El Cilindro de Avellaneda y la Memoria del apellido Cereijo

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La historia del estadio de Racing Club va de la mano de Ramón Cereijo, ministro de Hacienda del primer gobierno de Perón. Su hijo Juan Carlos recordó a su padre y la relación con el estadio en Abrí la Cancha.

Por Carlos Aira

 

El 3 de septiembre de 1950 amaneció soleado sobre Buenos Aires. Primaveral, por más que el calendario aún sostuviera el invierno. Por la 21ª fecha del campeonato de Primera División, Racing Club recibía a Vélez Sársfield. Fue la tarde que se inauguró el Cilindro. Un estadio qué, pasados 75 años, sigue manteniendo un aura especial. Un estadio repleto y un triunfo sobre la hora fue el corolario de la fiesta. Racing ganó 1 a 0, con gol del cordobés Llamil Simes.
Esa tarde, uno de los hombres más felices fue Ramón Cereijo. Con 37 años, era el ministro de Hacienda desde 1946. Su fanatismo por la Academia fue tan elocuente que nadie dudó en señalar que fue el padre del estadio. «Todo se lo debemos a él», señaló la revista Racing en una edición especial correspondiente a la inauguración del estadio.
Juan Carlos Cereijo es el hijo menor de Ramón. De su padre heredó la pasión por Racing Club. El 3 de septiembre pasado publicó en sus redes: «¡Feliz cumpleaños Cilindro! Gracias viejo por hacerlo posible». Entrevistado en Abrí la Cancha afloraron los recuerdos familiares: «Mi viejo era hijo de inmigrantes gallegos, de un pueblo cercano a Santiago de Compostela. La única misión de mi abuelo era que sus hijos Ramón y Pedro terminaran una carrera universitaria y tuvieran el estudio que el no tuvo. Mi Papá se recibió en la Facultad de Ciencias Económicas con 21 años y Diploma de Honor. Ese dato convenció años más tarde a Perón quién lo convocó para que sea su ministro de Hacienda»
Dentro de ese muchacho estudioso había un corazón que latía por Racing. «Mi papá vivía en Gerli. A pesar de lo estrictos que eran sus padres, junto a su hermano Pedro los domingos se escapaban de casa y se iban a ver a Racing. Lo suyo con Racing fue una pasión hasta el último día de su vida», señaló Juan Carlos Cereijo.
A partir del gobierno de Agustín Pedro Justo hubo un incentivo estatal a la construcción de estadios. La Ley 12.345 promovió los fondos para que River Plate y Boca Juniors inauguraran sus estadios en 1938 y 1940. Años más tarde, Huracán, Vélez Sársfield, Sarmiento y Racing Club se acogieron a las reglamentaciones que permitieron la construcción – o ampliación en el caso de Boca Juniors – de sus estadios de cemento.
El 1 de diciembre de 1946, Racing Club disputó su último partido en el estadio de madera. Aquella tarde cayó 4-6 ante Rosario Central. Un estadio que presumía de una bellísima platea con techo Tudor, pero anacrónica para un fútbol multitudinario en pasiones. Desde 1944, el club de Avellaneda pensó en el nuevo estadio, pero ¿Dónde construirlo? La interna institucional se decantó en Avellaneda. Juan Carlos Cereijo recordó en Radio Gráfica: «Para la construcción del estadio se ofrecieron cuatro lugares: la ubicación de siempre, el terreno donde hoy se encuentra el Sheraton en Retiro, el Parque de Villa Domínico y un terreno en el Parque Avellaneda, en Capital Federal. Finalmente, luego de una deliberación intensa, se determinó que el estadio de cemento se construiría en Avellaneda».
«Hay un dato que pocos saben y fue muy importante en la decisión de construir el estadio en Avellaneda. Luego de la segunda guerra mundial había poco cemento en el mundo. La mayoría se exportaba para reconstruir las ciudades europeas. Las caleras estaban en provincia, sobre todo en Avellaneda. Muchas ofrecieron bajar el precio de la cal si la cancha se construía en Avellaneda», señaló Cereijo en Abrí la Cancha.
La construcción del Cilindro se inició en 1947 y finalizó en agosto de 1950. «Una semana antes de la inauguración oficial se disputó un amistoso entre Racing y Boca con la presencia del General Perón. Mi papá estaba feliz porque le iba a mostrar el estadio al presidente. En un momento, Perón se acercó a mi papá y le preguntó donde estaba la pista de atletismo. ¡Perón creyó que el estadio tenía una pista de atletismo!», contó Juan Carlos Cereijo, quién también recordó el trabajo que tuvo el campo de juego del Cilindro en aquellos días de 1950: «Un tema sensible era el sueño. Hubo que ponerle toneladas de carbonilla porque las napas de Avellaneda eran un gran problema. La gran cantidad de caleras y curtiembres generaron napas altas, por eso la ciudad se inundaba siempre».
Luego de aquellos días de oro, en los años 70s y 80s el estadio vivió tiempos oscuros. De clausuras totales y parciales. Cereijo nos explicó la situación: «El problema del estadio fue que no se conservaron las juntas de dilatación. En algún momento, un cerebro decidió cerrar las juntas y desde ese momento la bandeja superior comenzó a moverse en forma peligrosa y a salirse toda la mampostería. El deterioro fue mayúsculo por años».
En la actualidad, Racing piensa en el Cilindro del Siglo 21. La obligación de aggiornar un estadio de 75 años a los tiempos actuales. Un desafío que el hijo del factótum no escapa: «Hay que mejorar muchas cosas del estadio. Por ejemplo, los baños y el sector de discapacitados. Habrá que bajar las tribunas y abrir dependencias del estadio en planta baja que permitan mejorar la infraestructura. Si vos recorres el anillo interno de River ves la cancha desde todos lados. A mí me encantaría generar algo así en Racing».
Volvamos a la historia. Entre 1949 y 1951, Racing se consagró tricampeón. El torneo de 1951 generó polémica, porque debió disputar un desempate ante Banfield. Eva Perón – ya enferma – quería que Banfield se consagrara campeón. Ramón Cereijo sostuvo a los jugadores de Racing en su sueño de campeonato. Su hijo Juan Carlos no señaló: «Antes de la final ante Banfield, el Colorado Rastelli, capitán del equipo, se acercó a mi papá y le preguntó si era cierto que Perón quería que Banfield fuera campeón. Mi papá solo le respondió: ganen y se quedan la recaudación del partido«.
«A ese equipo de Racing lo llamaron Sportivo Cereijo, pero en verdad lo que hizo mi viejo fue sostenerlos en un momento difícil. Eso siempre se lo agradecieron. Poco antes de morir, en 1998, Racing le hizo un homenaje a Tucho Méndez. Recuerdo que me presento y le digo que soy el hijo de Ramón Cereijo. Méndez me dio la mano y se puso a llorar. Entre 1946 y 1952, Racing fue un club donde todo funcionó bien. No hubo ninguna mano negra, sino un equipo brillante«, sostuvo Juan Carlos Cereijo en Abrí la Cancha.
En 1952, Juan Domingo Perón es reelecto presidente de la República. Ramón Cereijo no acompañó a Perón en el gabinete. Un mito popular señala que fue un pase de facturas por haber desoído la orden impartida para que Banfield se consagre campeón 1951. Juan Carlos Cereijo se ríe de esa apreciación: «Es un mito. Mi viejo no siguió al frente del ministerio de Hacienda por mi mamá. Perón jamás lo echó a mi papá. El estuvo los seis años de gobierno al frente de Hacienda. Siempre jorobaba y decía que se había recibido de ministro porque había estudiado durante seis años».
En los últimos años se reavivó la polémica por el nombre del estadio de Racing. Juan Carlos Cereijo opinó en Radio Gráfica: «Cuando se hizo el estadio, los dirigentes le ofrecieron a mi viejo ponerle su nombre, pero fue papá quién decidió que debía llamarse Presidente Perón. Lo que me gustaría es que el Cilindro tuviera nombre en los sectores y que los palcos presidenciales se llamaran Ramón Cereijo«.
Entre fines de 1955 y el año 1957, Ramón Cereijo estuvo preso en el penal de Ushuaia. Su delito fue haber sido administrador de la Fundación Eva Perón.
«Papá era una persona muy bondadosa, pero estricta. Los domingos siempre fueron iguales para él. Por la mañana, pasar por el cementerio para dejarle unas flores a un hermano que no conocí y murió a los seis años de leucemia; y por la tarde ir a ver a Racing», contó emocionado su hijo Juan Carlos.
Ramón Cereijo nació el 3 de octubre de 1913 y falleció el 29 de octubre de 1996. Tenía 83 años.
«Racing terminó de pagar su crédito. A Racing nadie le regaló nada. Eso siempre lo decía mi viejo», señaló con indisimulable orgullo Juan Carlos Cereijo en Radio Gráfica.

 

(*) Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento y Héroes en Tiempos Infames. Conductor de Abrí la Cancha.

 

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