El martes 14 de abril de 1987 se consumó una de las hazañas más grandes de nuestro fútbol: Deportivo Armenio ascendía a Primera División realizando una campaña sensacional que lo mantuvo 34 partidos invictos. En Abrí la Cancha recordamos la campaña de un equipo que pasó, casi sin escalas, de la Primera C a Primera A.
Por Carlos Aira
En abril de 1987, Argentina vivía horas de profunda convulsión. La débil democracia nacida en diciembre de 1983, estaba en una encrucijada. El día 6 arribó a nuestro país su santidad Juan Pablo II. Era su segunda visita, la primera en democracia. Luego de una semana en distintos puntos de nuestro país, el 12 celebró la misa de Domingo de Ramos en la Avenida 9 de Julio ante un millón de fieles. Pero a la fe se contraponía otra realidad. Un grupo de oficiales de rango medio y bajo pedían ser exculpados por los crímenes cometidos entre 1976 y 1983. El acantonamiento de tropas en Campo de Mayo encabezado por el Teniente Coronel Aldo Rico generó una situación de extrema tensión en toda la patria. El domingo 19 de abril, con miles de argentinos reunidos en Plaza de Mayo, el presidente Raul Alfonsín regresó a la Casa de Gobierno luego de reunirse con los sediciosos. La frase para la historia: «Argentinos, la casa está en orden«. En tiempos de tanta tensión, un hecho deportivo pasó desapercibido.
Cinco días antes de aquel domingo, en la tarde del martes 14 de abril de 1987, un festejo se hizo dueño de los viejos tablones calamares de Vicente López: Deportivo Armenio se quedaba con el primer campeonato Nacional B. Una campaña excepcional. Aquella tarde venció 1 a 0 al escolta Banfield, gol convertido por Maximiliano Cincunegui. Faltaban dos fechas para la finalización del torneo. Un club con solo 25 años de historia, con algo más de tres mil socios – sin cancha propia – ascendía a la máxima divisional del fútbol argentino. Pocos lo podían creer.
LA PREHISTORIA DE UN ASCENSO

El Club Deportivo Armenio fue fundado el 2 de noviembre de 1962. Comenzó su camino en los campeonatos de AFA en 1970. Tardó dos años en dejar la categoría de aficionados. Pero el fútbol grande llegó en 1976, cuando se consagró campeón del torneo de Primera C. Un equipo que tenía en sus filas a Conrado Rabbito, ex delantero de Chacarita Juniors y el Racing de José. Era el tercer equipo de colectividades que se sumaba al fútbol grande. Primero fue Deportivo Español, que llegó al milagro de la A en 1967. El Deportivo Italiano, ACIA, se afianzó en aquellos años en la segunda división. ¿Como fue el debut de Armenio en la B? Brillante. En 1977 finalizó tercero, a tan sólo seis puntos del campeón Estudiantes.
1981 fue el primer año en el cual los tres equipos profesionales de las colectividades jugaron en un mismo campeonato. Pero el camino de Deportivo Armenio se frenó en 1984 cuando perdió la categoría. Un equipo con mucho pasado en nombres como Héctor Scotta o Rubén Saa. Pero también aparecían nombres, como los hermanos José y Luis Villarreal. También un delantero de Rafael Castillo que mostraba un futuro enorme. Era Sergio Silvano Maciel. El Chango Cárdenas, entrenador del equipo en el comienzo de aquella temporada, lo llevó desde General Lamadrid. En poco tiempo llegó a la Selección Argentina.
En 1985, Deportivo Armenio regresó a la tercera división. Un campeonato exigente por la presencia de Almagro, Arsenal, Argentino de Quilmes, Central Córdoba de Rosario y un fenómeno que era Defensa y Justicia. El Halcón de Varela se quedó con el campeonato. Tristán Suárez, Excursionistas, Deportivo Armenio, Ituzaingó, Arsenal, Deportivo Merlo, Almagro y Sportivo Dock Sud se jugaban en un octogonal el segundo ascenso.

Luego de un inicio irregular, el equipo se estabilizó con la llegada de Hugo Zerr a la dirección técnica. Pero el ciclo histórico de Deportivo Armenio casi no existe. El primer rival en el octogonal fue Deportivo Merlo. El primer partido lo ganó Armenio 2 a 1 en el oeste. La revancha, jugada en Defensores de Belgrano, finalizó con el mismo resultado a favor de Merlo y con mucho sufrimiento para los locales. Armenio clasificó por mejor ubicación en la tabla. Luego fue el turno de Sportivo Dock Sud. Derrota 0-1 en el estadio de los Inmigrantes y goleada 3 a 0 en la revancha. La final sería ante Almagro.

La primera final se jugó el miércoles 18 de diciembre de 1985 y finalizó 0 a 0. La revancha se disputó tres días más tarde en Defensores de Belgrano. Armenio se puso en ventaja con gol de Luis Vallejos en contra. Almagro lo dio vuelta, goles de Ruiz y Roberto Horvath, de penal. Pero en el festejo del gol, sucedió algo increíble: Adrián Méndez, arquero tricolor, celebró el gol arrojando una piedra a la tribuna de Armenio, donde había muchos hinchas de Excursionistas. El línea Manuel Polantinos llamó al árbitro Rubén Padilla quién expulsó al guardameta. Fue la debacle tricolor. En veinte minutos, Deportivo Armenio sentenció el ascenso con tres goles en veinte minutos. Armenio 4 – 2 Almagro, goles convertidos por Ramón Gallardo – de penal – y Jorge Godoy, en dos oportunidades. Armenio regresaba a la B.
En un vestuario exultante, Hugo Zerr dio las claves del ascenso: «Este plantel es cosa seria. Sabe muy bien lo que quiere. Enseguida nos compenetramos. Además están los dirigentes. Unos fenómenos de verdad. No escatiman esfuerzos en nada. Así se hace todo más fácil. Esta era una parada que no se podía dejar escapar. Había prestigio por un lado, ganar plata por otro. Lograr que una colectividad tuviera al igual que nosotros un fin de año feliz».
DIRIGENTES DE PESO
¿Quienes eran esos dirigentes que no escatimaban esfuerzos? Hasta 1986 el presidente del club fue Vahram Citcioglu. Personaje fundamental en esta historia. Había nacido en aquella añorada tierra en 1934. Llegó a nuestro país en 1959. Dueño de la textil Chitex. Su rol fue agrupar a la comunidad. Fundador del club, lo condujo durante años con éxito. Pero en aquellos días hubo un cambio en la conducción.

Armando Gostanian tomó la conducción de Deportivo Armenio. Exitoso empresario textil. Dueño de Rigar´s y la marca deportiva Athleta. Su lugar preferido era la confitería Tabac. Esquina de Libertador y Coronel Díaz. En aquel reducto, entre whiskys y habanos entabló una profunda amistad con Ringo Bonavena y Carlos Menem. Tan profunda que en 1987, siendo Gostanian presidente de Armenio, nombró al entonces gobernador de La Rioja como Presidente honorario del club. La devolución de favores llegó con creces. En 1989 Carlos Menem se convirtió en presidente de la República. El Gordo Bolú – como el riojano llamaba a Gostanian – fue Director de la Casa de la Moneda de la República Argentina.

Pero el personaje angular fue Noray Nakis. Otro inmigrante que llegó a estas tierras sin tener claro donde venía. Creó un nombre dentro de la comunidad en el negocio de las telas y joyas. Vicepresidente segundo del club en 1986. El fútbol profesional pasaba por sus manos. En pleno fenómeno Armenio, cuando todo el mundo se preguntaba como hacía un club con un puñado de hinchas y socios realizar una campaña tan importante, Nakis expresó: «Somos 3.700 socios, pero tenemos 200 que pagan por 25.000«. Uno de ellos era Nisan Devecyan, tesorero de la institución y presidente de Puma Argentina. Sin dudas, el poder económico de la comunidad confluía ante la posibilidad de visibilidad deportiva y social del club de un pueblo que en aquellos días era parte de la Unión Soviética.
ARMENIO CAMINO AL NACIONAL
1985 fue el año de la reestructuración profunda del fútbol argentino. Así lo exigían los dirigentes. El Campeonato Nacional de Primera División no daba para mas. La presión de los clubes del interior exigían un campeonato grande. El basketball argentino paría una genialidad como la Liga Nacional, obra de León Najnudel. Los dirigentes del fútbol no tuvieron tan buena visión. Crearon una nueva categoría a la cual denominaron Nacional B. En vez de hacer una Primera División grande, federalizaron la pobreza. En el primer semestre de 1986, los clubes de la vieja B jugaron un torneo llamado Apertura. Dos grupos de diez clubes. Cuatro de cada grupo ascenderían al nuevo Nacional B. El resto seguiría en la misma categoría.

Deportivo Armenio quedó en la Zona B, emparejado junto a Banfield, Tigre, Colón, Estudiantes, El Porvenir, San Miguel, All Boys, Villa Dálmine y Quilmes. No eran muchos quienes le daban chances de ser parte del nuevo campeonato al equipo de la colectividad. Bajo la conducción de Hugo Zerr el equipo inició su camino de cara al nuevo certamen. El primer partido lo disputó en la noche del viernes 31 de enero de 1986. Derrota 1 a 0 ante Banfield en el Florencio Sola. Fue derrota 1 a 0, gol del uruguayo Miguel Robinson Hernández. Armenio formó con Sarmiento; Goglino, Alderete, García y Argueso; Pedraza, Oviedo y Godoy; Sigifredo, Saudoukian y Vacari.

El comienzo fue titubeante. El equipo sumó tres derrotas en las primeras cinco fechas. Luego de caer ante El Porvenir en Gerli, Zerr dejó el equipo. La directiva le brindó la posibilidad a Alberto Parsechian, alguien del riñón del club. A partir de allí, una gran campaña que le permitió finalizar tercero, a tan sólo un punto de Banfield y Tigre. 18 Partidos jugados, 10 victorias, 4 igualdades y 4 derrotas. La clasificación de Deportivo Armenio en el Nacional B fue una inesperada sorpresa. ¿Cómo encararía un equipo que hace meses estaba en Primera C un campeonato que se presuponía tan exigente?
Hacia años había dejado el blanco con vivos negros en su camisetas. Eran tiempos de camisetas blanquiverdes. Con los años, Vahram Citcioglu recordó la historia del cambio: «El blanco y negro era propio de la época del potrero. Acá ya era algo mas profesional, en esta época Armenio ya tenía más años vividos. Como necesitábamos apoyo de la gente, nos pareció bien poner un color llamativo, curioso, que además no este identificado con ningún sector político. Las primeras camisetas verdes las hizo un amigo mío que fabricaba camisetas. Le pedí una camiseta pintona y llamativa, entonces entre nosotros nos pareció bien el color verde. Además esta camiseta se usó mucho en el barrio de Palermo que tuvo un buen efecto entre los armenios». Curiosamente, el otro equipo sensación de aquellos años fue Deportivo Mandiyú. El equipo correntino también jugaba de blanco con vivos verdes y tenía un presidente de origen armenio: Eduardo Seferián.
UN COMIENZO IRREGULAR

En la zona de Buenos Aires, el sábado 19 de julio de 1986 amaneció frío y lluvioso. Esa tarde se jugaría gran parte de la primera fecha del nuevo certamen. El Nacional B tenía su estreno. En cancha de Platense, Deportivo Armenio recibió al descendido Chacarita Juniors. Rubén Gallardo, de penal, adelantó a los locales. El uruguayo Luis Sosa igualó para los tricolores. El camino de Armenio comenzó con igualdad. En los vestuarios, Parsechian declaraba: «Lo que más deseo es poder mentalizar a los jugadores para el cambio de categoría. No estamos acostumbrados a las canchas grandes, pero muy satisfecho por el debut».
En la segunda fecha, Armenio enfrentó por primera vez un equipo indirectamente afiliado a AFA. 0 a 0 con Deportivo Mandiyú, en Corrientes. Siete días mas tarde, la primera victoria. 3 a 0 ante Defensa y Justicia, el otro ascendido de Primera C. El Halcón, con Hugo García como entrenador, tenía un equipo lleno de viejas figuras: Horacio Milozzi, Cholo Converti, Fernando Donaires y Ricardo Julio Villa. Armenio fue todo efectividad. Maximiliano Cincunegui marcó sus primeros dos goles. José Úbeda señaló el restante. El propio Chiqui declaró luego del partido: «Este es un equipo bien armado. A nuestro estilo de juego le viene bien la categoría, ya que esto es prácticamente una Primera División».
Luego del triunfo en casa, el equipo perdió el invicto en Jujuy. Derrota 1 a 0 ante Gimnasia. Por la 5º fecha, Armenio venció 3 a 1 al débil Unión de Villa Krause sanjuanino, goles del veterano Eduardo Montecello, Maximiliano Cincunegui y Gustavo Sigifredo. El domingo 24 de agosto, Armenio viajó a Santiago del Estero. Central Córdoba era un rival de temer. Había demostrado muy buen juego en aquellas primeras fechas. Tanto fue así que los locales se pusieron dos veces en ventaja, pero Deportivo igualó 2 a 2, tantos convertidos por Rubén Gallardo y José Villarreal. Una semana más tarde, Armenio no pasó del empate ante Douglas Haig de Pergamino.
Por la 8º fecha, Deportivo Armenio viajó hacia Córdoba. Los esperaba el poderoso Belgrano de Córdoba con el veterano talento de J.J López, la calidad de Germán Martelotto y el poder goleador del entrerriano Abel Darío Blasón. Cuentan que en el vuelo hasta la docta sucedió una anécdota de profundo humor negro. El avión despegó del Aeroparque porteño bajo una gran tormenta. En la semana el plantel discutió premios con los directivos sin llegar a buen puerto. Mientras el avión temblaba bajo el refucilo de los relámpagos, el talentoso Jorge Sopa Godoy se paró arriba de un asiento, enfrentó a los directivos, y les dijo: «Si quieren pueden firmarnos un premio de mil australes por partido, total no van a tener que pagar nada».
Finalmente el plantel llegó a Pajas Blancas y jugó aquel partido. Fue la segunda derrota del equipo. Belgrano ganó 1 a 0, pero Armenio se fue aclamado. Así lo comentó Ubeda: «Perdimos, pero jugamos una barbaridad. Tocamos, creamos un montón de situaciones de gol. La cancha estaba llena y cuando terminó el partido, nos ovacionaron«. Lo que nadie hubiera imaginado es que aquella sería la última derrota del equipo de la colectividad en toda la temporada.
Jugadas ocho fechas, Deportivo Armenio había ganado tan solo dos partidos. En la 9º fecha, igualó 1 a 1 con Los Andes. Luego del partido, Parsechian lamentó las chances perdidas: «tenemos mucha mala suerte para meterla adentro. Ya nos pasó con Douglas y Belgrano».
En la jornada siguiente, el fixture marcó visita al Alto Valle rionegrino. Triunfo 1 a 0 sobre Cipolletti, gol de Gustavo Sigifredo. Triunfo vital, porque una semana más tarde, Armenio recibió al líder Lanús. Los granates tenían un ataque excepcional: Leo Rodríguez, Juan Antonio Crespín, Sergio Saturno y Gilmar Villagrán. Jugaron un partidazo. Armenio estuvo dos veces en desventaja, pero apareció Cincunegui para igualar en dos goles. Fue un duelo de estilos: Armenio regaló buen trato de pelota. Los granates garra, fuerza y mucha suerte.
Por la 12º fecha, otra visita de riesgo. Tigre estaba realizando una aceptable campaña. Una vez mas el equipo en desventaja. Esta vez, desde el comienzo mismo del partido. La igualdad llegó promediando la segunda etapa. Penal convertido por Luis Villarreal. En el vestuario, Sopa Godoy declaró: «Nosotros tenemos un estilo de juego que respetamos más allá de un resultado. Lo que sí, perdimos un poquito la prolijidad, pero siempre manteniendo nuestra filosofía. Al principio perdimos un poco la pelota, pero después reaccionamos y pudimos empatar».
EL ASALTO A LA PUNTA
Con doce fechas disputadas, Armenio era un equipo prolijo. Tenía vuelo cuando la pelota pasaba por José Úbeda y Jorge Godoy, quienes garantizaban buena circulación. Por su parte, Maximiliano Cincunegui era sinónimo de gol. Pero aun no aparecía la explosión. El domingo 4 de octubre, Deportivo recibió a Chaco For Ever en Ferro. Partido televisado por ATC. Un encuentro cuesta arriba para los armenios que zafó la derrota en la última pelota, cuando Luis Villarreal igualó con un tiro penal. Una vez mas, Deportivo Armenio sacó puntos luego de estar abajo en el marcador. Una constante en el campeonato.

Octubre concatenó una racha de cuatro victorias consecutivas: Entre semana, 2 a 0 ante Guaraní Antonio Franco, goles de Cincunegui y Eduardo Moulia, en contra de su valla. En la fecha siguiente, 1 a 0 sobre Central Norte en Salta, tanto convertido por Luis Villarreal de penal. Cuentan que la delegación concentró en un hotel magnífico en la capital provincial, lo que no se habían percatado es que detrás del mismo funcionaba un boliche. La música estuvo aquella madrugada de sábado a todo volumen. Pasadas las cinco de la mañana, Néstor Lovelle, gerente deportivo del club, bajó a la recepción del hotel. Enfurecido les planteó una disyuntiva: bajaban la música o prendía fuego unos hermosos quinchos de paja.
La racha se extendió cuando el equipo de Parsechian venció 2 a 1 a Deportivo Maipú de Mendoza. Fue una victoria muy celebrada ya que los cuyanos eran escoltas del líder Huracán. Nuevamente un comienzo en desventaja y dos goles del veloz Gustavo Román Sigifredo para dar vuelta el encuentro. La cuarta victoria se dio en Banda de Rio Salí. 2 a 0 ante Atlético Concepción, goles de Cincunegui y Ubeda. Un partido que estuvo suspendido durante largos minutos por los incidentes vividos entre la hinchada local y las fuerzas policiales.

Para Deportivo Armenio octubre no finalizó con cinco victorias al hilo porque Colón de Santa Fe hizo un partidazo. El plantel sabalero llegó a Vicente López plagado de problemas económicos y la firme promesa de no regresar a Santa Fe si no le pagaban cuatro meses adeudados. Jugaron 45 minutos iniciales maravillosos. Nuevamente Armenio estuvo dos veces en desventaja, pero Cincunegui y Luis Villarreal – de penal – igualaron el partido. El segundo tiempo estuvo de más. En un vestuario sereno y confiado, Ubeda declaró: «No me animo a decir que perdimos un punto. Lo que te puedo asegurar es que fue un partido muy duro, porque ellos pusieron dos volantes de contención (Claudio Carmona y Giordano) y se nos complicó un poco».
La fecha siguiente era fundamental para las aspiraciones reales de Deportivo Armenio. Por la 19º fecha, el equipo de la comunidad debía visitar a Banfield en su estadio de Peña y Arenales. El Taladro estaba forjando un equipo que hizo historia en el sur. Una delantera histórica: Pampa Orte, Robinson Hernández y Toribio Aquino. Miércoles por la tarde. Mucha gente pegó un faltazo al laburo para ver el encuentro. Fue un fiasco. Armenio y Banfield igualaron 0 a 0 sin mostrar mucho. Segunda igualdad consecutiva del equipo de Parsechian.

Tres días mas tarde, Armenio recibió a Ferro de General Pico, La Pampa. En los papeles era un partido accesible, pero resultó mucho mas complicado de lo previsto. Fue uno de los peores partidos del Deportivo en toda la temporada. Venció 2 a 1, goles de Luis Villarreal – el segundo de penal -, ambos en el segundo tiempo. Una semana mas tarde se completó la primera rueda. Era la posibilidad de trepar, por primera vez, a la punta. Para eso tenía que superar a Huracán en el Palacio Tomás Adolfo Ducó. Sábado 15 de noviembre de 1986. Bajo una lluvia primaveral, Armenio recuperó la memoria. Buen juego y circulación. La visita abrió el marcador por intermedio de Miguel Oviedo cuando cerraba la primera etapa. Tuvo chances para cerrar el partido en el complemento, pero sobre el final fue el Toti Iglesias quien igualó el encuentro. En los vestuarios fue el propio goleador quemero quien elogió a Deportivo Armenio: «¡Que bien juegan estos tipos! Juegan bien, tocan mejor la pelota y nos complicaron en el medio». En el camarín visitante, Oviedo decía: «Somos un equipo humilde. Luchamos en todos lados pero no dejamos de lado el buen fútbol. Pero sobre todo, somos humildes».
UNA SEGUNDA RUEDA MARAVILLOSA
La segunda vuelta, Deportivo Armenio lo inició con un triunfo en San Martín. 2 a 1 ante Chacarita Juniors, goles de Cincunegui y Oviedo. El viernes 29 de noviembre, en horario nocturno, Armenio recibió a Deportivo Mandiyú. Cancha de Ferro Carril Oeste. Partido intenso con un desarrollo diferente a otros, ya que el equipo estuvo en ventaja en dos oportunidades, y fueron los correntinos quienes igualaron el marcador. 2 a 2, resultado final, goles de Miguel Oviedo y Sergio Maciel, en su primer gol en la temporada. A pesar de no haber triunfado, Armenio era el boom – palabra muy de la época – del campeonato.

El 6 de diciembre, Armenio viajó a Florencio Varela. Igualdad 0 a 0 ante Defensa y Justicia. El miércoles 10, la sensación venció 2 a 0 a Gimnasia de Jujuy, cobrándose una de las derrotas de la temporada. Aquella tarde, Maximiliano Cincunegui marcó otro doblete de goles. Cuatro días mas tarde, viaje a San Juan. Unión de Villa Krause no fue rival. José Ubeda, Jorge Godoy y Julio Vaccari convirtieron los tantos del 3 a 0 final. El año finalizó con otra goleada. Deportivo Armenio 4 – 0 Central Córdoba de Santiago del Estero. Sábado 20 de diciembre. Una actuación lujosa. Sergio Silvano Maciel convirtió dos goles en la primera etapa. Olegario Alderete y Maxi Cincunegui le dieron forma a la victoria. El año terminaba con Armenio, Colón y Lanús líderes igualados en 37 puntos. Deportivo Maipú sumaba 35. Más atrás, Huracán y Banfield con 34.
Luego de las vacaciones, el plantel realizó una mini-pretemporada en La Falda, Córdoba. Para quienes recorrían la categoría, Armenio no era una sorpresa. Igualmente, la cátedra descontaba que el ascenso correspondería a Huracán o Lanús. El dato curioso era que Deportivo Armenio era el mejor visitante de la categoría, a pesar de conservar su invicto en casa. En este receso veraniego, algunos futbolistas dejaron el club, como los delanteros Sergio Falce y Montecello. Llegaron Pedro Vega, Omar Pelayes, Victor Jodor y Sergio Giachello.
El primer partido de 1987 se disputó el miércoles 21 de enero. Deportivo Armenio visitó Pergamino en una riesgosa visita a Douglas Haig. Fue empate 1 a 1, gol convertido por Cincunegui. Aprovechando las derrotas de Lanús y Colón, Armenio tomó la cima del torneo que nunca más dejaría.

Tres días después, otra devolución de favores. Si Armenio ya había derrotado al lobo jujeño, también lo hizo con Belgrano de Córdoba, el último equipo en derrotarlo. 3 a 1, goles de Jorge Godoy – golazo de tiro libre -, Luis Villarreal y Maximiliano Cincunegui. El Sopa decía: «Armenio sigue fiel a su estilo de tocar y tocar y ahí están los resultados. Estamos muy tranquilos porque el equipo en estos os partidos demostró que sigue su nivel, además contamos con todo el apoyo de la comisión para lograr el ascenso. Somos conscientes que manteniendo este ritmo estamos para ser campeones».

La semana siguiente, Armenio desempeñó una de sus mejores actuaciones. Goleada 4 a 0 ante Los Andes en el Gallardón. Aquella tarde hubo lugar para una curiosa polémica. A los 5 minutos, la visita ya se había puesto en ventaja, gol convertido por el Bombón Villarreal. A los 17 minutos, contragolpe y segundo gol, esta vez convertido, en clara posición adelantada por Cincunegui. Todo Los Andes protestó. Sobre todo porque el línea que no levantó la bandera era Argoup Arzoumanián, indisimulable hombre de la comunidad armenia. Los mismos autores de goles convirtieron un doblete en el segundo tiempo que sellaron el resultado.

A esa altura, las figuras de Armenio estaban en la boca de todos. Los equipos de Primera División posaron sus ojos en esos muchachos que cada sábado acrecentaban un fenómeno tan llamativo como impresionante. ¿Maximiliano Cincunegui a River? «No, la verdad que no estoy enterado de nada», decía el goleador en el vestuario; y remarcaba: «Yo aquí en Armenio estoy realmente muy cómodo. Económicamente estamos bien y por supuesto al jugador profesional le gusta progresar, pero yo tengo 22 años y por ahora estoy feliz de estar en el Deportivo». ¿Luis Villarreal a Boca? El rumor de su pase al Boca dirigido por César Luis Menotti se acrecentaba. Bombón no lo podía creer: «Concretamente no sé nada. La verdad es que me encanta la idea. Admiro el fútbol de Menotti pero no me hago ilusiones porque todavía no hay nada seguro».
El sábado 7 de febrero, Armenio recibió a Cipolletti de Río Negro. Líder del campeonato junto a Colón de Santa Fe. La revista El Gráfico envió a Daniel Arcucci a conocer más de fondo el fenómeno del Nacional B. El equipo sensación venció 2 a 0 bajo una pertinaz lluvia, goles convertidos por Godoy y Oviedo. El invicto llegaba a una cifra que asombraba: 23 partidos. A pesar de la victoria, el ánimo en el vestuario no era el mejor. Anibal Hay había expulsado al Chiqui Ubeda y la fecha siguiente Armenio debía visitar a Lanús en un partido importante. «Los árbitros deben ser más rigurosos con aquellos que solo practican un fútbol mezquino. Cipolletti se encerró atrás y pegó muy duro. Llegó un momento que perdimos la calma por la cantidad de patadas que nos dieron. Por eso justifico la reacción de varios compañeros», dijo el talentoso volante finalizado el partido.

Una semana más tarde, otro partido dificil. Lanús recibía a Armenio en Guidi y Arias. Todos querían quitarle el invicto a la sensación. A los 36 minutos, Sergio Saturno puso en ventaja a los granates. Apenas iniciado la segunda etapa, Ubeda – que no fue suspendido por su expulsión de la fecha anterior – marcó el empate final. El propio Alberto Parsechian dio cuenta de la cautela con la cual Armenio encaró el partido: «Desempolvamos el mameluco del placard. Lanús no tenía muchas oportunidades en este campeonato y una de ellas era con nosotros. Por eso no podiamos regalarnos atrás. ¿Cómo serán planificados los próximos encuentros? De acuerdo con el rival que nos toque. Les repito: Armenio no va a regalarse».

El 21 de febrero se jugó la 33º fecha. Deportivo Armenio venció 2 a 0 a Tigre en cancha de Platense. Goles convertidos por Maximiliano Cincunegui y Luis Villarreal. La gran figura del líder fue Sergio Silvano Maciel. El delantero fue una verdadera pesadilla para la defensa de Tigre. Luego del partido El Catre declaró: «Fue mi mejor partido desde que estoy en Armenio. Me salieron casi todas y solo me faltó el gol. Lástima que erramos tantos goles en la parte final, sino lo de hoy era goleada. De todas maneras quedé conforme con lo de Armenio: Tigre es un equipo difícil y muerde en cualquier parte de la cancha». En el vestuario visitante, Antonio D´Accorso, entrenador tigrense, decía: «Deportivo Armenio es un gran equipo y hoy volvio a demostrarlo. No por nada está donde está».

En la fecha siguiente una multitud colmó el estadio de la Avenida. Chaco For Ever y Deportivo Armenio igualaron 1 a 1. Sergio Maciel convirtió el gol de Deportivo. Siete días más tarde, otra salida al norte argentino. Esta vez el destino fue Posadas. Victoria 1 a 0 sobre Guaraní Antonio Franco, gol del defensor Carlos Alberto Argueso. El invicto de Deportivo Armenio llegaba a los 27 partidos. Algunos ya se preguntaban si este equipo podía romper el récord de 39 encuentros que tenía el mítico Racing de José entre 1965 y 1966.

En la 36º fecha, Deportivo Armenio recibió a Central Norte de Salta. Los cuervos necesitaban puntos para mantener la categoría. Domingo 15 de marzo. El resultado fue un previsible triunfo de Deportivo. Goles de Luis Villarreal – penal – y Maciel. Ambos en el segundo tiempo. El fútbol de Armenio pasaba por el botín derecho de Jorge Godoy. «Armenio tiene un estilo de juego y lo respeta a muerte. Aqui no hay figuras. Todos luchamos con un solo objetivo que es lograr el ascenso a Primera División. Todo indica que lograremos el título, pero todavía restan seis fechas y cada una de ellas será una final», decía el Sopa en el vestuario, quién también recordó a los dirigentes: «Para ellos no tenemos palabras. Hay que agradecerles todo lo que están haciendo. No hay problemas de dinero y son un reloj a la hora de pagar. Entre ellos quiero destacar a Vahram Citcioglu, quien cumple con lo que promete y siempre tiene un obsequio para los muchachos».

A falta de seis jornadas, el único que equipo que podía alcanzar a Deportivo Armenio era Banfield. El equipo del Sur había tomado un impulso enorme, pero estaba a seis puntos del equipo de la colectividad. Recordemos que en aquellos días, cada triunfo sumaba dos puntos. El domingo 22 de marzo, Armenio se jugó el invicto ante Deportivo Maipú. En el estadio mundialista Malvinas Argentinas igualaron 0 a 0. En el vestuario cuyano, Parsechian declaró: «Este punto es importantísimo. No digo que seamos campeones ni nada parecido. Todavía faltan cinco fechas. Pero no puedo negar que este era uno de los partidos mas difíciles que nos quedaban. Lo pasamos bien y nuestra confianza ahora crece mucho mas. Todavía nos quedan partidos bravos. Tenemos que viajar a Santa Fe para jugar con Colón y recibir a Banfield y a Huracán. Pero ya te digo, este punto es muy valioso y nos hace aumentar la fe».

El 28 de marzo, Deportivo Armenio aplastó 4 a 0 a Atlético Concepción. Otra victoria que acercaba al equipo hacia el título. Goles convertidos por Rubén Gallardo, Luis A. Villarreal, Maximiliano Cincunegui y Jorge Godoy. Esa tarde, Armenio se transformó en récord: nunca un cuadro se había mantenido – en ninguna categoría – 30 partidos sin perder en un mismo campeonato. En la fecha siguiente, Armenio se podía consagrar campeón en cancha de Colón. Parsechian era todo confianza: «Sabemos que por sí será duro. Ellos se juegan a todo o nada. Supongo que tratarán y saldrán a atacar desde el primer minuto pero nosotros no especularemos, porque quien lo hace en este campeonato, pierde».

Había tres partidazos que daban marco a la 39º fecha del campeonato. Armenio, 55 puntos, visitaba el Cementerio de los Elefantes. Banfield y Huracán, 50 puntos, recibían a Chaco For Ever y Defensa y Justicia, respectivamente. Ambos perseguidores debían jugar contra el líder. Esa tarde el equipo demostró todo su temple. Sergio Maciel abrió el marcador para la visita. Claudio Carmona igualó para los locales. Baldes llenos de agua llovían sobre el banco visitante. Colón fue en búsqueda de la victoria. Pero Gallardo tocó para Godoy, este tocó para Cincunegui, quién devolvió rápido. Godoy mandó el centro para atrás hacia Sergio Silvano Maciel, quién definió ante la salida desesperada de Carnevali. Triunfo histórico de Deportivo Armenio en Santa Fe. Aquel sábado 4 de abril de 1987, Deportivo Armenio picó su boleto hacia la primera división.

El fin de semana del 11 de abril la fecha se suspendió por la presencia del Papa Juan Pablo II. La 40º fecha se pautó para el martes 14. Esa tarde, Deportivo Armenio recibió a Banfield. Con igualar, el equipo de la colectividad armenia podía dar la vuelta olímpica. Para ese partido, el plantel concentró desde la noche del domingo. Curiosamente, viajaron desde el centro porteño hasta el estadio de Platense en taxis que pagaron los propios jugadores. En el vestuario, el gerente Lovelle pagó religiosamente cada importe. En la previa al partido Chiqui Ubeda, la cuota de talento del equipo, decía: «Cuando se inició este Nacional B todos los equipos eran parejos. No había ningún cuco. La falta de equilibrio la sufrimos todos. En una semana pasabas de ser un desastre a una maquina. Los grandes candidatos eran Huracán, Banfield, Colón y Lanús. Lo cierto es que perdieron con cualquiera. Fijate Banfield, convirtió más de ochenta goles y no le sirvió para ganar ni el 50 por ciento de los partidos»; pero también habló de su equipo: «No hay secretos. Simplemente jugamos igual. Respetando el estilo y tratando bien la pelota. El equipo siempre supo a que jugaba y se mantuvo en su línea».
El partido se definió con un cabezazo del infalible Cincunegui. Un gol festejado por pocos, pero que rubricaba una campaña sensacional. A las 17.45 del martes 14 de abril de 1987 se consumaba una de las mayores hazañas del fútbol argentino: en una campaña sensacional, con 32 partidos invicto, Deportivo Armenio era equipo de Primera División. El técnico Alberto Parsechian fue el primero en correr desaforadamente. Se abrazó y lloró junto a los jugadores. Los pocos hinchas de Armenio ubicados en los viejos tablones de la calle Zufriategui ingresaron al campo de juego despojando a los jugadores de camisetas y pantalones. Una media vuelta olímpica: la hinchada banfileña recibió con palos y piedras a los muchachos de Armenio. Los altoparlantes de la cancha calamar invitaban a la fiesta «Ahora sí somos campeones«. Pocos lo podían creer. Armenio en su hora mas gloriosa.

El mundo del fútbol se hizo presente aquella tarde en Platense. Fueron a ver a ese once que se conocía de memoria: Jorge Chancha Sarmiento al arco. Luis Bombón Villarreal, la gran sensación de la temporada. El Gitano Miguel Gardarián y el Mono Carlos Argueso armaron la dupla de centrales. Pincho José Villarreal, hermano de Luis, cubría la punta izquierda. En el medio un temprano doble cinco integrado por el Moncho Ramón Alderete y el Carnicero Olegario Alderete. Más arriba, el talento de José Chiqui Ubeda y Jorge Sopa Godoy. Arriba, el Catre Silvano Maciel y Maximiliano Cincunegui. El plantel lo completaron: Omar Pelayes, Sergio Grebnicoff, Marcelo Salzano, Miguel Oviedo, Claudio Ginnani, Julio Vaccari, Francisco Hernández, Daniel Acevedo, Sergio Falce, Victor Hugo Jodor, Pedro Vega, Sergio Giachello, Eduardo Montecello, Julio Murro, Gustavo Sigifredo, Daniel Capello, José Sadukián, Martín Moreta y Pablo Yacoviello.
El vestuario campeón fue invadido por un enjambre de periodistas. También de dirigentes deportivos y políticos. Desde Hugo Santilli, presidente de River Plate, hasta Carlos Saul Menem: «Soy miembro honorario de la colectividad y amigo, casi hermano, del presidente. Siempre que puedo voy a ver al equipo y si no puedo me lo llevo para La Rioja. Hace unos cuatro meses organicé un partido con la Selección de mi provincia«, decía el futuro presidente de la Nación.

También se escucharon voces de los protagonistas. El capitán Carlos Argueso recordaba viejos entrenadores: «Quiero agradecerle a muchas personas que estuvieron en mi trayectoria, como Edgardo Marchetti y Rubén Sosa. ¿El futuro? Hay intenciones de hacer tan bien las cosas como hasta ahora, encarando con honestidad y humildad la primera división, tanto de parte de jugadores y dirigentes. Espero lo mejor para Armenio. Algunos muchachos seguramente serán transferidos, pero lo mejor sería que juguemos todos juntos un año en la A».
En ese vestuario pletórico de alegría se escuchaba «El Negro no se va… El negro no se va«. En un momento Luis Villarreal, el aludido, se sumó al coro. Después confesó: «Me dejé llevar por la emoción. Pero por eso pido perdón a la hinchada. No es que no quiera a Armenio, pero tengo ganas de progresar. Por mi y por los míos. Eso sí, le debo un vagón a Armenio y su gente». Pero un jugador no estaba para festejos. Alguien le avisó al duro Olegario Alderete que su mujer embarazada había sufrido un accidente. Dejó todo y se fue urgente a su casa: «Salí como loco, ni me interesaba festejar». Más tranquilo declaró: «Yo a Armenio le debo todo, porque me dio esta oportunidad. EN poco mas de un año saltamos tres categorías. No pretendo salir campeón en Primera A, pero si realizar una buena campaña».

El festejo del ascenso se celebró en el Centro Armenio de la calle Acevedo (actual Armenia). Allí Chiqui Ubeda dijo a la prensa: «Se acuerdan cuando les dije que ibamos a ser campeones con tres fechas de anticipación. Bueno, me equivoqué por una. La misma fe que tenía yo, la sentían todos mis compañeros. Si sacábamos buenos resultados en Mendoza y Santa Fe eramos campeones. Contra Banfield era un partido importante, pero ya nos sentíamos campeones». Sergio Maciel, 22 años, decía: «Mi deseo es que se mantenga este grupo con la misma humildad de siempre y que nos acompañen los resultados». Por su parte, el arquero Jorge Sarmiento declaró: «Fue un campeonato muy parejo. Armenio, en nombres, daba ventajas porque no tenemos grandes figuras. Pero al terminar la primera rueda, tras una reunión entre nosotros, nos dimos cuenta que no había mucha diferencia con los que creíamos grandes del Nacional B. Los partidos más dificiles fueron Chaco y Maipú. Una vez que pasamos esos partidos nos creamos campeones pero nos juramentamos no decirlo. En lo personal me emocionó más el ascenso de la C a la B que éste».

Luego del festejo se jugaron dos partidos más. El primero en General Pico ante Ferro. Fue empate 0 a 0. La historia terminó el sábado 2 de mayo, cuando el campeón recibió a Huracán. Fue goleada 4 a 1. Tantos convertidos por Sergio Maciel, Maximiliano Cincunegui y José Ubeda, en dos oportunidades. Un campeón impresionante: 42 partidos jugados, 22 triunfos, 18 empates y sólo 2 derrotas. 69 goles a favor y tan solo 26 en contra. Maximiliano Cincunegui fue el goleador del equipo con 22 tantos. Deportivo Armenio obtuvo el 74% de los puntos en juego.

Esa lluviosa tarde, Armenio dio otra vuelta olímpica. El invicto llegó hasta el partido 34. ¿Cual sería el futuro del equipo en la A? Alberto Parsechian decía: «No quiero dar nombres, pero ya di a los directivos los nombres de los jugadores que pretendo para el próximo campeonato. Lo único que les puedo decir es que son dos mediocampistas, un defensor y un delantero». El entrenador recordó: «Hice el curso en 1979, mientras jugaba. Cuando se fue Hugo Zerr los directivos vinieron a buscarme, Tuvimos la suerte de ganar los primeros tres partidos y, bueno, allí comenzó la historia». Una historia que también retrató desde un inicio: «Después del primer partido del campeonato, que empatamos cero a cero contra Chacarita Juniors, los directivos vinieron al vestuario y me abrazaron. Lo festejaban como si hubiéramos ganado una final».
EL DIA DESPUES DE LA GLORIA
El invicto de Deportivo Armenio cayó el 10 de mayo de 1987. Primer partido de la Liguilla Pre-Libertadores. En un José Amalfitani completamente colmado, Boca Juniors derrotó 4 a 2 al equipo de la colectividad. Un invicto que comenzó el 4 de septiembre de 1986 y duró 248 días. La revancha, jugada en la Bombonera, finalizó 2 a 2.

El debut de Deportivo Armenio en la máxima divisional sucedió el 30 de agosto de 1987. Igualdad ante San Lorenzo en Parque de los Patricios. Fueron dos años entre los grandes. Con hitos que quedaron guardados en la memoria de los futboleros. Como aquella noche del miércoles 9 de marzo de 1988, cuando River Plate derrotaba 2 a 0 a Armenio. En el segundo tiempo Raul Edmundo Wensel convirtió tres goles para dar vuelta un partido histórico. O aquella primera fecha del campeonato 1988/89, cuando en la Bombonera Silvano Maciel aprovechó una canchereada de Hugo Gatti para convertir el gol de la victoria, y de paso, quedar en la historia por ser el autor del gol que retiró al Loco. ¿Como olvidar los tres goles sobre la hora de Walter Oudoukian para igualarle partidos a Racing?. El 25 de mayo de 1989 Independiente se consagró campeón de la temporada 1988/89. Esa tarde descendió Deportivo Armenio.

La debacle de Armenio fue total. El equipo terminó último en la temporada 1989/90 del Nacional B. Nada había quedado de aquel equipo glorioso. El 26 de mayo de 1990, Armenio jugó su último partido en esa divisional que inauguró en forma impactante. Aquella tarde goleó 3 a 0 a Los Andes, goles de Ricardo Mazariche, Walter Chaldú y Héctor Petrasso. Hasta el día de hoy, Armenio no volvió a jugar un partido de segunda división. La caída del club no tuvo fin. Último en la B Metropolitana, temporada 1990/91. Si zafó de descender a la C fue porque se inventó un reclasificatorio. En agosto de 1998 jugó la final de ascenso al Nacional B, pero cayó ante El Porvenir. A tres décadas de su momento glorioso, Deportivo Armenio jugó el campeonato de Primera C, la cuarta divisional del fútbol argentino. En 2020 regresó a la B Metro, una categoría más acorde con su trayectoria.

La realidad es otra. Hoy Deportivo Armenio tiene estadio. El Estadio Armenia. Viejo sueño de aquellos socios fundadores. Emplazado en Ingeniero Maschwitz, Partido de Escobar, fue inaugurado el 14 de marzo de 1992. Aquella tarde, Armenio igualó 1 a 1 con All Boys. El gol de Armenio lo convirtió Miguel Oviedo, héroe del ascenso de 1987. También cambiaron los colores. Con la independencia armenia, el club tomó los colores de la bandera nacional: rojo, azul y naranja.
Pasaron 30 años. Quedó en el recuerdo y los anales del fútbol argentino. Deportivo Armenio en Primera División. Como tituló El Gráfico: «Créalo, Armenio está en Primera».