El partido suspendido entre San Telmo y Aldosivi reavivó la idea de la violencia alrededor del Club Atlético San Telmo. Osvaldo Peti Delgado, intendente del club, contó en Abrí la Cancha el crecimiento de San Telmo en los últimos años.
En este 2024, el Club Atlético San Telmo es la sensación de la Primera Nacional. Una campaña magnífica que ilusiona a los hinchas candomberos con un regreso a la Primera División, categoría donde disputó la temporada de 1976. Pero la gran temporada se vio opacada por la suspensión del partido ante Aldosivi. Un petardo explotó en la puerta del vestuario visitante generando una lesión acústica en el entrenador Andrés Yllana. El suceso motivó el regreso de un clásico como es la estigmatización del Club San Telmo y el público de la isla Maciel.
Osvaldo Delgado es un histórico del Club Atlético San Telmo. Peti, como lo conoce todo el mundo, es el actual intendente del estadio Osvaldo Baletto. Es uno de los arquitectos del crecimiento notable de su club. En el aire de Abrí la Cancha, Peti Delgado tuvo muchas cosas para decir.
«San Telmo son 120 años de historia y un petardo no nos va a tirar atrás. San Telmo es el barrio histórico y también la isla Maciel. Hay mucho sacrificio detrás de este gran momento del club. La previa del partido ante Aldosivi era especial porque los candomberos y candomberas teníamos la inmensa ilusión de terminar la primera rueda en la punta del campeonato de la Primera Nacional. La tarde era una fiesta de gente y percusión. Siempre se tiran miles de petardos y tuvimos la mala suerte que uno de ellos dio junto a la puerta del vestuario visitante y afectó a Andrés Yllana. Nosotros nos pusimos a disposición del Club Aldosivi, pero el partido no pudo disputarse».
«El operativo policial no es gratis. A San Telmo le piden entre 90 y 100 efectivos y el costo no baja de $1.300.000 y la mayoría de la gente no paga entrada porque es socia. El público entendió que hay que hacerse socio del club. Hay un viejo compañero que dice que cada vez que San Telmo sale a la cancha hay un milagro. Estoy de acuerdo porque hay que pagar un operativo policial. Detrás de cada partido hay un micro, un hotel, los sueldos de los jugadores que son cada vez más elevados. San Telmo tiene un presupuesto de 25 millones de pesos mensuales. Competimos con clubes que tienen presupuestos altísimos. Colón tiene un presupuesto de 150 millones y el de Atlanta 85 millones. Nosotros no competimos económicamente. Los dirigentes hacemos vaquitas para cuestiones que en otros clubes están resueltas. Yo no tengo verguenza en decirlo: somos San Telmo y hacemos un esfuerzo enorme en poner un equipo competitivo en cancha».
«No me canso de repetir que hay que vivir las cosas y trasladarlas en el boca a boca. San Telmo estuvo penando durante siete años desde aquella suspensión del Coprosede en 2006. Jugamos en Barracas Central, Comunicaciones, Laferrere, Dock Sud, Defensores de Belgrano, Huracán, Comunicaciones y no sé cuantas otras canchas. En ese tiempo, en nuestro estadio pastoreaban los caballos. Hoy, tenemos un campo de juego que es un lujo para la categoría. ¿Saben cuanto cuesta mantener el campo de juego? Entre 4 y 6 millones de pesos según las aplicaciones de fertilizado y herbicidas. Nuestro trabajo no es obra y gracia del Espíritu Santo. En San Telmo hay manos que trabajan. Hoy estamos orgullosos de nuestro vestuario, del nuevo polideportivo en la Isla Maciel que consiguió 400 nuevos socios en la isla. Comenzamos a jugar FADI y todo esos nenes que almuerzan y meriendan en el club no los puede tapar un petardo. Ese petardo no cuenta que hay nenas y nenes que hacen patín y artes marciales. Por eso vuelvo a señalar que ese petardo no puede tapar a toda la familia de San Telmo».
«La traza de la 25 de mayo mató al barrio de San Telmo. Nuestro barrio es muy chiquito. Donde hoy es el polideportivo bajo autopista vivió mi mamá. Sus primeros meses en Buenos Aires los vivió allí. Era el San Telmo del Dr. Baletto, que atendía a las familias casi gratis con la obligación que vayan al Club San Telmo. Nuestro club es muy especial y nos reencontramos con el barrio histórico. Ahora tenemos seis canchas en el polideportivo sobre Cochabamba. Canchas de sintético e iluminadas. San Telmo siempre supo sobrevivir a las circunstancias. San Telmo también es la Isla Maciel que ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Hoy el barrio tiene jardines maternales, iglesias, anexo de la Municipalidad. Creció como creció Avellaneda, que es otra ciudad. La nave azul que se ve desde la autopista es el polideportivo del club. Una vez, el intendente Ferraresi nos preguntó que se podía hacer con un terreno. Le dijimos de ordenar un playón para que jueguen los pibes, y la respuesta fue un polideportivo techado donde participan todos los pibes de la isla».
«Tuve varios problemas en diversas etapas de mi vida con mi familia por San Telmo. Nadie me obliga a estar en el club, pero sin mi familia sería imposible hacer todo este trabajo dentro del club. Por eso disfruto tanto ver a San Telmo tan arriba en la Primera Nacional. La familia santelmista sabe lo que es sufrir, divertirse y festejar. San Telmo está arriba en una categoría superprofesional y nos está permitido soñar. Estamos peleando un campeonato mano a mano con un grande como es Colón. Las cosas están alineadas. Inauguramos nuevas cabinas de prensa, nuevos vestuarios. En poco tiempo, gracias a la gestión de Jorge Ferraresi, inauguraremos los palcos. Formamos parte de Avellaneda Capital del fútbol. También podemos decir con orgullo que no inhibimos a Independiente por la situación de Alan Franco aunque habrá justicia. Todo esto lo vivimos en cada partido que San Telmo juega en la isla porque es una fiesta. Se está dando un fenómeno muy especial: los turistas que vienen a ver a San Telmo».
«San Telmo es mucho más que un petardo. Con el polideportivo en la isla ayudamos a que los chicos de los colegios de la zona hagan gimnasia bajo techo. ¡Hay que ver la cara de los pibes! Lo dijo José Amalfitani: «Un pibe en un club es un pibe menos en la calle». Tanto en el barrio como en la isla, el Club Atlético San Telmo no le pregunta a los pibes y sus familias de donde vienen. Por eso estamos tan felices con este presente y lo vuelvo a remarcar: San Telmo es mucho más que un petardo».