El 1 de agosto de 1978 Boca Juniors tocó por primera vez el cielo. En Karlsruhe, Alemania Occidental, el equipo que dirigía Juan Carlos Lorenzo goleó 3 a 0 al Borussia Monchengladbach obteniendo por primera vez la Copa Intercontinental de Clubes. Una de las figuras de aquel equipo xeneize fue Ernesto Mastrángelo, el Heber, quién en una larga charla con Carlos Aira recordó aquel partido y muchas anécdotas de un equipo mítico del fútbol argentino: “El Boca de Lorenzo“.
“El partido en Alemania lo ganó el Toto. Si resucitara le saca diez años de ventaja al resto de los entrenadores. Luego de empatar 2 a 2 en la Bombonera, comenzó a prepararse para la revancha que se jugaba cuatro meses más tarde. Lo mandó un mes y medio antes del partido al profesor Claudio Von Foerster que hablaba perfecto alemán. Iba a los entrenamientos del Borussia haciéndose pasar por periodista holandés. Agarró confianza con ellos y vio todos los entrenamientos. Si Borussia ponía un pibe de la tercera, Lorenzo ya sabía como jugaba. Por eso digo que Toto fue un adelantado“; recordó Mastrángelo, quién dio cuenta de
El delantero también recordó como el presidente Alberto Armando se enteró de la formación del equipo para la final, que distaba – y por mucho – del equipo que habitualmente jugaba: “Estaba tomando con Toto un café dos días antes de la final. Se acercó el Puma Armando y le dice ´Maestro, ¿Como va a armar?´, Lorenzo le dijo sólo la defensa: Gatti; Pernía, Tesare, Bordón y Colorado Suárez. Armando, que nunca se metía en nada, lo miró asombrado y le preguntó `¿Seguro maestro?´ Claro, no jugaban dos valuartes como Pancho Sa y Roberto Mouzo y menos mal que no le dijo que tampoco jugaba el Chino Benitez. Toto armó un equipo diferente, con Salinas de 8, Suñé y Zanabria y para ese partido tres puntas: yo, Saldaño y Darío Felman, que vino a jugar especialmente ese partido. Después hicimos tres goles en el primer tiempo. Felman abrió el marcador a los dos minutos. A los doce metí mi gol luego de un gran desborde de Darío. Salinas metió un golazo. En el entretiempo, Toto hizo entrar a Veglio por Saldaño. Allí los alemanes no encontraron más la pelota”.
Heber tiene un recuerdo único por Juan Carlos Lorenzo. Se le caen las anécdotas, contadas en forma muy risueña, para describir el trabajo del arquitecto de aquel gran equipo xeneize: “Toto inventó los tres entrenamientos diarios. También el media punta: fue Victorio Nicolás Cocco en aquel San Lorenzo bicampeón 1972. La clave de nuestro equipo fue que todos corriamos y teníamos buen pie: Chino Benitez, Toti Veglio – que fue mejor que Zidane jugando al fútbol – o Mario Zanabria. Pero todos teníamos la obligación de correr por toda la cancha”.
Mastrángelo recordó una anécdota sabrosa sobre la llegada del talentoso 10 santafesino a Boca Juniors: “Ese verano estábamos haciendo pretemporada en Mar del Plata y el primer partido amistoso fue en Tandil. Yo no viajé y jugó Mario Zanabria de titular. Boca ganó 3 a 0 y los tres goles los hizo Marito. Cuando vuelven los muchachos al Hotel Iruña, Lorenzo me llamó junto a Zanabria. Le preguntó: `¿Usted es goleador?´, Mario le respondió: `No maestro, lo de hoy fue una casualidad´. Lorenzo se rió dijo: `Bien, porque este equipo da para un sólo fiolo y ese fiolo es el que está al lado tuyo. Si querés jugar acá te tirás a los pies, mordes la pelota con barro y corrés de punta a punta, sino no podés jugar en Boca´. Zanabria venia de un Newells donde jugaba de puntas de pie y no se manchaba el pantalón blanco”.
Aquel Boca entre 1976 y 1978 ganó cuatro títulos históricos: Nacional 1976, derrotando a River Plate en la final; las Copas Libertadores de 1977 y 1978 y la Intercontinental 1977. Para el Heber, el título que más festejó fueron las Libertadores: “Era muy difícil ganar la Copa porque jugaban sólo campeones. Peñarol tenía a Hildo Maneiro, Fernando Morena o Rubén Paz, todos cracks. En Brasil no ganaba nadie. Cuando vencimos a Mineiro fuimos los primeros en hacerlo. Ahí tenés otra anécdota. El colorado Suárez la estaba rompiendo de 3. En la charla técnica previa al partido, Toto le dice al Colorado que era el mejor de la defensa, pero iba a jugar Bordón y explicó que ganaríamos con gol de él de tiro libre. Al final ganamos 2 a 0 con dos goles de tiro libre de Bordón. Pero era otra Copa Libertadores. Los partidos tenían siempre piñas. ¡Y no te vayas a quejar porque la policía también te pegaba!”
Ernesto Mastrángelo nació en Rufino, provincia de Santa Fe, el 5 de julio de 1948. Llegó a Buenos Aires para jugar en la quinta de Atlanta. Del club de Villa Crespo también tiene excelentes recuerdos: “Allí tuve la suerte de encontrarme con Victorio Spinetto, otro adelantado que trabajaba como Toto. Atlanta era más equipo que Chacarita, Vélez o Ferro. Tenía tres equipazos en Primera, Reserva y Tercera. Todos jugadores de la gran siete”; y recordó su relación con Hugo Gatti, que comenzó en aquellos días: “Cuando llegué a Atlanta para jugar en quinta división, me llevaron a la pensión donde compartí habitación con Hugo Gatti. Estuvimos juntos hasta que me casé. Luego nos reencontramos en Unión y Boca. Más tarde también convivimos en la Candela, cuando era ayudante de Dino Sani y Marito Zanabria“.
Heber recordó una anécdota con el Loco cuando pasó a Gimnasia: “Jugaba Gimnasia-Atlanta en 60 y 118. Ninguno de los dos concentrábamos, así que quedamos en que íbamos juntos en su auto a la cancha. Una vez que llegamos a la cancha, cuando nos despedíamos le dije: `Loco, mirá que en un rato te hago un gol´, el me respondió: `Me hacés un gol y me retiro´. Bueno, le terminé haciendo cuatro goles en un tiempo. Al final del partido lo esperé en el vestuario local para volver a la pensión donde vivíamos pero él ya se había ido solo. Cuando llegué a la noche le pregunté por qué no me esperó y me dice: `¡Que te voy a traer si me putearon todos! ¡Encima querés que te suba al coche y te traiga!“.
En esta larga charla con Radio Gráfica, Mastrángelo dio cuenta de la gran cantidad de buenos equipos que hubo en su época: “Todos jugaban bien: Huracán, Independiente era espectacular con Bochini y Bertoni; o el River de Labruna. Lorenzo lo chicaneaba a Labruna. Le decía que nosotros eramos la verdadera Selección, porque ellos tenían jugadores convocados y nosotros ninguno”
Finalmente, la espina clavada en la carrera de Mastrángelo es la Copa Libertadores de 1979: “Esa Copa es la que más duele porque debimos ganarla. Lo merecimos. Fue la que mejor jugamos y nadie la recuerda porque no salimos campeones. La semifinal contra Independiente fue terrible. Una lástima porque nosotros en tres años de Libertadores sólo perdimos dos partidos”.
Mastrángelo, delantero veloz y goleador, comenzó su carrera en Atlanta, donde debutó en 1968. En 1972 fue transferido a River Plate donde jugó tres años. En 1975 arribó a Unión de Santa Fe donde realizó una campaña espectacular. En 1976, Lorenzo, Gatti y él pasaron a Boca Juniors donde hicieron historia. Su carrera terminó en 1982, defendiendo la camiseta de Defensor Sporting.