terminó 0-0. Cosas para el recuerdo muy gratos”.
“Se habló mucho de aquel equipo. No nos guardábamos nada. El Tolo Gallego decía que a las dos y media de la madrugada estaban comiendo pizzas en su pieza con él y es así. Estábamos comiendo pizza, pero a nosotros no nos importaba. Llegaba la hora del partido y después no había equipo que nos ganara. Nosotros hacíamos tres goles en cancha nuestra, íbamos de visitante y ganábamos. Me pongo a pensar y exageradamente creo que perdimos tres partidos en todo el año 1986. Ese equipo jugaba muy bien”.
MI AMIGO MARADONA: «Que cariño le tengo a Diego. Tengo recuerdos tan íntimos. Fui a su casamiento y estuve en el bautismo de las chiquitas. Un día fuimos a jugar un partido a Zurich contra la selección de Italia porque estaban promoviendo el Mundial del ‘90 y Diego estaba en Italia. Nosotros llegamos, nos alojamos en el hotel y en un momento levantó el teléfono y era él: ‘Alfarito ¿Dónde estás?’. Me preguntó ‘¿Cómo se llaman tus hijas? Porque le quiero dedicar esa foto que tengo para ellas’”.
“Cuando vino la última vez a la cancha de Newell´s, me ve y me dice: ‘¡Que bien te ves Alfarito!’, porque yo venía de una situación muy brava de salud y realmente son cosas inolvidables. Prefiero contar la otra parte porque ¿Qué voy a contar de Diego jugador? Ya no se puede contar nada como jugador. Lo único que sé es que doy gracias a Dios que toda aquella etapa aquellos años no hay jugador que no diga que Diego es el mejor de todos porque todos nosotros nos sentimos identificados con Maradona en todo aspecto”.
NEWELLS 87/88: “A nivel equipo fue contundente. Fue brillante futbolísticamente porque entendió que la mejor manera de jugar al fútbol era simple y fácil. Jugué 38 partidos siendo el mayor del equipo. Fui el goleador del equipo. Hice goles hermosos y terminamos siendo campeón ganándole a Independiente tres fechas antes 6-1. Al Independiente de Bochini”.
“Ese era Newell’s que había aprendido a jugar de una manera muy fácil y en donde también José Yúdica a lo largo de los 38 partidos utilizó jugadores que todos eran jugadores nacidos en las inferiores de Newell’s Old Boys. Yúdica era ex jugador, Roberto Cupo el ayudante de campo era ex jugador, el utilero Elio Barros que había jugado en la primera de Newell’s”.
“Esa fue la satisfacción más grande porque después de 14 años que yo llegue Newell’s, haber sido campeón con todos jugadores del Club, todos pasaron por la mano de Griffo. Es una alegría ínfimamente que siento por el afecto que le tengo a Jorge Griffa”.
«Aquel equipo tuvo jugadores fantásticos. El Yaya Rossi no era un jugador considerado porque al otro día después de cada partido que generalmente ganábamos. Lo buscaba el periodismo, y el lunes se iba a pescar y aparecía recién el martes. Nunca le interesó promocionarse a través del periodismo. El Yaya era un distinto: gambeteaba con derecha, con izquierda, defendía atacaba, tenía un talento increíble, cabeceaba muy bien. Agradezco haber jugado con uno de los mejores”.
Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica FM 89.3. Premio Jauretche 2021 a la investigación periodística.