Apiladas Deportivas: Argentina y Chile. Asociación Civil vs Sociedad Anónima. Cara y ceca de dos modelos deportivos

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La miga del deporte. Lo que decimos en Abrí la Cancha. Los futbolistas no nacen de un repollo. Surgen de los clubes. Diferencias de inversión y competencia. El modelo Asociación Civil y el modelo SAD.

Por Carlos Aira

 

Si la imagen son los últimos minutos del partido, la sensación puede quedar desvirtuada. En la noche de Ñuñoa, la Selección Argentina paseó su prestigio y prestancia. Un primer tiempo notable y un gol para poner en un marco. A pesar de las bajas (Nico González, purgando sanción por la expulsión en el Centenario. Otamendi, Enzo Fernández y Paredes acumularon amonestaciones. Mac Allister y Lo Celso lesionados), la Scaloneta se impuso ante Chile por 1 a 0. Las dos caras de la moneda. El equipo campeón del mundo a paso firme en una eliminatoria intensa. La selección trasandina virtualmente afuera de la Copa del Mundo 2026. Será el tercer mundial consecutivo que la Roja no acuda a la cita.
El choque de modelos. No estamos hablando de sistemas tácticos. Estamos hablando de cuestiones profundas. De modelos sociales trasladados a lo deportivo. A pesar de la avanzada gubernamental – que curiosamente menguó en los últimos meses – el fútbol argentino sostiene su modelo de Asociaciones Civiles. En Chile, el congreso habilitó la transformación en SADP en 2005. El eje del debate fue el mismo que algunos quieren imponer en nuestro país: clubes supuestamente mal llevados por dirigentes corruptos o inexpertos.  Hace dos décadas, cuando el debate llegó al parlamento trasandino, un diputado socialista expresó:  «No es posible que los clubes – instituciones que de alguna manera involucran actividad empresarial – sean manejados con criterios de hincha y sin ninguna preparación profesional».
Con esa misma definición se bombardea la cabeza de millones de argentinos futboleros.
Pasados veinte años de la apertura empresarial, el fútbol chileno paga las consecuencias. Que el fútbol trasandino, a nivel clubes y Selección, haya quedado postergado tiene razones. La más clara está expresada en la desinversión en el fútbol juvenil. Los dueños de SADP no desean invertir porque no serán ellos quienes recojan la futura ganancia.  ¿Cómo es esto? Sencillo. Salvo excepciones, las inversiones de paquetes accionarios en el fútbol son inversiones de corto alcance. Pocos años. Si la empresa tiene ganancias se mantiene, sino se liquida. El ABC del mundo empresarial. Sea el rubro que sea. Las inversiones en fútbol juvenil son cada día más importantes. Sin inversión, no hay futbolistas de elite. Esto lo está padeciendo el fútbol trasandino.
Claudio Borghi es una voz representativa del fútbol chileno. El ex-entrenador disparó contra las SADP chilenas: «Las Sociedades Anónimas Deportivas son lamentables. Acá en Chile no hay reservas y obligan a poner un sub21 por equipo. Clubes que no los tienen y deben traer uno. A partir de la llegada de las SADP, los dueños invierten muy poco en divisiones inferiores. Una vez un dueño me dijo: ¿Para que voy a invertir en un chico de 12 años si yo solo quiero estar dos o tres años en el club? Ellos quieren hacer negocios, pero lo que no entienden es que no comprar un club, compran una historia, un sentimiento y una pasión».
Estas declaraciones, realizadas a TyC, pasaron debajo del radar de muchos. Están claras las razones.
El fútbol chileno tiene otros problemas: agentes de jugadores, casas de apuestas y empresarios que triangulan los activos. En este marco, los hinchas son meros consumidores del producto fútbol sin poder alguno de decisión sobre el destino del club del cual son seguidores. Para tener una injerencia se debe invertir un dinero y transformarse en accionistas. Los socios no existen como tales.
El problema del debate también llega a nuestro país. Está el ciego y el que no quiere ver. Al ciego solo le interesa la pelota y el resultado. No le interesa en lo más mínimo ningún tipo de coyuntura institucional. El que no quiere ver es aquel que conoce el crecimiento y la inversión que realizaron los clubes en los últimos años, pero así, dice que el modelo argentino es un fracaso. ¿Por qué? Porque si habla de éxito tiene que torcer su orgullo y ceder ante la evidencia.
Desde que Fútbol para Todos permitió que la mayoría de los clubes recibieran un dinero que antes de 2009 no llegaba, el mapa del fútbol argentino cambió. Las inversiones están a la vista. Aquellos que conocemos los clubes sabemos de nuevas ciudades deportivas, obras y estructuras. Las inversiones en fútbol juvenil son tan silenciosas como impresionantes. ¿Algún periodista deportivo mainstream tiene idea de la inversión de cada club en mover seis categorías de divisiones inferiores AFA cada fin de semana? Con conocimiento de causa les aseguro que no. Para ese periodismo mainstream – y muchos salieris del mundo redes sociales – el conocimiento de los clubes es muy limitado y circunspecto a una dinámica global. Confunden Londres con Buenos Aires. El domingo pasado, Platense se consagró campeón. Su campaña en la fase final del Apertura fue heroica. En vez de ponderar la competencia y el heroísmo de nuestro fútbol, algunos señalaron – en forma solapada – que un campeonato logrado por Platense es parte de la decadencia de nuestro medio.
¿Saben esos periodistas cuanto creció Platense como club en los últimos años? ¿Tienen idea de la estructura que cuenta el club de Vicente López en la actualidad? ¿Con cual presupuesto cuenta?
Les aseguro que no tienen idea. Con suerte saben que la cancha de Platense queda cerca de la General Paz.
Si los hinchas en general tuvieran una noción más acabada de cuanto han crecido los clubes verían la realidad con otros ojos. Atenti, nadie dice que el fútbol argentino sea una panacea, pero en un país donde la inducida motosierra está cortando el INTA, el desarrollo nuclear, el Garraham y otros espacios, los clubes no despiden empleados. Es más, siguen creciendo.
¿Fue magia? No, es el modelo.
El viernes pasado estaba por salir al aire en Entre líneas (viernes, de 11 a 13hs). Justo estaba caminando por la Plaza del Congreso. Buscando un lugar donde salir al aire, veo unos pibes ruidosos con pelotas y conos. Junto a ellos, los profes y sus silbatos. Era una división de Godoy Cruz Antonio Tomba activando – un modernismo para hablar de entrenamiento – en la misma plaza. Me acerco a uno de los profes. Me cuentan que siempre lo hacen cuando llegan a Buenos Aires. Que el sábado – por ayer – iban a jugar ante Gimnasia en Estancia Chica.
¿Lo comprenden? Un club mendocino envía a tres divisiones de juveniles a Buenos Aires. Movilizó cien personas entre jugadores y profes. Pasajes, hotel y gastronomía. ¿Cómo hacen? Invirtiendo donde deben hacerlo. ¿Es inversión o gasto mover esa estructura? Para los dueños del modelo que quieren imponer en nuestro país, ese dinero es gasto. Nosotros sabemos que es inversión movilizadora. De nuestra economía, pero también de nuestra sociedad. Los dueños de SAD no quieren hacer esta inversión. Es más sencillo pagar cifras extraordinarias por el producto terminado. Después se preguntan por que en algunos países ya no salen grandes jugadores…
El gol argentino fue una obra de arte. Leonardo Balerdi, Thiago Almada y Julián Álvarez no nacieron de un repollo deportivo. Son parte de una estructura exitosa. Formación en clubes de barrio – o pueblo – y un paso posterior al fútbol AFA. Estructuras de Asociaciones Civiles. Luego, su trabajo y talento los llevó al estrellato.
Cuando más sectores comprendan que el deporte es mucho más profundo que un espectáculo, la restauración de una Argentina mejor será más veloz.
Periodista / Abrí la Cancha.

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