Campeonato Argentino 1962: La definición más absurda de la historia de nuestro fútbol

65

La organización de campeonatos en nuestro país siempre fue compleja, pero nada puede compararse con la final del Campeonato Argentino de 1962. Un despropósito por donde se lo mire.

Por Carlos Aira

 

El fútbol argentino, desde su primera organización, tiene un problema irresuelto: la organización de sus campeonatos. En estos más de 130 años de historia se ha visto de todo. La premisa básica siempre fue la rentabilidad, pero también existió una idea – con los Nacionales y Metropolitanos, entre 1967 y 1985 – de subsanar, desde Buenos Aires, el pecado original de nuestro fútbol: llamar campeonato de Primera División al torneo de los clubes directamente afiliados.

En ese afán de federalizar la actividad, en 1920 se instauró el Campeonato Argentino. El mismo enfrentaba a distintas provincias, ciudades o regiones en un mismo torneo. Desde 1931, con el profesionalismo porteño, el campeonato comenzó a perder fuerza y pasó a ser casi nominal. Pero un suceso increíble marcó para siempre este torneo. Tal vez la muestra más acabada de lo mal que se podía organizar un campeonato. En 1962 la final del campeonato emparejó a dos ciudades balnearias bonaerenses: Mar del Plata y Necochea. Nunca nadie imaginó que un curioso vacío reglamentario generaría un partido imposible.

El partido de ida se jugó en Necochea. Allí los locales vencieron 3 a 1. En la revancha, Mar del Plata igualaron 2 a 2. No habría discusión, Necochea es campeón. ¿Pero que sucedió? La reglamentación del Consejo Federal mostró una curiosa originalidad: ¡Rechazaba los empates en los 90 minutos de juego, pero si los admitía luego de un suplementario hasta la conversión de un gol. Increíble.

El domingo 29 de julio de 1962, en el ya desaparecido estadio General San Martín de Parque Camet se vivió lo inaudito: con el comienzo del suplementario, los jugadores de Necochea desesperados por convertir un gol en su propia meta. ¿Por qué? Porque de esta forma, perdiendo 2-3 el partido finalizaba y se imponía en el global por cinco goles a favor contra cuatro. Los jugadores marplatenses, desesperados, defendían la valla de Necochea. ¿Por qué? Porque en caso de mantener la igualdad, el partido debía definirse por penales, y en esa tanda, hasta podían ganar el campeonato. Si, ganar un campeonato perdiendo una final e igualando en la otra…

El veterano periodista marplatense José Luis Ponsico recordó a abri la cancha: “Fue uno de los escándalos más resonantes en la historia del fútbol marplatense … Mar del Plata versus Necochea, empate en dos en el viejo y añorado Estadio Gral. San Martín, inaugurado en 1952. Necochea tenía ventaja por haber ganado el partido de ida. En el suplementario el que hacía el gol, fuera de uno u otro equipo, ponía final partido… Si no ocurría … iban a penales. Entonces los futbolistas de Necochea que sabían que aún perdiendo en el suplementario uno a cero, pasaban de ronda por el 3 a 1 favorable en su ciudad, buscaron hacerse el gol en contra. Creo recordar que un delantero del seleccionado local, apellidado Grosso, 9 de Independiente de Mar del Plata, salvó un gol “en contra” de un jugador de Necochea y el árbitro, ante semejante dislate … dio por finalizado el partido”

¿Cómo finalizó el partido? suspendido a los cuatro minutos del suplementario. El árbitro no quiso ser partícipe de la vergüenza y suspendió la final por su desnaturalización.

¿Se entendió? Casi seguro que no. No importa. Nada puede sorprender en la organización de nuestros campeonatos.

 

 

Comentarios

comentarios