Waldino Aguirre: el crack rosarino que asesinó la policía

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El Torito Aguirre fue un crack del fútbol argentino de los años 40s. Del barrio Tablada al estrellato. Cuando pasó su tiempo, el crack cayó en desgracia. Waldino fue asesinado por la policía brava en una comisaría rosarina en octubre de 1977. Una historia que merece conocerse.

Por Carlos Aira

 

Waldino Aguirre tenía un apodo que llamaba la atención. El Torito. Morocho, retacón. Puro potrero. Había nacido en Barrio Tablada, en el sur rosarino, el 18 de noviembre de 1920. Durante los años 40s fue uno de los grandes cracks del fútbol argentino. Un fuera de serie en una época donde ese calificativo no era para cualquiera. A pesar de sus goles y gambetas, la vida del Torito nunca fue fácil y su final fue horroroso: fue asesinado en una comisaría rosarina en plena dictadura cívico-militar. 28 de octubre de 1977. Cada patada que recibió, la que destrozaron su hígado más que el vino que calentaba su espíritu, la recibió por pobre, morocho y alcohólico.
En Abrí la Cancha visibilizamos su historia. Julio Rodríguez, investigador profundo de la vida de Central Córdoba, club donde creció el Torito, relató sus inicios: «Con 15 años de edad, Waldino llegó a Central Córdoba. Año 1935. Era un momento de esplendor del club porque el año pasado había ganado la Copa Beccar Varela a Racing Club. Un momento de grandes futbolistas, porque estaba Gabino Sosa y aparecían Capote de la Mata y Waldino Aguirre, quién debutó en 1937 reemplazando a Capote cuando se fue a Independiente». 
«Waldino se convirtió en un ícono del potrero rosarino. Tenía un fútbol pausado; de gambeta corta y juego asociado con sus compañeros. Pero tenía un condimento especial. Era un reo. Se crió en la calle, en un barrio muy humilde y estaba muy atrapado por la vida rosarina. En 1941 lo querían Independiente y San Lorenzo pero prefirió jugar para Rosario Central. Con la plata de su pase, Central Córdoba compró su sede social de la calle San Martín«; contó Rodríguez.
«En Rosario Central se convirtió en un ídolo inmenso. Tenía el perfil de jugador arrabalero que tanto gusta en Arroyito, porque no es lo mismo Central que Newell´s. Existe una idiosincrasia. No era lo mismo Waldino Aguirre que René Pontoni como años más tarde no fue lo mismo el Puma Rodríguez que Gabriel Batistuta». 
«Waldino fue la gran figura del regreso de Rosario Central a Primera A en 1942. Metió 32 goles en 27 partidos compartiendo delantera con Milonga Heredia y Rubén Bravo. En 1945 tuvo su gran año peleando la cima de la tabla de goleadores con Ángel Labruna. Era un jugador de clásicos, tanto que se lo recuerda porque en 1950 metió un gol en el Parque de la Independencia y no tuvo mejor idea que festejar el gol mostrándo los testículos a la platea femenina de Ñuls. Lo querían matar»; comentó el investigador a Abrí la Cancha.
«En 1947 pasó a Racing, donde nunca llegó a afirmarse. En 1948 fue parte del fabuloso canje entre la Academia y Huracán: Ricardo, Uzal, Filgueiras, Aguirre y Caserío a cambio de Llamil Simes, Tucho Méndez y Juan Carlos Salvini. En Parque de los Patricios estuvo dos temporadas. Volvió a Central en 1950 para retirarse al año siguiente».
Historias del Torito. Un crack fantástico, pero díscolo. En 1947, Racing visitó a Chacarita Juniors en San Martín. Tiro libre a favor de la Academia cerca del área local. Waldino ante la pelota. El crack no vio a ningún compañero destapado y no tuvo mejor ocurrencia que enviar la pelota hacia su propio arco. Sus compañeros e hinchas lo querían matar. Cuando volvió a Central, clásico en el Parque de la Indepedencia. Gol canalla y festejo agarrándose los testículos delante de la pacata platea femenina rojinegra.
El final de Waldino conmocionó a Rosario. «En los últimos tiempos, el Torito dormía en un tranvía abandonado en la calle Necochea y Centeno, Tablada profunda, donde los medios nacionales hoy hablan de narcotráfico y guerra de bandas.  El Torito estaba enclavado en un barrio muy humilde. En la noche del 27 de octubre es detenido en una situación confusa. Lo llevan detenido a la Comisaría 11 donde es golpeado como se golpeaba a los presos comunes en aquellos días. Tanto que lo terminan asesinando. Lo mataron por morocho, pobre y alcoholico«. 
Julio Rodríguez no adelantó un futuro homenaje conjunto entre Central Córdoba y Rosario Central: «Ambos clubes queremos rendir homenaje a Waldino Aguirre el próximo 24 de marzo ya que es el único caso de un futbolista asesinado por fuerzas de seguridad durante la última dictadura militar«. 
Germán Alarcón es un profundo investigador de la historia de Rosario Central. En un magnífico hilo de twitter, Alarcón armó un semblante del espantoso final del ídolo canalla: «La noche del 27 de octubre Waldino «Torito» Aguirre es denunciado como participe de un intento de secuestro. Dos policías lo detienen y lo introducen a golpes en la comisaría 11ra. Ahogan los gritos de Waldino poniendo una radio a todo volumen. En la madrugada del 28 de octubre el corazón del «Torito» deja de latir. El parte policial interno se realiza con una velocidad inaudita, declarando bajo firmas del oficial médico y del sub-comisario Sánchez, que «el reo falleció por un paro cardíaco«.
«El juez de instrucción José María Peña duda de la versión policial y comienza la investigación luego de hablar con el comisario Curvelo, este confirma el asesinato. Ahí es cuando se destapa todo y fue gracias a los demás presos que se encontraban encerrados en la 11ra. Al ser una noche muy calurosa y como ya en esa época no alcanzaban los lugares para alojar a los detenidos, pusieron a dormir a los presos en el patio central de la comisaría y así los presos fueron testigos de todo».

 

 

«Uno de los detenidos declará que los agentes Olivera y Basualdo estaban alcoholizados y comenzaron a pegarle a Waldino para sacarle una confesión. «Olivera lo tenía de los brazos, Acevedo le saltaba encima y Basualdo le pegaba con los pies y las manos«. Encima en la autopsia, el cuerpo de Waldino Aguirre también expuso su verdad: «extensos hematomas en la región abdominal, deformación del torax, siete costillas rotas» Si hasta tenía en su pecho la huella de uno de los borceguíes».
«Y el cuerpo magullado y sin vida del Torito siguió hablando en la mesa de la autopsia hasta determinar la causa final de esa sin razón: «La muerte se produjo por hemorragia masiva por ruptura de hígado por traumatismo múltiple» Le explotaron el hígado a patadas».
«Cuando los policías vieron lo que habían hecho, lo primero que hicieron fue falsificar un informe y hablar con el oficial médico. Este al principio confirmó la declaración policial pero luego confirmó que nunca fue a la comisaría… Todos sucios. Todos los policías involucrados en la causa fueron detenidos y en un juicio público y legal, ese que le negaron a miles de detenidos de la época, fueron condenados por causas que fueron desde encubrimiento, falsificación y tormentos seguido por muerte. ¿Cual había sido el motivo por lo que el Torito quedó involucrado en un secuestro? Según lo que declaró la víctima, Waldino Aguirre, en claro estado de ebriedad, acompañó a los secuestradores a su casa y luego se fue… El padre de la victima le debía plata a los secuestradores», señaló Germán Alarcón.
El paso de Waldino Aguirre por el fútbol AFA dejó su huella. Con la camiseta de Rosario Central disputó 185 partidos y señaló 93 goles. En Racing Club (1947) sus números fueron 18 partidos, 6 goles; en Huracán (1948-49), 18 partidos, 6 goles.

 

 

(*) Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.

 

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