La miga del deporte. Lo que decimos en Abrí la Cancha. 2023: año electoral con ausencia de políticas deportivas. ¿Existe dimensión del deporte y los clubes? Problemas en Santiago del Estero y el caos en Independiente.
Por Carlos Aira
Luego de unas semanas, nos volvemos a encontrar. Regresaron las Apiladas Deportivas de Abrí la Cancha. Lo hacemos con algunas claves para comprender los sucesos violentos de éste fin de semana. En Santiago del Estero y Avellaneda. Pero también, en este 2023 electoral, preguntarnos por cual razón en ninguna de las ofertas electorales el deporte pareciera existir.
Comencemos con un tema central. Entre tantos spots de campaña y voces de candidatos, ninguno – sin importar posicionamiento – tiene al deporte como tema de campaña. Alguien dirá que es lógico en un país atravesado por una inflación en aumento y diversos problemas cotidianos. Pero hay una realidad dolorosa: la política no comprende al deporte como una herramienta de constitución social y nacional.
Existen excepciones provinciales y municipales, pero en trazo grueso los políticos y sus asesores están comprendiendo al deporte como un engranaje del mundo del entretenimiento y el espectáculo. El dinero público financia la pirámide deportiva, que son los atletas de elite con dimensión mediática redituable. La base de la pirámide son los más de 15.000 clubes de barrio de nuestro país, constituidos por miles de familias asociadas, verdaderos constructores de una inmensa base deportiva nacional. Salvo excepciones, estos clubes se encuentran desamparados por la falta de aplicación de las leyes del deporte.
Los polideportivos tampoco son la solución per sé. Para colmo, se usan para un barrido o un fregado. Días atrás una intendenta declaró: «Estamos combatiendo la inseguridad inaugurando un polideportivo«. En Rosario se inauguraron decenas de polideportivos o playones que hoy están tomados por los narcos. Sin una comunidad que se apropie del espacio, sin cimientos fuertes, el playón es tan solo cemento y un cartel. No es un tema de instalaciones sino que se hace con esas instalaciones. Ahí volvemos al problema central: no hay políticas para el deporte.
La pose y la postura. El periodista y escritor Osvaldo Jara, uno de los mayores especialistas en políticas deportivas en nuestro país, señaló días atrás en Abrí la Cancha: «Los candidatos van a los clubes, entregan conitos y pecheras y luego se van. Nunca comprendieron la verdadera dimensión de nuestros clubes y la importancia del deporte. Están pasando las décadas, ya no los años, y nuestros dirigentes no están tomando registro de todo esto».
Jara sintetizó en Radio Gráfica: «Muchas veces la política no dimensiona las necesidades de los barrios. Se inauguran los polideportivos y parece solucionado el problema. El tema es la organización. ¿Cuantos consejos municipales existen en la provincia de Buenos Aires? Me sobran los dedos de la mano. ¡Es parte de la Ley del Deporte!».
Si las políticas deportivas estarán atravesadas por la lógica de construcción del deporte olímpico o las cabezas de los gerentes de las empresas de comunicación, estamos ante un problema sin salida. «Si las políticas deportivas se van a seguir midiendo por la cantidad de medallas que obtiene el alto rendimiento, estamos en un problema«; expresó Jara en Abrí la Cancha, quién agregó: «En octubre se realizan los Juegos Panamericanos. En Lima 2019, Argentina terminó quinta en el medallero. Si en estos Juegos finalizamos cuartos, se hablará de éxito. Si terminamos sextos, de fracaso. La realidad es que no podemos dimensionar políticas deportivas a través de la cantidad de medallas porque así estaríamos pensando al deporte desde el financiamiento de un pequeño grupo de deportistas de elite sin importar que pasa hacia abajo«.
No estamos comenzando desde cero. Existen los cimientos de una Argentina que comprendió al deporte como política de Estado a través de su comunidad. Organizar y alentar a una base deportiva. Luego llegará el orgullo nacional a través del alto rendimiento. Primero la organización y luego la industria cultural. Esto habría que recordárselo a nuestros dirigentes porque pareciera que no les interesa.
EL PROBLEMA DE LOS «NEUTRALES»
¡Qué problema tiene el fútbol argentino con la organización de sus espectáculos! Sobre todo con un tema sensible: la concurrencia de hinchas a los estadios. Desde el lejano 2007, los hinchas de las categorías más bajas de ascenso tienen prohibido el ingreso en condición de visitante. Desde hace una década – salvo excepciones – también en Primera División. Pero existe una realidad: los hinchas concurren igual. En las provincias de Córdoba y Mendoza los organismos de seguridad habilitan público visitante formal. En otros territorios el asunto está vedado. Este sábado hubo incidentes en Central Córdoba-Atlético Tucumán. La histórica antinomia entre santiagueños y tucumanos. No hubo entrada a visitantes, pero si a no-socios. Los hinchas tucumanos recorrieron los 100 kilómetros que separan las capitales provinciales y concurrieron al Madre de Ciudades. Un cantico de más encendió la chispa. El partido estuvo suspendido durante 28 minutos por peleas entre hinchas de ambos equipos.
El eufemismo de neutrales lo inventó el Club Olimpo ante la visita de Boca Juniors hace ya una década. Salvo en esa oportunidad, jamás se vendieron entradas para hinchas neutrales.Salvo las instituciones que no venden entradas porque tienen el cupo del estadio lleno de socios, el resto de los clubes venden entradas a no socios. En partidos importantes, la presencia de infiltrados es notoria. Un ingreso por goteo que es imposible de detener porque partimos de una certeza ya expresada: los hinchas concurren a pesar de las prohibiciones.
Hay clubes que muy dificilmente vuelvan a tener público visitante en sus estadios (River Plate, Boca Juniors, Newell´s, Rosario Central). Otros que necesitarían vender entradas a estos hinchas, pero se ven impedidos por razones de seguridad o por el costo que significaría un operativo policial de gran magnitud. ¿Cómo solucionar el problema de los neutrales? En las Copas Internacionales, los clubes argentinos están obligados – y sin chistar – a generar un cupo de hinchas foráneos que pueden concurrir a los estadios. Tal vez habrá que hacerlo en nuestro fútbol. ¿Existe voluntad en algunos territorios? mmm…
ESE GRAN PROBLEMA LLAMADO INDEPENDIENTE
Independiente cayó 0-2 ante Boca Juniors y ardió el Libertadores de América. Lo que parecía un 2023 que la dirigencia de Independiente iba sortear tranquila, pensando en sus apetencias políticas nacionales, terminó con cientos de hinchas pidiendo la cabeza de una Comisión Directiva que asumió con un aval notable de los socios.
El Efecto Maratea es historia y la directiva roja se enfrenta a una realidad: no se puede conducir un club de las dimensiones de Independiente a control remoto. El presidente Fabián Doman renunció a la primera de cambio. Néstor Grindetti asumió un rol que no estaba en los planes. Lo suyo es la interna por la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Los errores se pagan caro en el fútbol profesional y por eso el club de Avellaneda está peleando por mantener la categoría. Para colmo, en este 2023 esa lucha tiene una docena de actores de peso. Independiente tiene 14 finales por delante en una zona donde se enfrentará con varios rivales directos. Los socios sufren por una realidad: por más refuerzos que pueda tener el equipo – hasta un posible cambio de entrenador – el club pareciera no tener conducción.
La pregunta que se hacen en la Avellaneda roja es como continúa esta historia. En solo nueve meses de conducción, pasaron tres entrenadores por Independiente, armaron uno de los planteles más pobres en la historia del club y aumentaron cuatro veces la cuota social. Para colmo, los hinchas padecieron anoche la represión policial. ¿Se viene un cambio profundo de plantel y cuerpo técnico para la Copa de la Liga? ¿Alcanzará? Veremos…
(*) Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.