Durante 74 días de reconquista de nuestras Islas Malvinas, el deporte tuvo sucesos y actitudes para recordar y destacar.
Por Carlos Aira
Aquel viernes 2 de abril de 1982 no fue un día más. La noticia conmocionó a la inmensa mayoría de los argentinos. Luego de 149 años de ocupación británica, el pabellón nacional volvió a ondear en nuestras islas. «Tras su mano / de neblinas / no las hemos de olvidar / las Malvinas / Argentinas / clama el viento y ruge el mar». La marcha de Malvinas, instaurada en 1941 por el gobierno de Ramón Castillo, se escuchó triunfante. Desde el mediodía, el pueblo se reunió en la Plaza de Mayo. Hacía tan solo cuatro días, en la tarde del 30 de marzo, la CGT encabezada por Saúl Ubaldini le realizó la primera gran movilización al gobierno militar. La propia CGT convocó a la Plaza aquel 2 de abril. Pocas veces, el pueblo argentino vivió un momento de tanta euforia.
El deporte. Siempre el deporte. En tiempos que la fecha de Primera se disputaba casi íntegra los domingos, aquel viernes hubo un adelanto de la 9º fecha del Campeonato Nacional. En Salta, Central Norte derrotó 1 a 0 a Mariano Moreno con gol de Jorge Hairala. Esa noche hubo box en el Club Atenas, en La Plata. El debutante Juan Martín Coggi derrotó a Horacio Valdez. En la pelea de fondo, Adolfo Omar Arce Rossi noqueó a Raúl Fernández. En marzo de 1985, Arce Rossi le quitó el invicto al zurdo de Brandsen. En julio de 1987, Coggi se consagró campeón mundial Welter Junior luego de noquear al italiano Patrizio Oliva.
El sábado 3 de abril se disputó la 7º fecha del campeonato de Primera B. Un sábado gris y muy especial. 3 de abril de 1982. En el estadio Monumental, San Lorenzo recibió a Lanús. Un clima especial en las tribunas. El fútbol había quedado en un segundo plano. Las banderas argentinas le ganaron al azulgrana y el granate. La palabra Argentina en el Autrotrol del estadio. Los equipos se formaron juntos y se cantó el Himno Nacional. Los capitanes Oscar Ros y José Felipe Perassi izaron la bandera nacional bajo el aplauso sostenido de los 45.000 hinchas presentes.
Aquel 3 de abril de 1982, en Bloemfontein, República Sudafricana, una selección sudamericana denominada Sudamerica XV, con gran mayoría de Pumas, derrotó 21 a 12 a los Springboks. Eran tiempos del Apartheid y los bloqueos internacionales impedían la participación de una representación deportiva. La figura de Hugo Porta fue portada de El Gráfico, que vistió su logo de celeste y blanco. En aquel equipo de Sudamerica XV participó Alejandro Puccio, wing de CASI. Dos meses después de aquel partido, el rugbier participó del secuestro de su amigo, el empresario Ricardo Manoukian. El Clan Puccio en acción.
Aquel sábado, en la lejana Inglaterra, se disputaron las semifinales de la FA Cup. En el estadio del Aston Villa, Tottenham Hotspur derrotó 2 a 0 al Leicester City. Cada vez que Osvaldo Ardiles tocó la pelota fue abucheado por los hinchas del Leicester. Curiosamente, los hooligans de los Spurs gritaban «¡Argentina! ¡Argentina!. Ardiles y Ricardo Villa, campeones del mundo en 1978, eran ídolos y figuras del equipo londinense. Con el paso de los días, el clima de guerra fue insoportable para ambos. Villa pasó al Fort Lauderdale Strikers y Ardiles – luego de la Copa del Mundo – al PSG francés. La guerra marcó a la vida de Ardiles. No solo por su obligatorio exilio francés. El 1 de mayo, su primo José Leónidas Ardiles, piloto de caza de 27 años, cayó en combate a bordo de su Dagger. Fue la primera baja de la Fuerza Aérea en su bautismo de fuego.
En la noche de aquel sábado 3 de abril de 1982, el boxeo se dio cita en el Luna Park. También el pasado y el presente. Se enfrentaron el tucumano Horacio Saldaño y el marplatense Ubaldo Sacco, campeón argentino Peso Welter. El pasado y el presente. En fallo unánime, el talentoso Uby Sacco derrotó por puntos a la Pantera. Una ovación bajó desde los cuatro costados del Luna.
El domingo 4 de abril se disputó casi en su totalidad la fecha del Nacional. En Parque de los Patricios, Huracán y Boca igualaron 3 a 3. Como en todos los partidos, equipos formados y el himno entonado a voz de cuello. Mientras sonaba el himno, un pibe se puso de espaldas a los jugadores. El veterano fotógrafo Ricardo Alfieri no se perdió la oportunidad y sacó una foto maravillosa. Tan maravillosa que a partir del 14 de junio de 1982 fue utilizada como un símbolo de la desmalvinización.
Durante el mes de abril de 1982, el campeonato Nacional siguió su curso y también la preparación de la Selección Argentina de cara a la Copa del Mundo España 1982. Argentina compartía grupo con Bélgica, Hungría y El Salvador. ¿Que hubiera pasado sí, por una extraña maniobra, Inglaterra no hubiera sido cabeza de serie y Argentina tendría que haber enfrentado a los británicos? El único enfrentamiento deportivo entre argentinos y británicos durante la Guerra del Atlántico Sur fue el 1 de mayo de 1982. Ese día comenzaron las acciones bélicas en Malvinas y por el Mundial de Hockey sobre patines disputado en Portugal, Argentina goleó 8 a 0 a Inglaterra. Hasta último momento, estuvo en duda la realización del partido.
El 14 de abril de 1982, la Selección Argentina igualó 1 a 1 ante la Unión Soviética en el estadio Monumental. La selección soviética era dueña de un largo invicto que había comenzado en 1979. Amalia Lacroze de Fortabat era la heredera del imperio Loma Negra. En 1981, el club de la empresa ingresó al fútbol AFA y clasificó al campeonato Nacional con un equipo de lujo. La mano derecha de Fortabat era el coronel Luis Prémoli. Sus contactos con la junta militar permitieron un amistoso Loma Negra-Unión Soviética. Nada hacia prever que aquel domingo 17 de abril, el equipo rojo se presentó en la cancha de Racing de Olavarría. El partido fue televisado en directo por ATC. Loma Negra sorprendió a propios y extraños venciendo 1 a 0, gol de Félix Orte. La magnate del cemento había prometido un viaje al Mundial de España para jugadores y familiares en caso de vencer a los soviéticos. Los sucesos posteriores cancelaron aquellos planes. La Fortabat fue una gran malvinera, que puso a su disposición desde su flota de aviones hasta auxilios a los combatientes luego del conflicto.
El sábado 1 de mayo comenzaron las hostilidades en las Islas Malvinas. Esa tarde no hubo fútbol por mal tiempo. En Mérida, México, el cordobés Santos Benigno Laciar derrotó al local Pulgarcito Herrera y recuperó el centro Mosca AMB. Malvinas estuvo presente en el festejo emocionado de Falucho. El domingo 2 de mayo se disputó la 14º fecha del Nacional. Los partidos comenzaron a las tres de la tarde. Mientras se disputaba el primer tiempo de Vélez-San Martín de Tucumán, el Autotrol instalado en el José Amalfitani para el Mundial 78 anunció que Inglaterra retiraba las naves de las Islas Malvinas ya que habían llegado a buen puerto las gestiones de paz. Una ovación saludó la noticia. Cuando finalizaban los partidos, a las 17hs, el horror. A las 21:45 de aquel domingo, las pantallas de los televisores se fundieron con el escudo de las tres armas. La marcha Capibary de fondo. Comunicado Nº16 y el anuncio del ataque y hundimiento del Crucero General Belgrano. La guerra ya no tenía vuelta atrás.
En marzo de 1982, luego del Gran Premio de Brasil, Carlos Alberto Reutemann anunció su retiro de la Fórmula 1. Dos pilotos argentinos estaban en condiciones de pegar el salto hacia la máxima categoría del deporte motor. Eran Oscar Popi Larrauri y Enrique Mansilla. El santafesino Larrauri era piloto de F3 europea, categoría de salto obligatorio a la Fórmula1. El domingo 4 de abril de 1982 se presentó en el británico circuito de Donnington. Larrauri, al bordo de Euroracing Alfa Romeo, obtuvo el segundo lugar. En el podio no hubo bandera argentina.
Larrauri y Mansilla padecieron el bloqueo económico de las cuentas argentinas. Los pilotos argentinos Víctor Rosso y Carlos Costilla competían en categorías de automovilismo británico. Ellos también vieron postergados sus sueños. En 1988, Larrauri cumplió su sueño de Fórmula 1 a bordo de un Eurobrun.
El sábado 12 de junio la guerra parecía definida. En la lejana Miami, Víctor Palma defendía su centro ante Leo Cruz. Afectado por la guerra de Malvinas, aquella noche no fue Palma y perdió la corona. El domingo 13 de junio, por la mañana, se disputaron las revanchas de las semifinales del Nacional. Ferro y el sorprendente Quilmes serían finalistas del campeonato. El Ferro de Griguol, invicto en el torneo, a dos pasos de la gloria. Ese mismo domingo comenzó la XII Copa del Mundo. En el Camp Nou, Argentina enfrentaba a Bélgica. En la fiesta inaugural, un pibe vestido con los colores españoles sacó una paloma de la paz de una caja. Dentro del campo de juego, Argentina cayó 1 a 0 en el debut mundialista de Diego Armando Maradona.
Quedaron en el recuerdo las hinchadas de Clemente para el Mundial 82. Con la obvia ausencia de los clementes ingleses y el descuido que fue la presencia de Irlanda del Norte. El 16 de junio, dos días después de la rendición, Inglaterra y Alemania Federal se enfrentaron en el Santiago Bernabeu. Radio Rivadavia llevó adelante una transmisión muy especial, porque el relator Juan Carlos Morales y el comentarista Julio César Calvo no pudieron nombrar la palabra Inglaterra. No era la primera vez que el equipo periodístico encabezado por José María Muñoz llevaba una acción curiosa. Durante la guerra, las amenazas de bombardeo sobre Buenos Aires generaron una psicosis. Una tarde, en la Oral Deportiva, Muñoz obligó a brindar información del fútbol uruguayo. Como si los bombardeos Avro Vulcan confundirían Buenos Aires con Montevideo.
Carlos Aira es periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha, por Radio Gráfica. Premio Jauretche 2021 a la Investigación Periodística.