Un hooligan raptado, camisetas de apuro y un espía increíble: lo que nunca imaginaste del Argentina-Inglaterra de 1986

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Por definición, Diego es el jugador que representa al Conurbano bonaerense.

Se cumplieron 35 años de los dos goles para todos los tiempos de Diego a los ingleses. Ambos tienen un significado muy especial para la mayoría de los argentinos, pero aquel partido escondió un par de historias increíbles

Por Carlos Aira (@carlosaira11)

 

A las 16:09 del martes 22 de junio de 2021, un país entero fue un puño apretado para gritar un gol sucedido 35 años atrás. Inolvidable. Para todos los tiempos. La corrida de Diego Maradona que dejó medio equipo inglés en el camino y convirtió algo más que un gol increíble. Porque aquel encuentro ante Inglaterra en México 86 fue mucho más que un partido de fútbol. Estaba aun, abierta y lacerante, la herida de Malvinas.

La Copa del Mundo de México 86 es inolvidable para todos los argentinos que la vivieron. Un equipo que fue de menos a más. Luego de superar a Uruguay en octavos, el rival de cuartos era el más incómodo: Inglaterra. No sólo por lo deportivo. Las relaciones entre ambos países estaban rotas. La final Intercontinental de 1984 entre Independiente y Liverpool se jugó en Tokyo en un clima de gran tensión. Pero este partido tenía una envergadura mucho mayor.

En la semana del lunes 16 – fecha de la victoria ante Uruguay – y el domingo 22 de junio, pasó de todo. En México y Argentina. Un frente de conflicto fue el Congreso de la Nación. En aquellos días, sectores ligados al nacionalismo exigieron el retiro del equipo argentino de la Copa del Mundo. ¿Las razones? Reivindicar la soberanía de nuestas islas Malvinas. Tensión. El periodista Sergio Levinsky fue enviado por la agencia DyN a cubrir el Mundial. En diálogo con Abrí la Cancha recordó la incredulidad con la cual recibieron en México las noticias de Buenos Aires: “Fueron horas increíbles por todo lo que se estaba viviendo. Había muchos nervios porque se decía que no se jugaba el partido. El contexto de Malvinas daba para muchas cosas y el partido se jugaba bajo un clima de extrema tensión“.

Inglaterra también iba de menos a más. Luego de caer ante Portugal en el primer partido, igualó 0 a 0 con Marruecos y goleó 3 a 0 a Polonia. En octavos, venció 3 a 0 a Paraguay y despuntó un goleador notable: Gary Lineker. Levinsky también narró en Radio Gráfica su encuentro con un espía singular en el lugar menos esperado: “Por intermedio de un periodista israelí tuve la oportunidad de ir a la concentración de Inglaterra, que estaba ubicada muy cerca del aeropuerto Benito Juárez. El israelí se abrazaba con todo el mundo y nos hizo sentar en una mesa junto a un par de jugadores ingleses. Al rato llegó con Butcher y Lineker. Mientras hablábamos con ellos, había una pareja muy rara. Un pelado cincuentón y una chica muy agraciada. Una pareja muy despareja. Cuando los vemos bien, era el Flaco Alberto Poletti, aquel arquero de Estudiantes, compañero de Bilardo y Madero, que estaba disfrazado espiando desde adentro a los ingleses“.

Otro tema sensible fue la violencia de los hinchas. Las barras argentinas viajaron a México. Así también los Holligans británicos, quienes tenían el terrible antecedente de la masacre de Heysell, en la final de la Copa de Campeones de Europa de 1985. Son conocidas las imágenes de las refriegas previas y durante el partido. Durante muchos años, los alambrados de las tribunas argentinas mostraron con orgullo las banderas inglesas robadas en México. Pero hay una historia que parece inverosimil: el rapto de un hooligan inglés. Sergio Levinsky recordó: “Nunca se pudo confirmar, pero luego del partido, la barra argentina secuestró un holligan inglés y pidió 4.000 dólares de rescate. Lo tenían en un departamento de la Avenida Reforma, en el centro del DF”.

 

La camiseta utilizada ante Inglaterra en 1986.

 

Las camisetas fueron otro tema inaudito. Ante Uruguay, la Selección Argentina utilizó la camiseta azul que Le Coq Sportif entregó a AFA. Carlos Salvador Bilardo estaba obsesionado con el calor del DF. Los partidos se jugarían al mediodía y no había que dar ventajas. El entrenador había exigido camisetas con un acanalamiento en la tela para mayor ventilación. Ante Uruguay, Argentina utilizó un modelo sin este sistema. El jueves anterior al partido ante Inglaterra, FIFA determinó que Argentina debía volver a utilizar la camiseta azul. Bilardo enloqueció cuando el utilero Tito Benros le confirmó que no había camisetas azules acanaladas. Con un punzón intentó hacer un trabajo artesanal, pero terminó rompiendo las camisetas. El desastre. No había tiempo material para enviar otras camisetas azules desde Buenos Aires. El Gerente de AFA recorrió todos los shoppings de DF buscando camisetas azules Le Coq. Compró 30 camisetas azules, de tela brillosa.  Las únicas que consiguió. También compró los únicos números disponibles. Eran plateados, propio del football americano. Por otra parte, se mandó a confeccionar, de urgencia, escudos AFA. Las camisetas recién se armaron en la mañana del domingo, cuando Bilardo dio los once titulares y cinco suplentes.

Aquella tarde del 22 de junio de 1986, Bilardo implementó un cambio táctico fundamental: el 3-5-2. El equipo que pasó a la historia: Nery Pumpido; José Luis Brown, José Luis Cucciufo y Oscar Alfredo Ruggeri; Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga, Héctor Enrique, Sergio Batista y Jorge Olarticoechea; Diego Maradona y Jorge Valdano. Esa tarde, Maradona entró en la eternidad deportiva. Dos goles únicos. El primero, por la picardía de robarle a un ladrón. La corrida para todos los tiempos, porque sintentiza el triunfo de la cuna criolla de nuestro fútbol con la herramienta más preciada: la gambeta.

Pasaron 35 años. Fue el día más perfecto en la historia del fútbol argentino y de su máximo exponente: Diego Armando Maradona.

 

(*) Periodista. Autor de Héroes de Tiento. Conductor de Abrí la Cancha (Lunes a viernes, de 13:00 a 13:30 y 20:00 a 21:00hs. Domingos, de 23 a 00hs) por Radio Gráfica FM 89.3

 

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