Alfredo Beranger fue el dirigente más importante en la historia del Club Atlético Temperley. Su asesinato, del cual se cumplió un siglo, sumergió al club y la localidad en una profunda tristeza. En Abrí la Cancha Radio estuvieron Daniel Martini – sobrino nieto de Beranger – y Patricio Rossney, ambos miembros del Departamento de Museo e Historia del Club Atlético Temperley, quienes narraron una historia fascinante.
Por Carlos Aira
Jueves 29 de marzo de 1923. Temperley era una localidad lejana. Bucólica. Jueves santo con fútbol, porque se había disputado la cuarta fecha del campeonato de la Asociación Argentina de Football. En Turdera, el Club Atlético Temperley había goleado 6 a 1 a Alvear, un clubcito de la calle Antezana que en aquellos días comenzó a vestir su camiseta gualdinegra un pibe llamado Renato Cesarini, un crack destinado a hacer historia.
Pero no fue una noche más. Una historia de rencor comenzaba a cristalizarse en espanto. Joaquín Pujante, un español de edad imprecisa, había sido desalojado de la casilla en la cual vivía junto a su familia cuando el ferrocarril le entregó los terrenos donde vivía al Club Atlético Temperley. Pujante le juró a su mujer que asesinaría al responsable de la humillación.
Pasadas las nueve de la noche, Pujante tocó la puerta de la calle Pichincha 135. Tres balas en la oscuridad de la noche y unos cuantos palazos remataron la faena de odio. Alfredo Beranger, 31 años, presidente del Club Atlético Temperley desde 1919, había sido asesinado. Dejaba viuda a Estela Sala, embarazada de cinco meses. Pero, ¿Quién fue Alfredo Beranger para que un siglo después de su desaparición física, el estadio siga teniendo su nombre y la comunidad de Esteban Echeverría lo reconozca bautizando con su nombre una plazoleta?
Vida, obra y muerte de Alfredo Beranger, el hombre vital en la historia de Temperley pic.twitter.com/AydeyRSUwl
— Radio Gráfica (@radiografica893) May 30, 2023
Daniel Martini es sobrino nieto de Beranger. En el estudio de Abrí la Cancha Radio, reconstruyó la historia familiar: «Los hermanos de Alfredo Beranger fueron jugadores, pero el se dedicó a la dirigencia y fue árbitro en algún partido. Pero si hay que definir a Beranger hay que hacerlo como lo que fue: un caudillo«.
«Alfredo Beranger fue un caudillo de su época. Capaz de concurrir a las exclusivas cenas del hotel Las Delicias, en Adrogué, y embarrarse en los campitos en los partidos de fútbol. Era presidente del Subcomité Temperley de la Unión Cívica Radical y trabajaba en el senado de la provincia de Buenos Aires; pero a su vez, gran parte de su tiempo se lo destinaba al Club Atlético Temperley. Hay muchas anécdotas en esa dirección, como la vez que se llevó a los once jugadores del equipo a concentrar a su casa antes de una final de ascenso a Primera para que no se vayan de parranda y jueguen disminuidos. Era Beranger quien compraba las camisetas y les pagaba salarios a los futbolistas en tiempos de amateurismo marrón«.
«Alfredo Beranger ingresó al club en 1917 y desde un primer momento no pasó inadvertido»; señaló Martini, quién agregó: «Desde un primer momento pidió reformar el estatuto y confrontando con los directivos más parsimoniosos. Pero su trabajo no se centró en Temperley. Los diarios de la época lo muestran como el lider de la oposición. Jefe de la divisional y uno de lo más firmes candidatos a ocupar la presidencia de la Asociación Argentina de Football a partir de 1923. Beranger era un protagonista central. En el libro Héroes de Tiento queda muy claro como Alfredo Beranger fue un dirigente vital para que el Sudamericano de 1921 se pueda realizar en nuestro país«.
Patricio Rossney es parte del Departamento de Museo e Historia del C.A.Temperley. Con precisión señaló como fueron los comienzos del club en una época casi pastoril: «Los equipos de zona sur se fueron formando con el ferrocarril. El gérmen del club fue Centenario FC, del año 1912, que luego se transformó en Temperley FC. La primera camiseta del club fue una mezcla de verde, rojo y blanco. No era el tradicional celeste, que es toda una disputa entre historiadores. Se dicen que los tarros de los lecheros que iban a Temperley eran celestes y es algo que aún no pudimos certificar».
«El club comenzó a jugar en un campo de Turdera. Luego hubo una mudanza a Campo Huergo y en abril de 1924 se disputó el primer partido en la actual ubicación«; señaló Rosney.
«Ese terreno se consiguió a través de la gestión de Alfredo Beranger, quién a fines de 1922 comenzó a negociar con el Ferrocarril del Sud la venta del mismo. Fue él quién brindó su aval económico y de palabra. Una vez que el club se hizo cargo del mismo fue necesario desalojar a algunas familias que se habían instalado allí. Así surgió la historia del casero avasallado que terminó asesinando a Beranger«, puntualizó el historiador.
«En octubre de 1923 el estadio fue bautizado Alfredo Beranger y recién se inauguró en abril de 1924. En 1938 se erigió el mástil que aun se puede ver en el estadio, donde está el monolito que brinda homenaje a Beranger«, señaló Martini. «Ese mástil junto a un sector de la entrada es lo único que queda de la construcción original del estadio».
Alfredo Beranger no tiene hoy descendientes directos. Cuando fue asesinado, su hijo estaba en el vientre de su madre. Alfredo Martín Beranger fue sacerdote y uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo junto al Padre Carlos Mujica y otros sacerdotes de la época postconciliar. Con los años dejó el sacerdocio, se casó y falleció en 2014 sin dejar descendencia. «Los Beranger eran nueve hermanos, por eso hay muchos nietos y descendientes indirectos«, señaló Martini.
«Soy hincha de Temperley de toda la vida«, nos señaló Martini. «Siempre tengo el recuerdo del primer ascenso a Primera División, en 1974. Tenía 9 años y estar caminando junto a mi abuelo contándome las historias de Alfredo Beranger: su heroicidad, magnimidad. Su esposa, que era muy católica y perdonó al asesino al no presentar cargos. Todas historias las recibí de muy chico y comencé a vincular al club de mis amores con mi árbol familiar«.
«La muerte de Beranger fue un hecho conmocionante. El optó a Temperley por sobre la política, porque en 1922, Beranger decidió no ser candidato porque lo obligaba a dejar el club. Hay una frase del diario La Nación que califica a Beranger: se había consagrado a su club«, señaló Martini en Abrí la Cancha.
A un siglo de su asesinato, una ordenanza municipal bautizó Alfredo Beranger a la plaza ubicada entre las calles Profesor Mariño, San Pedro, Pichincha y Soler, en la localidad de Temperley. «Desde el departamento de Historia del Club Atlético Temperley volvimos a instalar las raices del club. Que sepan los más chicos quien fue Beranger. Para nosotros es fundamental«, señaló Rossney.
Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.