Roberto Mario Espósito, bicampeón con San Lorenzo de Almagro en 1972, figura de aquel Unión del 75, campeón con Sarmiento en 1980 repasó en Abrí la Cancha sobre su extensa carrera futbolística.
Por Carlos Aira (*)
SUEÑOS DE FUTBOL: “Cuando era muy chico ya jugaba en el barrio. Después en un verano San Lorenzo hacia campeonatos de baby fútbol, integré el equipo del barrio y ahí uno de los delegados que pertenecía a San Lorenzo de Almagro me tomó, habló con mi papá de San Lorenzo. No tenía edad para jugar en novena división, tenía 10 años, y la categoría de novena división en adelante es a partir de los 13 años”.
“Mentiría si dijera que a esa edad pensás como un adulto. Pero era jugar, siempre con mucha responsabilidad, siempre con mucha obsesión en el entrenamiento y eso tarde o temprano te da posibilidad del éxito. Después depende de cada uno”.
“El fútbol si bien se ejecuta con los pies, primero pasa por la cabeza, y en función de eso, fuerte porque a los 18 y a los 20 años, en plena juventud, concentraciones, cuidados, no era fácil. La fama y el dinero era diferente a lo que habitualmente en divisiones inferiores daban porque no te daban premio, solo te daban después del partido de local un sándwich y una gaseosa”.
GOLPE DE SUERTE: “Antes se jugaba Tercera, Reserva y Primera. Yo vivía muy cerca de la cancha de San Lorenzo, casi a 10 cuadras. Siempre que jugaba San Lorenzo iba a ver la reserva, y en un momento, en un partido se escucha por los altoparlantes que ‘por favor si está en la cancha el jugador de las divisiones inferiores Roberto Espósito que se acerque al vestuario’”. Lo primero que pensé y mi papá era que había pasado algo en la familia. Resulta que había un uruguayo que lo había contratado San Lorenzo que había pedido permiso para ir a Uruguay y como no le pagaron no vino nunca más. Y ese lugar lo ocupé yo en ese momento y después prácticamente hasta que debuté en Primera División. Si yo no estaba preparado, a lo mejor esa oportunidad se me hubiese ido, de cualquier manera, con la mentalidad fuerte, vos podés superar muchas dificultades para sobrevivir rápidamente”.
LOS CONSEJOS DE LOS MAS GRANDE: “Lo más importante es, sobre todo en esa edad, intentar tener bastante fuerte la cabeza. Pueden aconsejar y vos podés ver, pero en realidad pasa por uno. Los consejos los escuchas y después de grande los agradeces, pero siempre pasa por uno”.
“A mi me gustaba y me gustaba entrenar, me gustaba jugar, era responsable, no prestaba atención a lo que me podían decir. Pocas veces me dijeron cosas. En virtud de eso también las escuché. Pero la juventud no escucha y ejecuta. Es un problema de educación y creo que hemos retrocedido mucho en ese sentido. Hoy es completamente distinto. Yo puedo dar consejos que me sirvieron a mí, pero creo, muy pocos y filtrándolos, muy pocos sirven para esta época. Lo que puedo decir yo, y si alguno puede entender, la suerte no hay que buscarla, la suerte viene, tarde o temprano la suerte viene”.
“El tema de la suerte es estar preparado, porque si vos no estas preparado, una vez que pasó, lamentablemente no vuelve. Yo me entrenaba, me cuidaba, estaba y cuando me dieron la oportunidad, la agarré y no salí nunca más”.
SAN LORENZO BICAMPEON 1972: “Después a finales del 71 y al principio del 72 pasaron muchos técnicos, Juan Carlos Lorenzo que había regresado de Europa le ofrecieron la dirección técnica y se hizo cargo del equipo. Muy intuitivo, con mucha capacidad de trabajo, creo que fue uno de los pioneros en fabricar ese equipo. Fue viendo día a día las características de cada uno y había un plantel muy competitivo con apellidos únicos: Roberto Telch, Victorio Cocco, Toti Veglio, Lobo Fischer, hasta José Francisco Sanfilippo estuvo en el Metropolitano»
“La clave de aquel equipo fue la estructura del equipo, completamente distinto al del 68, pero con resultados que con el tiempo fueron más productivos que en el 68 porque era un equipo muy bien balanceado en defensa, una defensa realmente muy buena con todos los jugadores, casi de selección: Cacho Heredia, Rols Sergio Villar, el Hueso Glaría, Roberto Telch. Y te sobraba”.
“Del mediocampo en adelante estaban Victorio Cocco, el Gringo Scotta, y el Lobo Fischer que después lo vendieron a Brasil. Era un equipo que tenía todo el condimento típico europeo porque el técnico venía de vivir muchos años allá y lo fabricó de esa forma, con la característica de esa forma, con las características de los jugadores y arrasó los dos torneos”.
LA FAMOSA FINAL DEL NACIONAL 72…: “En esa época eran todas figuras. Figuras con buen pie. San Lorenzo en división inferiores si no jugabas bien al fútbol todos los años, no te subían a diferentes categorías, te dejaban libre. Por suerte a mi me fueron subiendo de categoría y mi juego, en divisiones inferiores, era completamente distinto al de Primera, porque en Primera tenía que recuperar y en esa época al que recuperaba le decían Picapiedra, pero en ese sentido, el fútbol me enseñó un espíritu colectivo de vida, de compañerismo”.
“Juan Carlos Lorenzo vino y me dijo un día ‘yo necesito que usted al mejor jugador del equipo adversario no me lo deje mover. Olvídese de jugar, usted tiene que recuperar la pelota’. En esa época todos los 10 eran la figura de los equipos, la ‘nena bonita’. Me amoldé a eso y en la final del Nacional, en cancha de Vélez, el Beto Alonso no pudo tocar la pelota.
“Fue mi partido más recordado. Una final contra River que ganó San Lorenzo. Fue muy notorio porque un momento me hizo más famoso Alonso que lo que yo había jugado. No lo dejaba dar vuelta. Marcar a un zurdo es difícil porque no sabes para qué lado va a disparar, pero si no lo tenés que dejar dar vuelta”.
“En función de eso, con el entrenamiento que teníamos, la moral que teníamos y la ventaja mía siempre fue no dar ventaja en lo físico y no dar ventaja en lo mental. No tenía obstáculos adelante. Me propuse una meta, en todos los órdenes de la vida y por suerte la conseguí”.
OSVALDO ZUBELDÍA: “Osvaldo Zubeldía era completamente distinto a Juan Carlos Lorenzo. Era más ‘amigote’ del jugador, Lorenzo era más jefe, no había tanta confianza. Osvaldo era una gran persona, un gran compañero más del plantel y completamente distinto a lo que vivimos en Estudiantes de La Plata campeón del mundo. También modeló el equipo con Villar de 3 en lugar de Rosl – que se había ido – con Beltran, Scotta, Veglio y jugadores que con todo respeto que hoy son muy difíciles de igualar”.
“Tenías a los once jugadores que eran todos figuras. Independiente, Racing, San Lorenzo, Boca y River. Hacerte un lugar para cualquier jugador de divisiones inferiores prácticamente era imposible porque todos los equipos grandes todos los años compraban a jugadores de otros equipos chicos. Tuve la suerte que la pude aprovechar y así comencé mi carrera”.
FUTBOL DE AYER Y HOY: “Hubiera jugado con la preparación de hoy. San Lorenzo tenía seis jugadores de Selección. No fue casualidad que se lograran todos los títulos en esa época. El buen jugador juega todas las épocas, hoy podría jugar Alfredo Di Stefano, siempre y cuando con la preparación física que tienen hoy. El buen jugador no es que en nuestra época era otro fútbol, más pausado, no con tanta velocidad, no con tanta precisión, pero hoy lo tienen porque lo practican”.
RACING 75-76: “Fue algo que no podía entender porque éramos todos figuras: Carlos Squeo, Paolino, Heriberto Correa, Hugo Gottardi. Nos mató que se fue el Pampa Jorge, que jugó los primeros partidos y la rompió. Era el conductor. Lo vendieron a México, lo reemplazó Horacio Cordero también era un gran jugador, también un muchacho muy amigo mío”.
“No podíamos (con el torneo). Dominábamos, dominábamos, pero en un avance del contrario, gol. Cuando los equipos se van fortaleciendo, sobre todo espiritualmente, a través de los resultados, si vos ganas, cada vez son más fuertes. Pero si perdés, es todo lo contrario”.
SARMIENTO DE MI CORAZON: “En Sarmiento aun recuerdo el cariño muy especial de la gente. Hasta el día de hoy tengo relación con ellos. Tan así que es un club que quedó para siempre en mi corazón»
“Me vinieron a buscar a comienzos de 1980 a través de un dirigente que había sido compañero mío en las divisiones inferiores de San Lorenzo. Yo era grande y le dije: ‘mira, me gustaría que esto fuera de esta manera, con estos jugadores, y en función de eso, te prometo que voy a firmar’. Fui el último en firmar, por la segunda quincena de febrero. Era un equipo con 14 o 15 jugadores nuevos, más los chicos de Junín. Un equipo que hoy – con las condiciones de entrenamiento de hoy – muy impenetrable, sobre todo en defensa, muy fuerte en el medio. Era un equipo contragolpeador con el Toti Iglesias”.
“En esa categoría no fue un año fácil porque la gente cuando vos ganas se acuerda del éxito, pero estaba Banfield, estaba Gimnasia y Esgrima de La Plata, Atlanta, Chacarita, Almirante Brown, equipos que tenían mucha más carrera que Sarmiento, que toda la vida estuvo en esa categoría de ascenso. Empezamos, después del séptimo partido, a ganar y llegamos al final del torneo con Defensores de Belgrano en la cancha de Sarmiento y dimos la vuelta olímpica”.
«De Sarmiento tengo recuerdos imborrables y lo que más valoro es la parte humana que es lo mejor que se tiene, con los compañeros, con la gente que ha trabajado en los equipos, con los hinchas, dirigentes, y esos años en Junín fueron invalorables”.
(*) Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.