Historias Inconfesables: El descenso de Lanús en 1950

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Pairoux convierte el segundo gol granate en cancha de Independiente.

Por Carlos Aira 

 

El campeonato de 1949 fue famoso, no sólo por ser el año del primer titulo profesional del Racing Club, también porque casi termina con el descenso de Boca Juniors.
Pero en aquel año se vivió una de las historias más tristes del fútbol argentino en su historia. El desenlace determinó el escandaloso descenso del Club Atlético Lanús, determinado por un impresentable Tribunal de Disciplina de AFA.

 

 

En aquel campeonato, Boca Juniors, Lanús y Huracán pelearon por no descender hasta la última fecha. En la jornada final, los xeneizes (27 puntos) zafaron goleando 5 a 1 a los granates (26). El Globo (26) derrotó a Banfield. El reglamento señaló desempate entre Lanús y Huracán. Puntapié para una historia impresentable.
Por reglamentación AFA debían jugarse dos partidos en escenario neutral. En caso de empate, el reglamento contemplaba la necesidad de un tercer encuentro.
El primer choque se disputó el 18 de diciembre en el Gasómetro de Avenida La Plata. Huracán ganó 1 a 0, gol convertido por José Vigo. El público granate se sintió perjudicado por el arbitraje del inglés Harry Hartless. Desde las tribunas se lanzaron botellas al campo de juego y fue necesaria la intervención del Cuerpo de Bomberos.
La revancha se pautó para el 24 de diciembre en Independiente. Lanús goleó 4 a 1. Una tarde maravillosa de la delantera compuesta por Oscar Contreras, Raul Martínez (un crack con posterior paso por River Plate y San Lorenzo de Almagro), José Florio, Norberto Pairoux y Nicolás Daponte.
De cara al tercer partido, la dirigencia quemera se movió con rapidez. Necesitaba que el mismo se disputara antes de fin de año. Muchos contratos vencían y era necesario jugar antes del 31 de diciembre. Finalmente, AFA determinó que el partido se jugaría el 8 de enero de 1950.
Comenzaron las especulaciones políticas. La mala relación entre el Presidente Perón y el Coronel Ducó – titular de Huracán – eran la comidilla del fútbol argentino. El recelo tenía aroma castrense. Ducó no se plegó al derrocamiento del conservador catamarqueño Ramón Castillo ideada por el GOU, logia militar nacionalista a la cual pertenecía Juan Domingo Perón. Desde aquel 1943, la relación entre Perón y Ducó estuvo cortada.
Finalmente, llegó el 8 de enero de 1950. El partido fue trepidante. Finalizó 3 a 3. Sobre la hora, José Vigo marcó el cuarto gol de Huracán. El árbitro inglés Bent Cross lo anuló a instancias del línea, el también británico Parker. Los jugadores quemeros se retiraron del campo de juego. Árbitro y futbolistas granates se quedaron esperando su regreso en el campo de juego, esperando completar el partido y un posible tiempo suplementario.
La reglamentación vigente señalaba que Huracán perdía el partido, por ende, la categoría. Pero la burla estaba consumada. Huracán tenía tres votos en la mesa de AFA y los hizo valer. El Tribunal de Faltas decidió que el partido debía jugarse nuevamente. 
El 16 de febrero de 1950 se jugó el cuarto partido. En el estadio de River Plate, Huracán ganaba 3 a 2 hasta que promediando el segundo tiempo, el árbitro austriaco Wally Muller no cobró un penal evidente a favor del equipo del sur. En la jugada siguiente, cobró uno muy discutido a favor de los muchachos de Parque de los Patricios.
Los futbolistas granates realizaron una sentada. No dejaron ejecutar la pena máxima. El árbitro suspendió el partido. Días después, el mismo Tribunal que ante similar situación falló a favor de Huracán, esta vez dio por perdido el partido a Lanús.

 

Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrì la Cancha, por Radio Gráfica FM 89.3

 

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