El intento de soborno al Macho Androssi

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Por Carlos Aira

 

Fortunato Androssi era un centrojás de los de antes. Como lo fueron, con los años, Raul Pipo Rossi, Obdulio Varela o el Rata Antonio Ubaldo Rattín.
Reunía todas las características del puesto. Era alto, tenía voz de mando y era recio. No le escatimaba a la pierna fuerte en cualquier cancha. Tanto ímpetu le valió el mote de El Macho.

 

 

Surgió en Quilmes a fines de la década del 20, cuando el fútbol era aún amateur en los papeles. El profesionalismo lo encontró veterano vistiendo la camiseta de Gimnasia Esgrima La Plata, club donde se desempeñaba en 1936. En ese año, Androzzi reveló un intento de soborno.
En la Copa Competencia 1936, Platense marchó invicto las primeras seis jornadas del torneo. Sumadas las cinco jornadas finales de la Copa de Honor, sumaban once partidos los calamares sin conocer la derrota. El fixture marcaba que en la octava fecha debían enfrentarse Platense y el River Plate de Bernabé Ferreyra. Un duelo que podía generar una recaudación para el asombro.
Para alcanzar esa suma sideral, jamás vista para la institución de Saavedra, Platense debía llegar invicto al duelo ante los Millonarios. Pero había un durísimo escollo: Gimnasia en su estadio de 60 y 118.
En la semana anterior al encuentro entre Triperos y Calamares, un revendedor de entradas se acercó al domicilio de Androzzi en la localidad de Quilmes. Fue directo: 350 pesos a él y 400 a un compañero si iban a menos. Le confesó al futbolista que fue enviado por dirigentes de Platense y que le pagarían con las regalías de la super recaudación.
El soborno no fue aceptado. Androssi y sus compañeros fueron al frente. Tanto fue así que golearon 5 a 1 a Platense, dejándolo sin invicto.
Aplauso para Fortunato Androssi. Macho adentro y afuera de la cancha.

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