Estudiantes campeón… a lo Estudiantes

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Por Alexis Guegnolle (*)

 

El pincha logró el título 18° de su historia, ingresa en la próxima Libertadores y el sábado
jugará el Trofeo de Campeones ante Platense, en San Nicolás de los Arroyos.
A esta altura ya es indiscutible: Estudiantes se consagra campeón con épica. En mayor o menor medida, claro, pero siempre se trata de una epopeya. Son triunfos y consagraciones que dejan una marca indeleble en la rica historia del futbol criollo. En Santiago del Estero, el León platense se consagró campeón como manda su historia.
Todo comenzó un 3 de Agosto de 1967, en una noche fría, cuando Estudiantes enfrentó, en La Bombonera, a Platense por la semifinal del Torneo Metropolitano. Allí cambió la historia, no solo de Estudiantes, sino también del futbol nacional: rompió la hegemonía de los denominados cinco grandes. Esa noche el equipo de Osvaldo Zubeldía terminó remontando un 1-3 con un jugador menos, para alcanzar la final con un 4-3. Hazaña. Tres días después sería campeón derrotando 3-0 al Racing de José, en el viejo Gasómetro.
Pero no se quedó allí. Al año siguiente eliminó en las semifinales de la Copa Libertadores a ese mismo Racing de José, en un partido desempate en el Monumental. Le ganaría la final a Palmeiras, también en partido desempate, 2-0 en el Centenario de Montevideo. Primera
Libertadores disputada, primera Libertadores ganada. Épico.
Meses después, el 16 de Octubre de 1968 Estudiantes alcanzaría la mayor epopeya de un club argentino: dar la vuelta olímpica en el Imperio Británico tras empatar 1-1 en Old Trafford, ante el poderoso y rico Manchester United (había ganado 1-0 la ida en cancha de Boca). Luego vendrían más conquistas internacionales: Libertadores 1969 ante Peñarol, consagrándose de visitante en Montevideo; Copa Interamericana 1969 ante Toluca (otra vez en el Centenario en tercer partido desempate) y Libertadores 1970 ante Nacional de Montevideo, única copa internacional que levantó en 1 y 53. Perdería la del 71 contra el mismo rival.
En síntesis, con Osvaldo Zubeldía como técnico y Carlos Salvador Bilardo como discípulo
predilecto dentro del campo de juego, Estudiantes cosecharía un campeonato local y 5 copas internacionales, disputando la friolera de 20 finales en total. Una revolución que parió una mística copera.
Mística que fue revalidando y alimentando hasta hoy. Para no aburrir al lector, repasemos los títulos y triunfos más relevantes al respecto. El famoso 3-3 contra Gremio de Porto Alegre, jugando de local, por las semifinales (era un grupo de 3 junto al América de Cali) de la Libertadores 1983. Estudiantes perdía 1-3 y jugaba 7 contra 11. HAZAÑA DEPORTIVA contra el equipo que a la postre sería campeón del certamen y luego Intercontinental, ante el Hamburgo en Japón. Antes, en 1982 e inicios de 1983, la obtención de los torneos Metropolitano y Nacional respectivamente, que marcaron una época de duelos con Independiente. Estudiantes daría la vuelta olímpica en la legendaria Doble Visera de Avellaneda. Un lujo para pocos.
Pasamos a febrero de 2006. Estudiantes vuelve a la Libertadores después de 22 años. Cancha de Quilmes ante el Sporting Cristal. Se va al entretiempo con un contundente 0-3. Esa noche, mientras los Rolling Stones tocaban en River, el pincha dio vuelta el partido en 45 minutos para ganarlo 4-3 sobre la hora. No existe registro de otro club argentino remontando así un partido de copa. Ese mismo año, ya sin Burruchaga como DT, sino con Diego Simeone y la vuelta al fútbol argentino de Juan Sebastián Verón, conquistaría el campeonato Apertura de una manera inédita: humilló 7-0 a Gimnasia en el clásico y persiguió de manera infatigable a Boca, para derrotarlo en una final en Vélez dando vuelta el partido: 2-1 con goles de José Sosa y Mariano Pavone, dos hijos de la casa. HEROICO.
Luego vendría la cuarta Libertadores en 2009. Tras empatar 0-0 en La Plata ante Cruzeiro, el pincha se consagró en el mítico Mineirao de Belo Horizonte tras ir perdiendo 0-1 a los 57
minutos para ganarlo 2-1, dejando mudos y atónitos a 60.000 torcedores. Ningún otro club
argentino le dio vuelta una final a un club brasilero, de visitante, una final de Libertadores.
Si esto no es mística copera…
Y la obtención del Clausura 2025 es otra muestra del ADN pincharrata. Cuando parecía que
estaba al borde al abismo, se dieron cuatro resultados que le permitieron ingresar por la
ventana a la instancia de playoff. Insólito. Y Estudiantes lo aprovechó. Siendo visitante en
todas las instancias para alcanzar la final, venció por 1-‘0 a Rosario Central, Central Córdoba de SDE y a Gimnasia en un bosque explotado! Vaya manera de validar una paternidad que lleva décadas, pero que se acentuó como nunca desde aquel 7-0 del 2006.
La final ante el Racing de Costas, aunque haya valido una Liga nacional, tuvo sabor a Copa por el alargue y los penales. Por ese cierre a pura mística: cuando parecía que estaba todo perdido, el equipo siguió creyendo en sí mismo y con coraje fue en búsqueda de un empate agónico, el cual consiguió gracias a las virtudes de dos hijos pródigos de su cantera. Sosa (el mismo que le empatara a Boca en la final del 2006) acarició la pelota con jerarquía para centrar un tiro libre al borde del área grande de Racing; la pelota cayó “flotadita” al punto del penal y Guido Carrillo cabeceó al fondo del arco de un Cambeses que nada pudo hacer. Zubeldía festejó como nadie allá arriba. Luego se jugó un alargue que pareció más una agonía por el enorme esfuerzo físico de los jugadores, en una noche muy calurosa. Y llegaron los penales. Y ahí también tuvo que remar desde atrás ya que estuvo en desventaja, por esa fenomenal atajada de Cambeses a Edwin Cetré. Una final que ganó como manda su historia, a lo Estudiantes. Una página más de un libro sagrado.
(*) Periodista. Cubre Estudiantes de La Plata en Abrí la Cancha.

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