El Caso Spina reabrió una vieja polémica. El Dr Pablo Barbieri, especialista en Derecho Deportivo, explicó en Abrí la Cancha los alcances de un mecanismo legal que deja a los clubes con las manos vacías.
Por Carlos Aira
En La Plata no lo pueden creer. Gerónimo Spina, 18 años, capitán de la Quinta División de Estudiantes de La Plata, sin contrato profesional, pasó al Atlético Madrid por el uso de la Patria Potestad. A la institución platense, formadora del fútbolista, no le quedará ucentavo a cambio. Con un comunicado incendiario, la dirigencia pincharrata habló de ingratitud, codicia y negocios mezquinos.
Spina no es el primer futbolista que deja el país por el uso de la Patria Potestad. En 1996, la partida de los hermanos Esteban y Nicolás Cambiasso de Argentinos Juniors al Real Madrid abrió el debate y la polémica. La familia de Lionel Messi utilizó el mecanismo para fichar por el FC Barcelona. Otro mundialista atravesado por la polémica fue Fabricio Coloccini. En 1999, con un partido y un gol en la primera de Boca Juniors, el defensor se convirtió en jugador del Milan gracias al recurso legal.
El fútbol habla de la patria potestad, ¿Pero qué es y cual es su alcance? En Abrí la Cancha consultamos al Dr. Pablo Barbieri, uno de los mayores especialistas en Derecho Deportivo, quien nos brindó precisiones sobre este mecanismo jurídico que jaquea a los clubes argentinos.
«Cuando un futbolista menor de edad ficha con un club tiene la categoría de amateur y no cobra remuneración. Es habilitado en esa condición por la Asociación del Fútbol Argentino y según el convenio colectivo de trabajo, a partir de los 16 años el jugador puede tener un contrato profesional. Por un lado, el club puede ofrecerle un contrato promocional, que es un contrato corto, con posibilidad de prórroga por el club. Una modalidad muy poco usada. Por otro lado, un contrario ordinario. Hasta los 21 años el jugador puede estar sin contrato. ¿Qué sucede? Los padres o representantes pueden ejercer la responsabilidad parental, que antes se llamaba patria potestad. Invocando tratados internacional con garantía internacional recurren a la justicia con el objeto de romper la ligazón del jugador con el club y permitir que fiche en cualquier otra institución. Esto sucede si el jugador menor está sin contrato. Con contrato vigente, el recurso de la responsabilidad parental no tiene sustento«.
“Si el jugador está ligado contractualmente con el club, las posibilidades de que reclamen la patria potestad son prácticamente nulas”, explicó Barbieri, ex-miembro del tribunal de ética de la AFA, a Radio Gráfica.
Los problemas para los clubes arrancan cuando los juveniles no tienen contratos firmados. “Los padres pueden recurrir vía judicial a liberar al jugador de su vínculo con el club, utilizando las normas constitucionales y los tratados internacionales, sobre todo haciendo alusión a lo que se denomina el interés superior del niño. Por ejemplo, la posibilidad de radicarse en otro país o la necesidad laboral de los padres –completa Barbieri–. El jugador queda en libertad de acción y al club formador le va a quedar como única alternativa reclamar el derecho de formación”.
“Hoy es este chico Spina y mañana será otro, y otro, y otro, porque se trata de una manifestación de un negocio que se potencia en países y en economías críticas como la Argentina, que en cuanto a salarios de futbolistas y sobre todo de los más jóvenes no puede competir con Europa«, señaló el especialista.
Los clubes ya han puesto el grito en el cielo. Por otra parte, nadie le garantiza a los jugadores un contrato profesional futuro y entienden que el recurso de la patria potestad es un camino seguro en el difícil mundo del fútbol.
Una problemática silenciosa que es parte del debate del fútbol argentino.