Quedará en la historia como La Tragedia de Medellín. Madrugada del martes 29 de noviembre de 2016. A 48 horas de jugar la final más importante de sus vidas, el avión que transportaba al plantel del equipo brasileño Chapecoense se estrelló en las inmediaciones de la capital antioqueña. No fue la única tragedia aérea que padeció el fútbol. En Abrí la Cancha recordamos otras.
Por Carlos Aira
La noticia tuvo la fuerza de aquellas que nunca espera escuchar. El Avro Regional Jet 85 de Lamia que trasladaba al Chapecoense, grata sorpresa del fútbol continental en este 2016, se estrelló en la madrugada de hoy a 50 km de la ciudad de Medellín. Este miércoles debía disputar en la capital de Antioquia la primera final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional.
El saldo de la tragedia es de 75 muertos y tan sólo seis sobrevivientes, entre ellos tres jugadores del plantel. Ellos son el lateral Alan Ruschel, quién habría sufrido una fractura en la columna vertebral; el arquero suplente Jackson, a quién se le habría amputado las piernas; y el mediocampista Neto, con traumatismo severo de cráneo. El arquero Danilo, figura del equipo, sobrevivió al accidente pero falleció mientras se lo operaba.
Como sucedió en otras tragedias áreas que enlutaron al fútbol, la solidaridad argentina ya se hizo presente. Víctor Blanco, presidente del Racing Club, declaró que su club cedería jugadores al equipo brasileño. En 1948, River Plate viajó a Italia luego de la llamada Tragedia de Superga. Boca Juniors cedió jugadores a The Strongest cuando su plantel falleció en 1969. Lo mismo hizo Independiente en 1987, cuando la desgracia tocó la puerta de Alianza Lima de Perú.
UN POCO DE HISTORIA
La primera gran tragedia área en la historia del fútbol sucedió el 4 de mayo de 1949. El plantel completo del Torino FC falleció luego que el avión se estrellara contra un muro de contención de la basílica de Superga, a pocos kilómetros de Turín. El equipo venía desde Lisboa, Portugal, donde había jugado un partido amistoso. La escasa visibilidad en el momento del aterrizaje fue el causal de la tragedia en la cual pereció todo el pasaje. La tragedia caló hondo en la sociedad italiana. El Toro era el gran equipo de aquellos días. Sus jugadores eran la columna vertebral de la selección Azzurra. Medio millón de turineses despidieron a sus cracks. River Plate se embarcó hacia la Península donde jugó una serie de amistosos. Viajó con sus grandes figuras, dejando a su reserva en el campeonato oficial. El acto fue tan considerado, que en agradecimiento, el Club Torino tomó la camiseta titular de River Plate como alternativa. Por su parte, la institución de Núñez adoptó el granate como color alternativo.
Años más tarde otra tragedia aérea enlutó al fútbol mundial. Sucedió en Munich, el 6 de febrero de 1958. Aquella tarde, el plantel del Manchester United se accidentó cuando regresaba a las islas luego de enfrentar al Estrella Roja de Belgrado. El avión, que había parado en Alemania Occidental por cuestiones técnicas, no pudo estabilizarse debido a una copiosa tormenta de nieve. En el siniestro fallecieron 23 personas, incluidos ocho futbolistas. Uno de los sobrevivientes fue Bobby Charlton, gran figura del equipo británico campeón mundial 1966 y de los Reds en la década de los sesenta.
Pero en 1961 la tragedia tocó de cerca al futbol argentino. En la noche del 3 de abril se reportó la desaparición del vuelo que transportaba al plantel del Green Cross chileno. El mismo debía realizar el trayecto entre Osorno y Santiago. Luego de días de búsqueda en lo alto de los Andes, se dio por finalizada la misma, declarando fallecidos a todos los pasajeros de la aeronave. Entre ellos estaba Eliseo Víctor Mouriño. Notable figura del fútbol argentino de los años cincuenta. Capitán de la Selección Argentina y señor de las canchas. Mouriño había debutado Banfield, año 1946. Centro medio de notable jerarquía, fue figura de aquel Banfield que en 1951 jugó las finales con Racing. En 1953 pasó a Boca Juniors, donde fue querido y respetado. En 1961, con casi 34 años, lo quería Racing Club. Boca Juniors le dio el pase con la condición que no se jugara en ningún club argentino. Fue así que aceptó la propuesta del Green Cross chileno. En enero de 2015 fueron encontrados los restos del avión siniestrado. 54 años después de ocurrida la tragedia.
El 26 de septiembre de 1969 la desgracia nuevamente tocó al fútbol continental. Esta vez fue Bolivia el escenario. El plantel completo del popular equipo de The Strongest fallecía cuando la aeronave que los trasladaba desde Santa Cruz de la Sierra hacia La Paz se estrellaba en la localidad de Viloco. Cinco futbolistas argentinos perdieron la vida. Ellos fueron Ángel Porta, Hernán Andretta, Héctor Marchetti, Eduardo Arrigó, Raúl Oscar Farfán. Conocida la tragedia, el Club Atlético Boca Juniors dispuso que un par de juveniles engrosaran el plantel aurinegro. Ellos fueron Fernando Bastida y Víctor Hugo Romero.
Pasaron casi dos décadas para que se registrara otra tragedia en los cielos. Ocurrió el 8 de diciembre de 1987 y tuvo como protagonistas al plantel de Alianza de Lima. El equipo había disputado el día anterior un encuentro en Pucallpa – cerca de la frontera con Brasil – y regresaba a la capital. El avión, un turbohélice Fokker de la Marina de Guerra peruana, se precipitó al mar a escasos kilómetros del aeropuerto Jorge Chávez. En el accidente fallecieron 43 personas, incluídos los 16 integrantes del equipo y seis miembros del cuerpo técnico. Perú se sumergió en una profunda congoja. El equipo fue rearmado con jugadores prestados por otras instituciones y el regreso a las canchas de Teófilo Cubillas, gran ídolo de la hinchada de Alianza, quién se había retirado de la actividad.
Otra tragedia sucedió en Surinam el 7 de junio de 1989. Este país, colonia holandesa hasta 1975, es un notable proveedor de figuras al fútbol naranja. En aquel año, los futbolistas surinameses radicados en Holanda formaron un equipo de exhibición al cual llamaron Colorido 11. Su idea era jugar partidos amistosos a favor de los chicos desfavorecidos de su tierra y visibilizar la cultura surinameña. Los futbolistas más importantes de aquel equipo, figuras de la selección holandesa campeona de Europa 1988, no tuvieron el permiso de sus clubes para viajar a Surinam. Ellos eran Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Aron Winter, Bryan Roy, Stanley Menzo Dean Gorre y Regi Blinker. Si lo hicieron 15 futbolistas que fallecieron cuando el vuelo se estrelló en el aeropuerto de Paramaribo. Fallecieron 176 personas de las 185 que iban a bordo.
En 1993, el fútbol africano se vio envuelto en una tragedia. El 27 de abril de 1993, un avión de la Fuerza Aérea de Zambia trasladaba al seleccionado de aquel país hacia Dakar, en el marco de la eliminatoria mundialista 1994. El avión cayó al mar en las costas de Gabón pereciendo los 30 ocupantes de la aeronave, entre ellos Efford Chabala, quién había atajado en Argentinos Juniors en 1991. La investigación oficial se reveló en 2003: una década más tarde del siniestro. En el mismo se responsabilizó al piloto por haber apagado el motor equivocado durante una emergencia.
¿DIOS ES ARGENTINO?
Alejandro Martinuccio, delantero formado en Nueva Chicago, no viajó junto a sus compañeros de Chapecoense al encontrarse lesionado. Salvó su vida. El fútbol argentino tiene historias de situaciones dramáticas que terminaron de la mejor manera posible.
Pocos días antes del comienzo de la Copa del Mundo de Suecia 1958, el wing izquierdo Roberto Zarate sufrió una lesión que le impedía ser parte de la competencia. De urgencia debía viajar Angel Labruna. El veterano ídolo riverplatense vivió un verdadero suplicio hasta llegar a Escandinavia. En cada una de las nueve escalas que hizo la aeronave, el Feo se quería bajar. Decía que se caía. Que era inseguro. Dicho y hecho. El avión se cayó en el vuelo de regreso a América.
El 25 de marzo de 1967 el plantel de Racing Club, El Equipo de José, sintió a flor de piel la tragedia. El vuelo que los trasladaba desde Bogotá hacia Medellín se caía irremediablemente. Algunos jugadores lloraban. Otros se persignaban. El avión caía en forma vertiginosa miles de metros. Cuando el final parecía inminente, el piloto de la aeronave enderezó la misma, y pudieron llegar, con un gran susto pero vivos, a destino. Una vez en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, Juan José Pizzuti, entrenador del equipo, invitó una ronda de whisky a todos sus muchachos. Se acercaron a una placa donde se señalaba que en ese mismo lugar, un 24 de junio de 1935, había perdido la vida Carlos Gardel. El plantel se juramentó ganar la Copa Libertadores. Al día siguiente, La Academia venció 2 a 0 a Independiente Santa Fe con goles de Norberto Raffo y Humberto Maschio. En 1967 Racing se consagró campeón de América y el Mundo. Pero el susto no se lo pudieron sacar de encima.
En las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha, Juan Carlos Rulli relató el momento más aterrador de su vida: “Fue terrible. Yo no quería viajar porque le tenía terror a los aviones. Estaban todos los muchachos sacándose fotos en el aeropuerto diciendo que nos ibamos a matar en Medellín como Gardel. Yo fui a la terraza del aeropuerto del miedo que tenía. Justo un señor se acerca y me dice: si no aterriza ningún avión, no se suba al próximo porque se cae seguro. Uno veía el cielo y estaba terrible. Un avión que iba a aterrizar dio la vuelta. Nos fuimos y volvimos horas más tarde al aeropuerto. Fui el último en subir al avión. Fue el 28 de marzo de 1967. Iba sentado al lado de Cejas. El avión carreteó y los refucilos y el agua entraba dentro del avión. Le digo a la azafata si me podía traer un tranquilizante. De repente se me zafó el cinturón. El avión comenzó a caer y mi cabeza pegó en el portaequipaje. Todo el mundo gritaba que nos matamos. Vi la muerte. Me acordé de mis padres, de mi mujer embarazada. Fue un sueño porque sentí que algunos cantaban, como la mujer de Perfumo. Yo no podía reaccionar. Quedé con los dedos como garfios al asiento. Cuando aterrizamos en Medellín, Pizzuti nos juntó y nos invitó una ronda de whisky. Yo no tomaba alcohol, pero esa vez sí. Al día siguiente, ganamos 2 a 0. Fue una película de terror”.
Finalmente, en marzo de 1988 la Selección Argentina campeona del mundo viajaba hacia Berlín, Alemania Occidental. Cuadrangular internacional junto al local, Unión Soviética y Suecia. En el vuelo entre París y la capital alemana se vivieron momentos de zozobra. La aeronave estuvo fuera de control durante dos eternos minutos. En ese lapso los presentes vieron cerca su final. Tanto fue así que Vicente Bonavena, hermano de Ringo, dirigente de Huracán y miembro de la delegación de AFA, entregaba tarjetas de su cochería a todos los que tenía cerca. Lo que se dice humor negro.