El Ratón Leonardi pasó por las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha. Marcador izquierdo con marca y proyección. Surgido en Ferro, borró a Garrincha en el Maracaná y la rompió con la camiseta de Gimnasia. En diálogo con Abrí la Cancha recordó el fútbol de los 60s y su carrera profesional.
Por Carlos Aira (*)
EL OFICIO DE LATERAL IZQUIERDO: “En mis comienzos se jugaba con el número 6. Cuando surgió el 4-4-2 o el 4-3-3 el marcador pasó a la zaga y comenzó a usar el 3. Eran tiempos en los cuales el 5 marcaba al 10 rival y a mí me tocó marcar números 7 muy difíciles. Wines excepcionales como el uruguayo Luis Cubilla o Raúl Emilio Bernao. No sé si con esos jugadores enfrente los actuales laterales subirían tanto al ataque. Nosotros podíamos ir al ataque sólo en el momento justo. En mi caso, cuando el 6 me cubría las espaldas y salía por la raya a tirar el centro o tirar al arco. Los wines me hacían la diagonal y había que ir hacia fuera. Ahora quieren que un wing izquierdo y un 3 jueguen en el mismo lugar. ¡Error! Uno le tiene que dejar espacio a otro y por eso hoy se viven chochando. Yo estoy en desacuerdo que el marcador de punta no necesita cerrar tanto. ¡Que espere al que venga que se va a tener que ir en diagonal!”.
LOS 7 LOCOS: “Luraschi, de Argentinos Juniors, fue el más complicado de todos. Enfrenté punteros derechos geniales, como Oreste Omar Corbatta, Raúl Emilio Bernao, pero Luraschi y el Mencho Balbuena, cuando no tenían la pelota, te seguían por todos lados. ¡Por eso eran los más difíciles! Corigliano también te marcaba. No te marcaban como un defensor pero no te dejaban recibir. Yo me iba de sorpresa al ataque. Me hacía el distraído y me pasaban la pelota en el borde del área grande. A veces pateaba al arco y me salía un buen chanfle”.
FERRO CARRIL OESTE: “Debuté en Ferro en 1959 junto a dos grandes compañeros como fueron Antonio Roma y Silvio Marzolini, pero el jugador que más admiré en aquellos días fue Arnaldo Balay. Palito había sido figura en Racing y parecía que jugaba en puntas de pie. Un verdadero fenómeno.
El equipo de Ferro que más recuerdo fue el que goleó 3 a 0 a Boca: Roque Marrapodi; Julio Etchevest y Sergio Di Gioga; Alberto Mogaburu, Alberto Collado y yo; Héctor Berón, Ángel Marcos, Felipe Rinaudo, Miguel Tojo y Antonio Garabal. El Cochero Berón se enojaba porque siempre saliamos por mi lado y nos gritaba que tenía que correr por nosotros. Otro monstruo fue Dante Lugo. Junto a Garabal armaron una pareja de ataque como pocas veces vi”.
GARRINCHA: “En 1965 jugamos contra Brasil en Río de Janeiro . En la noche anterior al partido, José María Muñoz me pidió un reportaje diciendo que jugaba. Yo le dije: “Gordo, yo no juego: juega Silvio Marzolini”. A la mañana estábamos desayunando y atrás mío estaba José María Minella, entrenador del equipo. Me preguntó si estaba para jugar. Le dije que para eso estaba y fue así. Me tocó marcar a Garrincha a quién anulé mirando la pelota. El hacía todo con el cuerpo. Cuando me quería gambetear le tocaba la pelota al lateral. Fue tan buena mi actuación que a Garrincha lo sacaron en el entretiempo. Luego del partido, el masajista de Garrincha me vino a pedir la camiseta. Pero no se la di porque esa camiseta era para mi papá. Garrincha podía ser figura y campeón del mundo pero mi viejo puso la plata para bancarme”.
LA MALA SUERTE: “En su momento, Helenio Herrera me había visto para el Inter. Estuve a punto de pasar a River por pedido de Renato Cesarini pero al final contrataron a Vieytes por culpa de un intermediario. Renato no podía creer que no estuviera jugando en un club grande. Osvaldo Faldutti estuvo a punto de firmar para Independiente a comienzos de 1966. Se fue a operar la rodilla para poder patear a los arqueros y se murió. El me quería si o si. En 1968, San Lorenzo me quiso comprar pero Ferro no quiso cheques sino 15 millones de pesos y el Ciclón terminó comprando a Rosl.
Camino al Mundial de Inglaterra jugué toda la eliminatoria, pero a último momento, Valentín Suárez, presidente de Banfield e interventor de AFA, llevó a tres de Banfield, incluido un 3 lesionado como Nélson López. Me dejó afuera del Mundial junto a Vicentito de la Mata”.
LA BARREDORA DE GIMNASIA: “Un equipazo con el Loco Gatti en el arco; Roberto Gonzalo, Ricardo Rezza, el chueco Masnik y yo; Hugo Pedraza y Roberto Zywica; el Moncho Santiago, Héctor Pignani, Miguel Diz, Delio Onnis y Jorge Castiglia.
Los clásicos platenses eran a muerte. Los duelos entre Delio Onnis y el finado Aguirre Suárez eran muy bravos. Pero al final del partido nunca quedó un rencor.
Siempre me quedó la espina de aquel Nacional de 1970. El señor Venturino, a quién nunca lo perdonaré, nos debía cinco meses. Arreglamos el 20% de la recaudación a cambio del campeonato. Le pedimos que nos pague tres de los cinco meses. Nos dijo que teníamos que jugar gratis. Yo propuse ir a Rosario para enfrentar a Central y a último minuto no jugar. ¡Le habíamos hecho cinco a Central! Éramos campeones seguros pero al final pusieron a los pibes. Nosotros éramos campeones porque a Boca le ganábamos. Ese Venturino no tendría que existir en La Plata…
Tengo el récord de convertir 24 penales consecutivos. Los primeros tres en Ferro y luego en Gimnasia. Era infalible. Una barbaridad”.
EL DIA DESPUES: “Yo estoy bien con mis hijos y mis nietos. Pero acá hay que ayudar a los jugadores de mi época. Nosotros llevamos la huelga de 1971 y nadie se acuerda que fuimos nosotros quienes sentamos las bases para que los jugadores cobran lo que cobran hoy. Nosotros no tenemos obra social y el periodismo se olvidó de nosotros. No puedo creer que hablen de los hermanos Romero pero nadie nombre a Corbatta y a tantos otros cracks que fueron y son un orgullo para nuestro fútbol”.