Por Carlos Aira
No tenía pinta de futbolista. Es más, seguramente muchas veces lo confundieron con alguno de esos jockeys que fatigan todas las semanas los hipódromos de San Isidro, Palermo y La Plata. Lo cierto es que Roberto Martino, con su escaso 1,50cm fue el jugador de menor estatura en la historia del fútbol argentino.
Wing izquierdo, dueño de una enorme técnica. A Martino le sobró paño para ser figura de Atlanta y del fútbol argentino de su época. Debutó en 1934. Un año muy particular para su equipo, ya que fue obligado a fusionarse con Argentinos Juniors durante gran parte del torneo. Desde ese momento, fue titular indiscutido del ataque bohemio durante once temporadas.
El momento de gloria le llegó el 1 de octubre de 1943. Luego de una década, llegó la tapa El Gráfico. Un momento de consagración.
Una curiosidad. En 1939, ante aquel gran Independiente bicampeón, convirtió dos goles. ¿Adivine con cual parte de su cuerpo los marcó? Si, con la cabeza. Roberto Martino, el crack del metro y medio.