Escándalo en Brasil-Argentina: una gran puesta en escena a la altura de Jair Bolsonaro

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Inédito: el clásico fue suspendido cuando autoridades sanitarias brasileñas frenaron el partido. ¿Que se esconde detrás de esto?

Por Carlos Aira (@carlosaira11)

 

Lo que se vio fue increíble. Cuando se jugaban cinco minutos de juego irrumpieron dentro del campo de juego cuatro fiscales de ANVISA (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria). Frenaron el partido, y uno de ellos, con un acta en la mano, exigió que los futbolistas Giovani Lo Celso, Dibu Martínez, Cuti Romero y Emiliano Buendía – los cuatro con residencia en Inglaterra – debían salir inmediatamente de la cancha y ser deportados por infringir las regulaciones sanitarias brasileñas.

Los fiscales denunciaron que los cuatro futbolistas habían omitido su presencia en el Reino Unido en los últimos 14 días. La Selección decidió dejar el campo de juego luego de largos minutos de discusión. Pero, ¿Qué podemos presumir que hay detrás de todo esto? 

 

ESCALADA DE SUCESOS

La situación, desde un primer momento, estuvo mal barajada. Este partido ante Brasil debió disputarse en marzo pasado, pero la negativa de las federaciones europeas a dejar ir a los jugadores – aduciendo una posterior cuarentena – motivó que CONMEBOL postergara la doble jornada. En los últimos días sucedió algo similar. La Federación Britanica fue la primera en poner el grito en el cielo. Siguieron españoles, italianos y franceses. Comenzó una sórdida disputa entre FIFA y las poderosas ligas europeas. Reglamentariamente, los futbolístas convocados deben viajar hacia América. La Liga Española presentó un recurso judicial, pero el 29 de agosto pasado, el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) no dio lugar al pedido de no extender a tres días adicionales la fecha FIFA por la excepcionalidad de una triple jornada eliminatoria.

Pero hubo una decisión relevante: los futbolistas argentinos – a diferencia de la gran mayoría de los jugadores – decidieron venir a disputar la triple jornada continental.

Luego de vencer 3 a 1 a Venezuela en Caracas, el viernes pasado la delegación argentina viajó hacia San Pablo. La ventana sanitaria aprobada por FIFA permite 72 horas dentro del territorio. La estrategia trazada por AFA era viajar a Buenos Aires apenas finalizado el partido ante Brasil. La delegación ingresó cumpliendo todos los tramites migratorios de rigor, incluídos los sanitarios exigidos por ANVISA. Pero el sábado por la noche, una noticia sacudió la concentración en el Hotel Marriot del aeropuerto de Garulhos: ANSIVA había abierto una investigación sobre Giovani Lo Celso, Cristian Romero, Emiliano Martínez y Emiliano Buendía. Es decir, los cuatro futbolistas que participan de la Premier League de Inglaterra.

Se los acusó de ingresar a Brasil  sin haber especificado en su declaración jurada que en los últimos 14 días habían estado en Inglaterra. Por disposición sanitaria local, los pasajeros que en las últimas dos semanas hayan estado en el Reino Unido, Sudáfrica o India, deben cumplir una cuarentena de 14 días.

Pero claro, hay un dato para tener en cuenta: los futbolistas afectados a selecciones FIFA no son viajeros comunes ya que están afectados a un protocolo sanitario firmado por FIFA, CONMEBOL y las autoridades de Brasil. Fue el dato que permitió la realización de la Copa América en julio pasado. Por esta razón, tampoco cumplen cuarentena los futbolistas de otros paises que vienen al territorio argentino.

Cuesta creer la situación. Al ingresar a cualquier país, las autoridades migratorias tienen las herramientas para trazar su procedencia. Si Brasil consideraba que los futbolistas llegaban desde una zona de riesgo sanitario (Reino Unido), podrían haber actuado en el mismo momento. Es más, los jugadores pudieron se notificados por ANSIVA en el mismo estadio antes del partido. Pero no, se premeditó el comienzo del mismo para una puesta en escena sanitaria.

 

BOLSONARO Y UN PAIS CONVULSIONADO

ANVISA es un brazo operativo del gobierno de Jair Bolsonaro. Al frente del mismo se encuentra el contraalmirante Antonio Barra Torres. Por lo tanto, lo que se vio no fue un suceso deportivo o sanitario. Indudablemente, la Operación Corinthians Arena se pergeñó desde las altas esferas de poder en un momento muy delicado de la vida política brasileña.

Tan delicado, que el propio diario La Nación, en su edición del domingo, remarcó “Crece la preocupación entre distintos sectores de qué Bolsonaro se lance a una aventura autoritaria; sus seguidores convocaron a marchas en 60 ciudades el martes, Dia de la Independencia“. La economía brasileña está transitando su peor momento en los últimos veinte años. La crisis energética es una realidad palpable. Pero detrás de la convocatoria, una realidad: el próximo martes, cuando se cumplan 199 años del Grito de Ipiranga, Bolsonaro quiere un clamor popular para legitimar su enfrentamiento con el Supremo Titular Federal.

“Inclínese ante la Constitución, respete nuestra libertad, entienda que ustedes dos están en el camino equivocado porque siempre hay tiempo para redimirse”, expresó Bolsonaro, aludiendo a Alexandre De Moraes y a Luís Roberto Barroso, presidente del Tribunal Superior Electoral. “El mandato que le den ustedes, pueblo brasileño, en las calles el próximo martes, será un ultimátum para esas dos personas”.

Analistas internacionales entienden que un éxito de las convocatorias del martes llevarían a Brasil hacia una espiral de autoritarismo sin precedentes. En ese marco, Brasil-Argentina fue un engranaje más de un complejo tablero político. El del nacionalismo rancio.

El senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente, levantó a sus tribunas con un twitt tras otro: “Los argentinos jugaron malas pasadas.Sabían que estaban infringiendo la ley brasileña, impidieron que Anvisa se fijara en ellos y, por la fuerza, escalaron los cuatro que vinieron de Inglaterra. La Policía Federal tiene que investigar quién no actuó antes del partido y la Argentina debería ser severamente castigada”.

Para embarrar más la situación, se difundió un supuesto aviso de las autoridades sanitarias brasileñas por el cual el futbolista Giovani Lo Celso estaba notificado de su situación. Tan burda es la operación que la misma no tiene la firma del futbolista (¿Cómo va a estar notificado?) y está fechada el 5 de agosto…

 

¿Y AHORA QUE PASA?

La Selección Argentina, incluídos los cuatro jugadores de la polémica, ya dejaron Brasil. El próximo jueves deberán enfrentar a Bolivia en el estadio Monumental. ¿Continúa el partido? La pelota la tiene FIFA. Más precisamente, la Unidad Disciplinaria de FIFA. Para la Federación Internacional, AFA cumplió con todos los protocolos sanitarios. Estaban habilitados para jugar. Hay que remarcar un concepto: Argentina jamás rompió la burbuja sanitaria aprobada por el gobierno brasileño. 

La pista inglesa para comprender la zancadilla: Brasil tiene ocho jugadores, habitualmente convocados, en la Premier League. Según ANVISA estaban en condiciones de jugar (los 14 días previos en el Reino Unido no corren para ellos por ser ciudadanos brasileños). Por ende, es extraño que no hayan sido convocados.

La AFA tan sólo desplegó un comunicado lamentando la situación. El único funcionario que hizo una gestión pública fue el embajador Daniel Scioli.

Por su parte, Lionel Scaloni habló luego de la suspensión del partido. El santafesino declaró: “Vengo para que se entere nuestro país lo que ha sucedido, acá no busco ningún culpable, pero es muy triste lo que acaba de suceder, porque si pasó o no algo no era el momento para hacerlo y nos pone muy tristes”, indicó.

“En ningún momento se nos avisó que no podían jugar el partido, el delegado de Conmebol nos dijo que nos vayamos al vestuario y no tengo mucho más para decir. Nosotros somos los damnificados, nosotros queríamos jugar al igual que los jugadores de Brasil”, remarcó.

Y completó: “Tendría que haber sido una fiesta, disfrutar de uno de los partidos más lindos del mundo, no sabría qué palabra utilizar, yo como entrenador tengo que defender a mis jugadores, y como querían deportarlos, no había ninguna chance”.

 

(*) Periodista. Conductor de Abrí la Cancha (Lunes a viernes de 13.00 a 13.30 y 20 a 21hs)

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