Juan Barbas: «Cuando miro para atrás advierto que hice una carrera fantástica»

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Juan Alberto Barbas pasó por las Charlas de Vestuario de Abrí la Cancha. Fue un crack de su tiempo: aquellos fines de los 70s y la década del 80. Surgió en Racing, campeón mundial juvenil en Japón 1979 junto a su compadre Diego Armando Maradona. Barbitas recordó sus tiempos en la Academia, el valor del esfuerzo, los consejos a los juveniles, su paso por España e Italia y una perlita: la verdadera razón por la cual no fue convocado a México 1986.

Por Carlos Aira 

 

SUEÑOS DE FUTBOL: “Mi infancia fue difícil. Venía de una familia muy humilde. Vivíamos en una villa mis seis hermanos junto a mis padres. En el barrio había un señor llamado Luis Carlos Mansilla que nos llevaba siempre a todos lados. Tenía edad de infantiles y representamos a diversos clubes. Un fin de semana a Chacarita, después a Platense y otro día a Comunicaciones. Hasta que un día este hombre nos avisó que se iba a Corrientes porque se había enamorado de una mujer de allá. Yo me quedé sin nada porque eso para mí no era jugar a la pelota. Tenía 14 años y trabajaba seis horas en una metalúrgica enfrente de casa. Finalmente, un día un señor que hacía fletes me dijo: «Pibe, ¿No te querés probar en Racing?».

 

 

INFERIORES EN RACING: “Me probó Tito Castelli y a los quince minutos me dice ‘salí y anda a verlo a Roberto Fontan que esta en la oficina. Decile que te fiche’”. Fue así que entré en la séptima división de Racing. Uno sabe, se imagina o se da cuenta de las condiciones que uno tiene porque me venían a buscar de todos lados. Y yo decía ¿Qué tengo de bueno? Tengo las piernas, las voy a utilizar, sabiendo la necesidad que tenemos, sabiendo todo el esfuerzo que hacían mis padres como para que yo pudiera alimentarme bien, pudiera viajar, que no me faltara nada, y bueno tuve la suerte de llegar a Primera”.

 

PARA LLEGAR HAY QUE SABER SUFRIR:  “Ir a entrenar era un sacrificio enorme. Yo tomaba el colectivo en San Martín hasta la estación de San Andrés y desde ahí tomaba el tren hasta Retiro y de ahí me tomaba el 22 para llegar a Avellaneda. Todos los días me iba temprano y volvía casi a las 9 o 10 de la noche. Con mi viejo no teníamos tanto diálogo porque se levantaba temprano a las 6 de la mañana, se iba a trabajar y cuando yo volvía del entrenamiento mi viejo pobre estaba durmiendo”.
“Si mi viejo se enteraba que yo jugaba al fútbol era por los comentarios, porque mi viejo nunca me fue a ver. Se enteraba cuando yo jugaba por la televisión. Tampoco quería que fuera porque se ponía muy nervioso. Nunca me presionó, al contrario: siempre trató de que sea responsable. Me decía ‘¿Esto te gusta? Bueno tenes que ser responsable, acostarte temprano, entrenar, comer bien’”.

 

 

RACING CLUB: “Me tocó llegar a primera en un momento difícil, donde Racing no venía haciendo muy buenos campeonatos. Nosotros no cobrábamos y nos pagaban con documentos. En esa época te daban documentos y después lo tenías que ir a cobrar al banco. Te decían ‘pasa por la sede que está la plata’ y resulta que no estaba”.
“Que Barbas es lo más grande del fútbol nacional”, cantaba la hinchada de Racing.
“Todo era muy difícil porque no se daban los resultados y la gente de Racing es muy exigente. Estando en un club tan grande como Racing tenía que ganar todos los partidos, pero la gente no sabía de la situación. Pero a los hinchas no les importa qué es lo que pasa con los jugadores. Ellos lo que quieren es que el equipo gane, juegue bien y golee”.
“Tuve la suerte de estar rodeado de gente que me han dado muy buenos consejos. Yo soy un tipo muy agradecido. Si yo llegué hasta donde llegué, fue por los consejos buenísimos que me dieron ellos. No me olvido nunca de Agustín Mario Cejas, del Ropero Diaz, del Panadero Diaz, de Horacio Cordero, Horacio Collazo, gente que conmigo han sido maravillosos. Me han mimado y me han hecho sentir de la mejor manera y por eso digo que gracias a ellos pude llegar lo más lejos que pude”.
“Nosotros tuvimos la suerte de tener una generación muy linda con Julio OlarticoecheaGabriel Calderón, el Chango Godoy, Clavero que ha llegado a jugar en primera división; había un lateral, Escobar, que un marcador de punta de la ostia, un correntino que andaba muy bien. En ese entonces había gente que se preocupaba por los chicos y que eran bastantes duros, pero a la larga te dabas cuenta que todo lo que te decían era la única manera de poder llegar, de poder triunfar y poder pisar primera división. Por eso ahora, que trabajo con inferiores, trato siempre de brindar los mismos consejos”.

 

Juan Barbas, con la camiseta de Racing. Año 1981.
RICARDO CENTURION: “Centurión, no me acuerdo en qué categoría, lo tenía como entrenador a Antonio Mur. Un día me citan para armar el selectivo de Racing. Voy a ver a una práctica para tratar de sacar los mejores jugadores para las categorías más grandes y ponerlos en Tercera. Me acuerdo que Centurión estaba ahí y era como es ahora: un desfachatado lleno de condiciones que no le interesaba nada, que muchas veces no iba a entrenar porque se quedaba dormido”.
“Un dia lo agarro y le digo ‘mira, yo te voy a hacer una pregunta a ver que me contestas ¿Qué querés de tu vida? ¿Querés jugar al fútbol o querés vivir del fútbol?’ Me dice ‘yo quiero jugar al fútbol’. Le digo que ‘no, si vos queres jugar al fútbol, agarra la pelota, anda a una plaza, juntate con tus amigos. Ahí no vas a tener responsabilidad y que nadie te va a decir nada. Te podes levantar a la hora que vos queres, comer lo que vos quieras y entrenar lo que vos quieras. En cambio si vos querés vivir del fútbol hay tres cosas fundamentales para que vos seas un buen deportista: tenes que entrenar, alimentarte y cuidarte. Es así. No hay otro secreto. Ojala vos pudieras llegar o tuvieras un poquito de lo que yo tuve pude para llegar a donde yo llegue. Y te deseo con todo el corazón porque la satisfacción más grande de mi vida es el día que pueda verte jugar en la selección o verte jugar en Primera’.
“Centurión nunca me faltó y siempre fue un chico muy responsable. Cuando asumió Luis Zubeldia le dije ‘mira tengo un jugador…’ Lo mando y de ahí en más no bajó nunca más. Después, una vez que está en primera, no lo podes aconsejar más. Ya cumpliste cuando estaba bajo las órdenes tuyas y así un montón de jugadores. Depende de cada uno”.

 

Juan Barbas, 1979.
JAPON 1979. CAMPEON MUNDIAL JUVENIL: “Quiero remarcar algo de aquel equipo. Todo el mundo lo recuerda por lo bien que jugamos y la actuación de Diego, pero esa Selección se armó sobre una selección de 700 jugadores de los cuales quedamos 16. Esos 16 viajamos a Uruguay, clasificamos al Mundial y lo ganamos.  Entre esos 700 jugadores quedaron en el camino algunos valores extraordinarios y no me quiero olvidar de ellos porque también fueron importantes. Es decir, la cara visible fuimos nosotros, pero ellos hicieron mucho para que nosotros – los que fuimos a Japón – los superáramos en su momento. No nos podiamos conformar tan sólo con estar en la selección. Hubo mucha competencia y cada entrenamiento era una guerra”.
“Con Diego, eramos un equipazo. Cuando vos tenes un buen arquero, una buena defensa, unos buenos volantes y unos buenos delanteros es difícil no ganar. Nosotros hicimos los amistosos previos en el interior y después tuvimos la suerte de enfrentar a Cosmos con todas sus figuras, venciendo 2 a 1 en Tucumán. Recuerdo que nos dijimos que si le ganábamos a esta gente, que eran más grandes y experimentados que nosotros, teniamos que ganar el Mundial”.
“Sabiendo que Diego estaba bien, nosotros no podíamos perder. Fuimos al Sudamericano y salimos segundos, clasificando al Mundial. La planificación fue perfecta. Un mes antes de la competencia viajamos a Los Angeles donde le ganamos a México. Después jugamos varios partidos en Japón donde no perdimos ninguno. De apoco fuimos armando un equipo muy competitivo donde Diego era la principal figura. Pero Maradona nunca se creyó que era más grande que nadie. Todos eramos iguales. Todos tirábamos para el mismo lado, nos reíamos, era un grupo. Creo que eso hizo que el equipo rindiera tan bien“.

 

SERVICIO MILITAR:  Tengo en  mi celular las fotos después de haber salido campeón del mundo. Justo entré a hacer el servicio militar pocos días después. Me tocó en La Tablada. Pensaba que como era jugador de Primera y jugador de selección juvenil habría concesiones, pero no: me mandaron a cortar el pasto”.
Diego Maradona y Juan Barbas en tiempos de conscripción.
Tengo una anécdota increíble en esos días de la colimba. Me tengo que ir a Tucumán en la Selección y yo pensando que la Selección se encargaba de pedir los permisos. Yo me voy dos semanas de vacaciones y cuando vuelvo el Coronel me dice ‘Soldado Barbas (pensando que me iba a felicitar como que había visto el partido) venga: tiene quince días de arresto. Vaya a lavar toda la cuadra’.
Le pregunté por qué y dijo “usted desertó quince días’. Cuando llega un sargento a la noche, cambió de guardia y me dice ‘¿Qué haces acá?’ y le digo que me castigaron porque me fui con la Selección. Y me dijo ‘ándate ahora arregla todo en AFA, hace cualquier cosa, y decile que estas arrestado que tenes quince días de arresto, pero mañana tenés que estar a la cinco de la mañana acá, porque sino si el Teniente no te ve, me van a castigar a mi y a vos’.
Fui y hablé con el profe Pizzaroti y le dije que estaba castigado y me dijo que AFA lo iba arreglar. Pero le digo que no sea como la otra vez, que lo arreglen. A los tres días me llama el Teniente Coronel de vuelta  y me dice “Soldado Barbas le pido mil disculpas por el momento que le hice pasar”. Por dentro pensaba me hiciste baldear la cuadra, sacar el agua, no me hiciste enjuagar el balde, me hiciste buscar la sopa con la gorra sucia. No sos delicado ahí tenés que comer y comer. Desde ese momento me llevaron al instituto San Martín. Entraba a las 6 de la mañana, me iba a las 9 o 10 de la mañana. Me sacaba un par de fotos con los muchachos y me iba a entrenar. Pero la pasé mal, los primeros días la pasé mal”.

 

Barbas y Diego en la concentración de la Fundación Salvatori, previo a Japón 1979.
MI AMIGO MARADONA “Con Diego nos hicimos muy amigo en el juvenil, cuando estábamos concentrados en la quinta de la Fundación Salvatori. Los dos veníamos de una familia parecida, con mucho sufrimiento y de mucha necesidad. Ambos teniamos padres que habían hecho un gran esfuerzo. Siempre contó lo que hizo Doña Tota diciendo que le dolía la panza para darle la comida a él. Lo mismo pasé yo y nos hicimos muy amigos. Después tuve la suerte de estar con él en la habitación de Japón. Charlábamos mucho, y él me había puesto el sobrenombre de ‘el abuelo’ porque yo me acostaba temprano y me levantaba temprano. La diferencia es que él se acostaba tarde y se levantaba tarde”.
Diego era un tipo muy sencillo. Muy noble y muy humilde. Siempre fue un fenómeno como persona. Lo que pasa es que a veces le daba mucha bronca no poder ser un tipo normal. No poder salir a comer con la familia, ir a un restaurante, al cine o disfrutar con su señora. Me hubiera gustado verlo más seguido. Cuando Diego estaba acá por lo menos lo veía más seguido. Iba a los cumpleaños de la familia porque Claudia (Villafañe) es la madrina de mi hija. Entonces siempre mantuvimos una relación. Después, cuando se fue al exterior, perdimos todo contacto. Ya no era lo mismo. Me hubiera gustado verlo más seguido. Quería estar más cerca de él”.

 

ESPAÑA 1982 “Fuimos con mucha ilusión, con muchas ganas de ser protagonistas y revalidar el título, pero el primer partido contra Bélgica nos hicieron un gol y después nos costó remontar. Esa derrota fue crucial. En la segunda rueda nos tocó Brasil e Italia.  Italia, a la Argentina le hizo una marca muy fuerte a Diego y no lo dejó jugar. En el último partido, contra Brasil, fui protagonista de la frustración de Diego. Me pegó Batista en la cabeza y Diego, de bronca, reaccionó y terminó expulsado. Después de la eliminación nos llamaron fracasados. Ese equipo había hecho el mismo trabajo desde 1978 al cual se le sumó Diego, Calderón, el Pelado Díaz y yo, porque la gran mayoría era la base que había ganado el Mundial 1978″.

 

Maradona y Barbas. Barcelona y Zaragoza. Año 1983.

 

ZARAGOZA Y LECCESiempre digo que soy un agradecido al Flaco Menotti porque era un tipo enamorado del fútbol alemán. En la Selección juvenil y la Selección mayor él nos hacía jugar un fútbol simple; a un toque o dos toques, pasar por atrás, tirar paredes, que es lo que se hacía en Europa”.
“Luego del Mundial 82 firmé para el Real Zaragoza. Me adapté rápido al fútbol español y durante tres años consecutivos fui considerado uno de los mejores jugadores extranjeros de un campeonato que tenía muchas figuras. A mediados de 1985 pasé al Lecce de Italia. Allá me costó un poco más porque jugaban al catenaccio. Me tocó ir a un equipo que recién ascendía donde la mayoría de los muchachos no tenían la experiencia de primera división. A medida que me fui adaptando al fútbol italiano pude demostrar que estaba a la altura de cracks como Platini, Falcao o Conti. También me encontré con todos los muchachos que en el 82 habían ganado el Mundial. Estar en esa época en Italia fue algo maravilloso para mí. Jugar el campeonato más importante del mundo».

 

POR QUE NO FUI A MEXICO 86: “Los técnicos toman decisiones que a lo mejor uno no comparte pero las tiene que aceptar. A mí jamás me dieron explicaciones y eso que había sido una de las figuras en las eliminatorias, como lo fueron Ubaldo Fillol, Ricardo Gareca, José Daniel Ponce y Miguel Russo, que también quedaron afuera del Mundial”.
“Con los años me dijeron que el Cuerpo Técnico se sintió molesto porque en un amistoso Argentina-Napoli jugué con la 10 del Nápoli y Diego con la 10 de Argentina. Me trataron de traidor, pero yo me estaba jugando un porvenir porque había hablado con la gente de Napoli y quería cerrar la transferencia. Hablé con Grondona, Bilardo y Diego que era el capitán del equipo. Todos estuvieron de acuerdo. Era un partido, hasta con permiso del Lecce. Pero después a Bilardo no le gustó la situación y expresó que era una traición. Yo estoy con la conciencia tranquila por lo que hice. Siempre me quedó la bronca de no ir a México porque hubiera hecho la misma carrera que Diego: campeón mundial juvenil y mayor con la Selección”.

 

FORMADOR DE INFERIORES: “Veo que hay mucha gente resultadista y pocos formadores en inferiores. Hoy sólo importa ganar. Hay pocos entrenadores que les enseñen a los juveniles. En mi época tuve técnicos espectaculares como Cacho Giménez o Collazo, quienes paraban una práctica para explicarte como tenías que perfilarte, cabecear o poner los brazos”.
“Hoy con lo que me ha tocado vivir he visto mucha gente que solamente le interesa ganar y después cuando van los sábados a jugar los chicos, cuando un chico se equivocan le dicen ‘¿Por qué pateaste mal al arco? ¿Por qué pateaste mal un centro?’. Si durante la semana no se lo enseñaste, esperar que el chico el día sábado haga toda la perfección”.
“Yo vi esos errores porque se cree que ganando campeonatos tienen la posibilidad de seguir trabajando. No he sido campeón jamás en juveniles, pero muchos jugadores que dirigí llegaron a Primera División y algunos son internacionales. Lo único que he tratado es de darle los mejores consejos, tratar de darle todos los consejos que me han dado cuando yo recién debutaba en primera división”.
“Hoy los sistemas se hacen para no perder. Por eso no salen tantos enganches ni jugadores con fantasía como había en una época. Hoy pasa por los resultados porque se creen que a través de los resultados se aseguran la continuidad del laburo. El trabajo se asegura sacando jugadores para la primera división”.
“Yo no salí campeón de las categorías, pero después viene el técnico de la Primera y me dice que necesita un marcador de punta y te digo la verdad no tengo. O necesito un enganche que tenga este perfil. No tengo. Entonces  ¿para qué trabajan las divisiones inferiores?
“Se han perdido esos valores. Se han perdido de que al jugador le den la libertad. Siempre he dejado que el jugador haga lo que sabía hacer. Lo único que le pedía era que cuando perdiera la pelota, teníamos que correr todos porque si él jugaba solamente cuando tenía la pelota y después cuando no la tenía te quedabas parado. Once contra once es difícil ganar un partido, imagínate 10 contra 11”.
“No es tan difícil el fútbol. Te doy la libertad que tires un caño o un sombrero, pero cuando la perdemos la cancha mide 100 metros. Si nosotros la repartimos con los 10 que tenemos dentro de la cancha no va a tocar 10 metros cada uno. Si no estás capacitado para correr 10 metros tenés que abandonar el fútbol. dedícate a otra cosa”.

 

EL ESPEJO RETROVISOR Y UNA CARRERA SOÑADA: “La carrera que hice fue – lo veo así – fantástica. Haber jugado con jugadores increíbles, que no se imagina porque hoy por la calle mucha gente me dice ‘vos tendrías que haber nacido ahora’. Pero si hubiera nacido ahora no hubiera jugado contra muchos jugadores que hoy no se encuentran”.
“Hoy las figuras más importantes del fútbol son Ronaldo y Messi. En esa época estaban Platini, Zico, Gullit, Mattheus, Brehme, Toninho Cerezo…un montón. Haría una lista completa de todos los que he enfrentado hoy a lo largo del tiempo uno se da cuenta que compitiendo contra esos jugadores quiere decir que uno fue bueno. No fui una de las primeras figuras, pero dentro de ese marco me considero un jugador bastante aceptable”.

 

(*) Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha por Radio Gráfica FM 89.3

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