¡Sohn enseña! Las huellas del coreano que construyó el voley en Argentina

1269

El coreano Wan Young Sohn fue un parteaguas para nuestro voley. Una historia que merece conocerse. El artífice del éxito en el Mundial de Argentina 1982 y la formación de la generación dorada del voley argentino.

Por Carlos Aira

 

El nombre de Wan Young Sohn es fundacional del voley en Argentina. Su obra comenzó hace medio siglo y aún se mantiene vigente. Fue el constructor de una estructura que le permitió a un deporte poco difundido construir su generación dorada. Una generación que se subió al podio en el Mundial de 1982 y se colgó el bronce olímpico en Seúl 1988.
Llegó al país en mayo de 1975 por disposición del Rodolfo Traversi, secretario de Deportes del gobierno de María Estela Martínez de Perón. Su trabajo era construir una estructura de voley juvenil que compitiera a nivel continental. Tenía 40 años y la chapa de haber sido el mejor jugador asiático durante largos años, un continente donde el voley hacía tiempo era pasión.
Shon quedó asombrado por la generosa superficie de nuestro país. José María Cuadrillero, histórico del voley neuquino, recordó en Abrí la Cancha un encuentro con el entrenador coreano en aquel 1975: «Un grupo de soñadores del voley viajamos hacia Buenos Aires para conocerlo. Nunca olvido que nos recibió con un mapa del país. Estaba sorprendido por la extensión de la Argentina. Sohn señaló la Patagonia y preguntó si había voley. Le dijimos que había poco y que la disciplina estaba organizada en cuatro o cinco provincias. La respuesta que nos dio fue impactante: ¡Sohn enseña!».
Pero antes de la gloria, hubo un camino complejo para el entrenador: «Entre 1976 y 1977, Sohn formó la selección juvenil para ir al Mundial de Río de Janeiro. Convocó a muchos jugadores que luego figuras en Argentina 1982, como Hugo Conte, que tenía solo 16 años. Pero había un problema. Sohn quería empatizar con los entrenadores, pero pocas veces era correspondido. Nunca olvido que les decía: ¿Cafeshito?. Cafecitos que siempre pagaba el coreano. Hablaba con los técnicos y luego se iban sin saludarlo. Eso le cayó muy mal porque venía de otra cultura. ¡Era un caballero!».

 

 

La provincia de Neuquén terminó siendo un refugio para el entrenador coreano. Ricardo Russomando, titular de la Confederación Argentina de Voley comprendió que Buenos Aires no era el ámbito ideal para el entrenador coreano. Necesitaba un lugar donde pudiera trabajar tranquilo y son presiones. Russomando recurrió a Cuadrillero a quien le pidió un favor: que Sohn organice el voley desde la Patagonia.
«Sohn estuvo viviendo en Neuquén durante un año. Vivió en mi casa y aquí – en Neuquén – comenzó a cranear lo que fue la hazaña de 1982. Sohn se instaló con su señora y su hijo. Tuvo la contención y el cariño de una familia y el coreano se enamoró de esta zona«, expresó Cuadrillero en Abrí la Cancha.
El entrenador coreano vivió todo 1979 en Neuquén. Trabajó codo a codo junto a Cuadrillero y un ayudante de lujo: un verdulero coreano que vivía en la capital provincial. Sohn y Cuadrillero trabajaban táctica y estrategia. Por la noche, Sohn hablaba en coreano y el verdulero amigo golpeaba las teclas de una Olivetti plasmando el trabajo. «Sohn vivía para el voley. Una noche de 1980 me dijo: no se lo diga a nadie, pero en 1982 vamos a estar entre los cinco primeros. Yo no lo podía creer. El tiempo le dio la razón: salimos terceros y entramos en el podio».

 

Emocionado, Cuadrillero recordó: «Tengo una anécdota fantástica. Sohn nos llamaba Pinguinos, porque no teníamos altura. Trabajamos juntos en un juego patagónico y cuando nos consagramos campeones le regalamos un pinguino embalsamado. Para la cultura coreana la taxidermia es algo muy fuerte. Sohn lo agarró y se lo llevó emocionado a Buenos Aires. A las pocas semanas, Russomando me llamó para decirle que Sohn me quería como asesor de la Selección. Yo lo ayudaba a trabajar y abordar los trabajos tácticos porque estaba proponiendo muchos cambios. En 1980 hicimos una gira por Japón y llevamos el pinguino embalsamado. En Tokyo nos encontramos con Masudaka, el gran maestro del voley japonés. Con infinito respeto, Sohn me preguntó si le podía obsequiar el pinguino a Masudaka. Nuestro pinguinito terminó en Asia».
El Mundial de Voley Argentina 1982 fue un boom. La Selección alcanzó un tercer puesto histórico. Un equipo compuesto por jóvenes que se transformaron con referentes del deporte, como Waldo Kantor, Hugo Conte, Daniel Castellani o Jon Uriarte. Antes de aquel éxito, Sohn propuso viajar, competir, perder y ganar experiencia. Una práctica que no era aceptada por la mayoría de los dirigentes. El tiempo le terminó dando la razón.
El éxito de la generación dorada del voley argentino se consagró en Seúl 1988 consiguiendo la medalla de bronce. Sohn ya no era entrenador del equipo y la conducción le correspondió al cordobés Luis Muchaga. El coreano retomó la conducción del equipo en 1990. Víctor Lupo, subsecretario de Deportes de la Nación recordó en Abrí la Cancha: «Sohn no fue el fundador del voley, pero posicionó a la disciplina. Junto a Julio Velazco, un hombre muy comprometido con la política nacional, armaron el gran equipo de 1982. Sohn era un gran maestro. Junto a Jorge Canavesi, Rodolfo Barizza y Guillermo Vecchio – entre otros – el coreano fue parte del Grupo de Entrenadores de Apoyo al CENARD, una estrategia conjunta de nuestro deporte pensando en los Panamericanos de Mar del Plata 1995″.
Sohn volvió a Neuquén para conducir a Picún Leufú. Un equipo en la ciudad de los vientos que tuvo a grandes jugadores, como Camilo Soto, Luis Ángel, Mike Agostinello, entre otros. Temporada 1991/92. Aquel equipo fue el primer representante de la Patagonia en la Liga Nacional hasta la aparición de Gigantes del Sur. «Vivió con su familia y luego partió hacia Seúl, su ciudad natal«, recordó Cuadrillero.
Wan Young Sohn falleció el 4 de octubre de 2011. Tenía 75 años. Su figura vale la pena recordarla. Su trabajo deberá ser siempre reconocido. Aunque no se lo propuso, el coreano fue el constructor del voley argentino.

 

 

Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica 89.3. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.

 

Comentarios

comentarios